sábado, 9 de diciembre de 2017

El incontinente chachalaqueo

Muchos afirman que a Andrés Manuel López Obrador le da por autosabotearse cuando se encuentra a la cabeza de las encuestas y las elecciones se acercan. Así habría sucedido antes de los comicios de 2006 y 2012.
  Parece que la situación empieza a repetirse a pocas semanas de que arribe el 2018. Lo hemos visto sobre todo a partir del destape de José Antonio Meade como precandidato del PRI a la presidencia de la república. La reacción de López Obrador ha sido tan rabiosa como desproporcionada. Como si reviviera los viejos y funestos tiempos del “¡Cállate, chachalaca!” que le espetó a Vicente Fox, ahora se lanzó contra Meade a quien llamó “títere” y “señoritingo” (un arcaísmo de abuelito gagá; como “fifí” y otros términos en desuso que le encantan a don Peje).
  Luego vino lo de la amnistía a los jefes del crimen organizado para lograr la paz y la concordia, etcétera, lo cual le trajo un sin numero de críticas, las más significativas por parte de los secretarios de Defensa y Marina. Pero como la arrogancia y la altanería también son características del dueño de Morena, tildó a los titulares del Ejército y la Armada de México de meros mandaderos del presidente Peña Nieto. ¿Así o más torpe su actitud?
  Me pregunto quiénes son los asesores de López Obrador. Se sabe que el peculiar John Ackerman es uno de ellos, pero no sé si el estadounidense, en su afán por ser el John Reed del siglo XXI, le habrá aconsejado lanzar semejantes invectivas contra los altos jefes militares o si fue mera iniciativa del tabasqueño.
  El caso es que dos autosaboteos tan próximos uno del otro dan mucho que pensar. Sobre todo cuando apenas va a comenzar la contienda y con ella la guerra de lodo. A ver cómo se pone Andrés Manuel ahora que el Frente se decida por Ricardo Anaya o por Miguel Ángel Mancera. ¡Lo que no les dirá! Mínimo los va a tildar de fufurufos, lechuguinos, badulaques y zopencos.
  Ya sólo falta que se le ocurra atacar a doña Marichuy por atreverse a restarle los votos de los sectores neozapatistas.
  El incontinente chachalaqueo.

(Mi columna "Cámara húngara" de hoy en Milenio Diario)

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