martes, 23 de junio de 2015

Nueva música de un viejo punk

Si bien su fama nunca ha sido tan notable como la de otros músicos de su generación, cuando menos afuera del Reino Unido, aunque su proyecto seminal, The Jam, fue uno de los grupos más interesantes y notorios del punk y el new wave de la segunda década de los setenta y principios de los ochenta, Paul Weller no ha dejado de escribir y tocar buena música y a sus cincuenta y siete años (aunque parezca diez años mayor) conserva la frescura creativa de sus años mozos.
  Saturn’s Pattern (Warner, 2015), su decimocuarto y más reciente disco en estudio, es la prueba más fehaciente no sólo de su talento, sino de su sabiduría para mantenerse actual y no sonar nostálgico, incluso cuando se remite a épocas pasadas en algunas de las melodías.
  Varios son los estilos que visita Weller en el álbum y varias las influencias a las que rinde homenaje. Ahí están el rock punk a la Iggy Pop and the Stooges en la rocanrolera “Long Time” o el rock pop de estadio a la Stix en “Going My Way” o esas referencias deliciosas al sonido de Steely Dan en “Phoenix” o los huellas infaltables del blues en “In the Car” o ese beat irresistible en la sensacional “Pick It Up” o ese estilo tan Blur en “I’m Where I Should Be”.
  Saturn’s Pattern abre con un par de temas que si bien no dan todo su sentido al plato, sí lo marcan de un modo indeleble. Tanto el poderoso “White Skies”(en el que Weller emplea un megáfono para vocalizar cual si fuese un Captain Beefheart redivivo) como el acompasado y homónimo “Saturn’s Pattern” (con algo que nos remite a propuestas actuales como la de TV on the Radio) hacen que el escucha entre de lleno y sin contemplaciones en el disco y no pueda abandonarlo hasta el final del mismo.
  Hay dos versiones del álbum y en lo personal recomiendo que busque la de luxe, con tres cortes extra que están en el mismo nivel de excelencia de las nueve piezas iniciales.
  Paul Weller culmina su nuevo trabajo con la boweyiana “These City Streets”, un soul urbano con todas las de la ley. El perfecto toque final para un álbum extraordinario que termina con la frase “Aún me queda camino por recorrer”.

(Publicado hoy en mi columna "Gajes del orificio" de la sección ¡hey! de Milenio Diario)

No hay comentarios.: