martes, 13 de febrero de 2018

Le dicen Lázaro Cristóbal Comala

Uno que se la pasa despotricando porque en el rock que se hace en México reinan la mediocridad, las malas imitaciones, las clonaciones y la falta de cultura musical y porque los músicos que realmente tratan de hacer algo que valga la pena son minoría, la excepción que confirma la regla. Uno que lleva treinta años de quejarse de la malhadada influencia del rock pop argentino que llegó para convertir al rock nacional, de manera mayoritaria, en un rock híbrido y sin identidad, empequeñecido, un rockcito triste, inocuo, pasteurizado, de flojera infinita.
  El rock real se confinó en ciertos rincones subterráneos y en algunas propuestas que llevan mucho tiempo y una que otra que surge de repente.
  Es el caso de Lázaro Cristobal Comala, un músico y compositor de Durango, avecindado en Des Moines, Iowa, quien lleva algunos años en el camino pero sin ser suficientemente conocido en nuestro país, en su país.
  Acabo de toparme con la música de Comala (su verdadero nombre es Daniel Azdar Sil) y me he quedado muy gratamente sorprendido. No porque el hombre haya descubierto el hilo negro, sino porque se trata de un artista auténtico, sincero, sin poses. Un cantante con feelin’. Su música, basada en el folk y el country (la huella de Johnny Cash es clara), tiene sin embargo un sonido muy original, con letras en español, inteligentes, poéticas y profundas. Si buscáramos paralelos actuales en México, yo lo emparentaría con Jaime López y con Israel Belafonte, con aires lejanos de Rockdrigo González y aires cercanos del tradicional canto cardenche de su Durango natal. También diría que es la afortunada antítesis de Juan Cirerol.
  Su disco homónimo de 2014 es una perfecta introducción a su obra y su reciente EP, Zaguán, con cinco canciones inspiradas en el canto cardenche, es una belleza (ambos pueden escucharse en YouTube). De 2016 es América grande (al lado de Todd Clouser) y actualmente se encuentra grabando su quinto disco, Canciones del ancla, que deberá aparecer en marzo próximo.
  Un muy afortunado hallazgo.

(Mi columna "Gajes del orificio" de hoy en la sección ¡hey! de Milenio Diario)

No hay comentarios.: