sábado, 16 de diciembre de 2017

AMLO: religión, lucha de clases y lucha de castas

Dicen algunos que AMLO es quien siempre pone la agenda. No lo dudo. Aunque hay maneras de ponerla.
  Porque los delirantes bandazos que a últimas fechas ha dado el precandidato único de Morena, más que tratar de poner la agenda muestran cierta exasperación (¿o desesperación?), sobre todo a partir de que se supo que los abanderados del PRI y del Frente serán José Antonio Meade y Ricardo Anaya, dos huesos duros de roer para López Obrador, aun cuando en estos momentos la mayoría de las encuestas lo coloque todavía a la cabeza.
  ¿Muestras de esa exasperación? La primera la dio al lanzar su ya célebre andanada de insultos contra sus contrincantes, al llamarlos “pirrurris”, “fifís”, “títeres”, etcétera, en una muestra clara de menosprecio clasista.
  Luego vinieron los peligrosos calificativos de “blanquitos” que muestran una vena discriminatoria y racista que no le conocíamos al líder de Morena. Abrir esa llaga es volver a la guerra de castas que alguna vez sangró a México. No es un tema menor, aunque los seguidores del tabasqueño traten de minimizarlo.
  Tercer bandazo: la alianza con el ultraderechista Partido Encuentro Social (PES) y la manera como López trató de justificarla, al decir (“con un fundamento moral”) que busca ganar la presidencia del país no sólo para lograr el bienestar material, “sino también para buscar el bienestar del alma”. Sólo le faltó gritar “¡Religión y fueros” o “¡Viva Cristo Rey!”.
  Apostar por la división de clases, el odio racial y lo más rancio de la religión (¿pues no que es admirador de Juárez?) no creo que le atraiga muchos apoyos y sí muchas desafecciones.
  Veo descontrolado a AMLO hasta en el anuncio de su presunto gabinete (en el que hay por cierto varios “blanquitos”). ¿Podemos creer que en el mismo no estarán Alfonso Romo, Martí Batres, John Ackerman, Layda Sansores, Yeidkol Polevnsky, Manuel Bartlett o hasta Paco Ignacio Taibo II? Yo lo dudo.
  Ya veremos el desempeño de las campañas, las encuestas y los debates. Esperemos, eso sí, mucha diversión e insano esparcimiento.

(Mi columna "Cámara húngara" de hoy en Milenio Diario)

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