jueves, 30 de julio de 2015

Lady Tabares

¿Serie? ¿Telenovela? No lo sé a ciencia cierta. Lo único que sé es que esta emisión colombiana de 2014 me agarró desde el primer día y hoy terminé de ver su capítulo 78 y final por Netflix. Adaptada de la novela La niña que vendía rosas de Édgar Domínguez y basada en hechos reales sucedidos en las zonas marginadas de la ciudad de Medellín en los años noventa del pasado siglo, Lady es la historia de una niña que vende rosas en las calles y con los años se ve envuelta en un ambiente lleno de muerte, drogas, sexo, sicarios y violencia, contrastado con otro ambiente más amable, noble y generoso que también le toca vivir y que incluye la filmación de una película (La vendedora de rosas de Víctor Gaviria) que triunfó en el festival de Cannes en 199X (es real).
  Si uno pone esta serie (dejémoslo en serie) frente a cualquier telenovela mexicana, no hay punto de comparación. Aquí el guión, las actuaciones, el casting (nada de gente "bonita" que actúa papeles de pobre), la producción, los escenarios -está grabada en los barrios populares reales de Medellín, ese mismo Medellín de Vallejo (el de La virgen de los sicarios- y de Pablo Escobar Gaviria (el mayor narco de la historia de Colombia)-, la verosimilitud, son impecables. Nada que ver con las falsísimas y sobreactuadas novelillas de la tv nacional.
  Creo que Lady vale la pena, aunque sé que a muchos les parecerá un melodrama poco digno de verse (por supuesto que no puede compararse con las grandes series premium de la televisión mundial).
  En fin, a mí me gustó (me aprendí buena parte del caló colombiano de los bajos fondos, pronunciado con esa dulzura tan propia de su acento) y me identifiqué con la mayoría de los personajes. Por si alguien la quiere ver.

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