sábado, 3 de diciembre de 2016

Sobre Fidel (carta a mí mismo)

Me escribo esta carta desde mi edad actual, me la escribo al que fui hace más de cuatro décadas, cuando tenía 18 o 19 años de edad y estaba convencido de que el socialismo era algo históricamente inevitable y que el fin del imperialismo resultaba ineludible. Al que despertó a la conciencia política leyendo las historietas y los libros de Rius (Cuba para principiantes, entre ellos), para pasar de ahí a los textos de Marx, Engels, Lenin, Maurice Cornforth, C. Wright Mills, y hasta Marta Harnecker. También El diario del che en Bolivia y los Discursos de Fidel Castro. Al que abominó de los Estados Unidos por la Guerra de Vietnam y admiró solemne y dogmáticamente a la Unión Soviética y todo el bloque a su alrededor, incluida la China de Mao Tse-Tung. Lógicamente ese yo joven, rebelde, utopista, idealista, apasionado, abrazó la causa de la revolución cubana que para entonces cumplía sus primeros diez o doce años y era un ejemplo para quienes queríamos liberar a México y a Iberoamérica del yugo del capitalismo yanqui.
  ¿Te acuerdas, yo joven, de la manera como discutías con tus amigos, tus primos, tus tíos y tus padres, quienes no comprendían que fueras un rojo, un subversivo, un socialista? Los considerabas unos reaccionarios ignorantes cuyas cortas ideas las abrevaban de la televisión y de revistas como Life y Selecciones del Readers Digest o diarios de derecha como Novedades o El Heraldo de México. Ellos no entendían la justa causa de Fidel Castro y los suyos, esos héroes libertarios que salvarían no sólo a su isla sino, con su ejemplo, al continente y al mundo todo.
  Nunca hubieras pensado en aquel entonces que con el tiempo te desengañarías y descubrirías los horrores de Stalin, de Brézhnev, de Ceaușescu, de Pol Pot, de los chinos, de los norcoreanos y, finalmente, de Fidel, el barbudo a quien tanta admirabas, al que tanto idolatrabas y quien resultó un implacable tirano represor de toda disidencia.
  Hubieras lamentado su muerte en aquel entonces. Yo no la lamento hoy.

(Publicado hoy en mi columna "Cámara húngara" de Milenio Diario)

1 comentario:

Luis dijo...

Muchos socialistas lo son por moda, por lo "cool" de la imagen del Ché, el "otro mundo es posible", la utopía, etc. Este texto demuestra que usted lo era, pues parece que no entendió nada.
Un abrazo, Hugo.