domingo, 17 de abril de 2016

Oye, Reynaldo

No cabe duda: padecemos la publicidad que merecemos. Nuestros publicistas no sólo son en su mayoría analfabetos funcionales y destructores del idioma, sino que su ingenio resulta cada vez más pobre y lamentable. Un ejemplo claro lo tenemos en campañas como las del Consejo Nacional de la Publicidad para apoyar al Tratado Serra-Hills de Libre Comercio o en el anuncio en que se presenta a dos grupos de jóvenes como maniqueas opciones para elegir: los funestos reventados y los sanotes fresas, más estereotipados que nada.
  Este tipo de propaganda tiene uno de sus puntos más bajos en la campaña de la Secretaría del Trabajo para inducir a los obreros y empleados a "superarse” (whatever it means). Aparte de su tonito ultrapaternalista (¿con qué derecho se tutea impunemente a los trabajadores?), las frases que los distinguen son de un patetismo chabacano que da vergüenza ajena. Seguro usted los ha escuchado: "Oye, Reynaldo, ¿ya cobraste tu aguinaldo?", "No, Elena, ya sal de ese problema", "Así es, Encarnación, y todo gracias a la capacitación".
  Pero ya que tales mensajes existen y amenazan con proseguir tan campantes, sugiero las siguientes frases para nuevos anuncios de la dependencia que con tanta eficacia neoliberal dirige el inefable Arsenio Farell:

*Oye, María Bonita, te convirtieron en troglodita.
*Caray, Jacobo, ya no mientas de ese modo.
*Calma, Octavio, ser tan maniqueo no es de sabios.
*Aguas, Colosio, el PRI ya no es negocio.
*Cámara, Yuri, esos pechos son cachirules.
*Ya bájale, Monsiváis, estás hasta en los churrumáis.
*Por favor, Menotti, califícanos (aunque sea) de rebote.
*Chale, Brozo, no hagas raps tan horrorosos.
*Te lo ruego, Gorbachov, regresa por favor.
*Cuídate, Bibí, que no te coopte el PRI.
*Perdóname, Loaeza, pero leerte me da pereza.
*Lo siento, Víctor Roura, no hallo rima para Roura.
*Ni modo, Raúl Velasco, como místico eres un fiasco.
*Oye Alejo, ya no seas tan...

Y así, hasta el infinito.

(Publicado en mi columna "Bajo presupuesto" de la sección cultural de El Financiero, el jueves 13 de febrero de 1992)

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