martes, 13 de octubre de 2015

¿Quién teme a Diane Coffee?

De pronto uno se mete a explorar en internet, en busca de música nueva e interesante, y puede toparse con sorpresas más que agradables. Por ejemplo, Diane Coffee.
  Diane Coffee no es el nombre de una mujer sino del proyecto personal de Shaun Fleming, baterista del peculiar grupo angelino Foxygen, quien en 2013 ya había grabado un primer álbum muy interesante: My Friend Fish. Se trataba de una obra más bien austera, varios de cuyos cortes fueron grabados con un teléfono celular. En cambio, Everybody’s a Good Dog (Western Vinil Records, 2015) es todo lo contrario: una obra suntuosa, exultante, grandilocuente, ambiciosa, extravagante, deliciosamente pretenciosa.
  ¿A cuál género pertenece este disco? A muchos y a ninguno en particular. Hay aquí desde pop sesentero y psicodelia hasta música soul, funk, reggae y una deuda muy grande con el glam de los setenta. Por tanto, puede rastrearse la huella de múltiples influencias concretas: David Bowie, T. Rex, el sonido Motown, The Association, Smokie Robinson, pero también los Flaming Lips, Of Montreal, The Polyphonic Spree, Ariel Pink’s Haunted Graffiti y el propio Foxygen.
  Everybody’s a Good Dog (qué buen y ambivalente título) es un trabajo variadísimo en el que participan muchos músicos invitados. Las canciones varían entre sí en sonido, estilo e instrumentaciones. Los arreglos son extraordinarios y la producción impecable. Si existe una unidad, un hilo conductor, este se encuentra en las cualidades como compositor del propio Fleming, quien además posee un rango vocal que va de un timbre casi femenino a la voz de un crooner y de los alcances de un cantante de rock setentero a, como dice el reseñista estadounidense Tim Sendra, los cantos de un marinero borracho.
  Difícil resulta destacar alguna de las once canciones que conforman el álbum, pero si hay que hacerlo, yo mencionaría “Spring Breathes”, “Mayflower”, “Down with the Current”, “Duet”, “Not That Easy”, “I Dig You” y “Too Much Space Man”.
  Un estupendo disco, un gran descubrimiento que no dudo en recomendar con entusiasmo.

(Publicado hoy en mi columna "Gajes del orificio" de la sección ¡hey! de Milenio Diario)

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