sábado, 30 de septiembre de 2017

El otro sismo

También fue de gran magnitud e intensidad. También derribó y dejó agrietadas diversas estructuras. También cambió la vida de muchos y también –no podía ser de otra manera– dejó a varios con los efectos post traumáticos ante la violenta sacudida.
  Fue el otro sismo, el otro temblor, el terremoto que cimbró a la política mexicana y que tiene a tantos en el miedo, en la confusión, en la incertidumbre más absoluta.
  Hasta antes del pasado martes 19 de septiembre, las cosas parecían más o menos estables, más o menos predecibles. Ahora todo cambió y no sabemos cuáles serán las consecuencias de aquí a julio del año próximo.
  Un ejemplo lo tenemos en las elecciones para la gubernatura de la Ciudad de México (por lo que más quieran no quiten ese “la”, no derriben ese bello y femenino artículo determinado antes de la palabra Ciudad). Muchos ya daban por hecho que la virtual candidata de Morena, Claudia Sheinbaum, sería la segura ganadora. No obstante, después de lo sucedido en la escuela Enrique Rébsamen y las críticas que le han llovido, la aún delegada de Tlalpan se ha mostrado errática, nerviosa, desencajada, incluso vulnerable. ¿Cómo se traducirá eso en la mente de los votantes capitalinos, incluidos los del voto duro de Morena? ¿De qué manera la atacarán sus oponentes de los otros partidos ya en la campaña? ¿Considerará López Obrador  cambiarla o se aferrará a mantenerla? Pronto lo sabremos, pero de que doña Claudia quedó tocada, no cabe duda.
  Sin embargo, no es la única. Toda la clase política se ha visto trastocada por el sismo, en especial los partidos políticos que no atinan qué hacer con los dineros que les tocan en el nuevo presupuesto.
  La guerra sucia de las próximas campañas convertirá al reciente terremoto en una de las principales armas para lastimar al rival. Algunos políticos sacarán provecho de la tragedia y otros sufrirán lo indecible. Son los daños del otro sismo, del terremoto que nos puso a retemblar y que mostró las profundas fisuras estructurales de nuestro sistema político.

(Publicado hoy en mi columna "Cámara húngara" de Milenio Diario)

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