lunes, 26 de septiembre de 2016

El álbum debut de Bob Dylan

No deja de ser curioso que un artista tan universal como Bob Dylan haya sido contratado, originalmente, como un cantautor para minorías. En efecto, la disquera Columbia decidió tomarlo con el único objetivo de encasillarlo en el género folk, sin imaginar las enormes potencialidades de su artista. De hecho, como a principios de los sesenta los cantantes de folk eran tan sólo intérpretes y no compositores, a Dylan se le permitió incluir únicamente dos temas propios, mismos que a la postre resultaron los mejores de su álbum debut. Bob Dylan (1962) es un trabajo disparejo pero digno, irregular pero emocionante, sobre todo si se le mira desde el tiempo y la nostálgica distancia. Guitarra acústica, armónica y la voz chillona y gangosa que caracterizaría al músico a lo largo de (casi) toda su carrera. Lo más destacable son, pues, sus dos composiciones (“Talkin’ New York” y “Song to Woody”), así como sus versiones a “In My Time of Dyin’”, “Baby Let Me Follow You Down” y “The House of the Rising Sun”.

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