martes, 18 de noviembre de 2014

Un festival bestial

En México, la existencia de festivales de música se ha convertido en práctica común y forma parte de la cotidianidad de los melómanos o los simples curiosos. Sin embargo, hay de festivales a festivales y no todos ofrecen la misma calidad artística.
  El Bestia Festival es una especie de rara avis, ya que está dirigido a un nicho muy especializado y vanguardista de público. Si en su primera edición, en 2013, tuvo gran éxito al traer un proyecto tan radical como Moonchild, del jazzista neoyorquino John Zorn, en 2014 sus organizadores vuelven a apostar por el riesgo y presentan dos conciertos imperdibles.
  El primero será este miércoles 19 de noviembre, a las ocho y media de la noche, en el Teatro de la Ciudad y constará de tres actos. En el primero, se presentarán el gran trombonista Ray Anderson en dúo con el tubista Bob Stewart, en una combinación jazzística alucinante. Luego aparecerá el enorme Mark Ribot, quien presentará por primera vez en México un solo acústico de guitarra, algo que no ha hecho en casi veinte años, por lo que se trata de una oportunidad muy especial. Finalmente, Han Bennink y Terrie Ex harán una serie de improvisaciones, integrados como dueto de guitarra y batería. Para redondear el concierto, Daniel Goldaracena fungirá como ingeniero de audio (Goldaracena pasó cerca de una década en Nueva York, trabajando con John Zorn).
  Cuatro días más tarde, en el Centro Cultural Estación Indianilla, el punk tendrá su oportunidad con las actuaciones de dos agrupaciones internacionales que visitan México por vez primera: Neurosis y The Ex, a los que abrirán los proyectos mexicanos Monogatari y (sic).
  Paralelo a estas actividades musicales, el Bestia Festival presentará en la Cineteca Nacional un ciclo de cine relacionado con la experimentación sonora, mientras que en el Museo del Chopo habrá clínicas con músicos internacionales aún por anunciarse.
  Se trata, como podemos ver, de un festival propositivo y muy interesante, posiblemente el festival de música experimental que hacía falta en nuestro país.

(Publicado hoy en mi columna "Gajes del orificio" de la sección ¡hey! de Milenio Diario)

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