lunes, 19 de febrero de 2018

Low Budget

Una de los grandes obras discográficas de los Kinks. Compuesta y grabada en plena era del punk y la música disco, esta colección de canciones toma elementos musicales de ambos géneros, los emplea con sabia ironía y los mezcla con un rock seco, duro, desnudo, de bajo presupuesto.
  En tiempos en los cuales la crisis energética azotaba al mundo, Ray Davies hizo un retrato puntual y sardónico de las angustias existenciales de esos días, cuando el dinero no alcanzaba, cuando la gasolina escaseaba, cuando el desempleo azotaba al primer mundo y la gente suspiraba por la aparición de un Superman o un Capitán América (cualquier semejanza con la actualidad no es mera coincidencia).
  Low Budget (1979) es un trabajo sin fisuras, once composiciones en las que Davies retoma su vena satírica para fustigar a unos Estados Unidos que se hundían en un periodo de recesión y que ante el fracaso de la presidencia de Jimmy Carter, se disponían a entrar (apenas dos años después) a la era reaganiana. El disco arranca con la genial “Attitude”, mediante un riff de guitarra extraordinario (obra, claro, de Dave Davies) y de fuerza brutal. Lo que sigue no es menos brillante y continúa con la irresistible “Catch Me Now I’m Falling” (con su acorde alentado a la “Jumpin’ Jack Flash” y un sax sensacional), la sicótica e hiperquinética“Pressure” (grabada en una sola toma), ese alegato contra la sobremedicación (“Nervous tention, man invention”) que es la acompasada y cuasi reggae “National Health”, el sardónico disco-rock “(Wish I Could Fly Like) Superman” (“Quiero volar y ni siquiera puedo nadar”), la homónima y espléndidamente crítica “Low Budget” (un canto al hombre económicamente quebrado: “Excuse my shoes/ they don’t quite fit/ They’re a special offer/ and they hurt me a bit”), la curiosa historia contra la sobrepoblación que es“In a Space”, la preciosa “Little Bit of Emotion” (en la cual Davies cuestiona a la gente que no es capaz de mostrar sus emociones y sentimientos: “We’re afraid to see a bit of emotion/ So we walk away”), el increíble rock blues de “A Gallon of Gas” (una de las cumbres del disco, con su sólida guitarra, sus cambios armónicos y su genial letra sobre la escasez de combustible y el hecho de que “las carreteras están desiertas y el aire huele desnaturalmente a limpio”), la movidísima y muy divertida “Misery” (“You are such a misery/ why don’t you learn to laugh?”) y la concluyente y hasta relajada “Moving Pictures” (“Vivimos, morimos, nadie sabe por qué/ la vida es sólo una película en movimiento”).
  Un disco que es un testimonio pero también una obra de arte.

(Reseña que escribí para el Especial de La Mosca en la Pared No. 43, dedicado a The Kinks y publicado en octubre de 2007)

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