sábado, 24 de mayo de 2014

Futbol vs. pueblo bueno

Nadie considera tan inferior al pueblo como los defensores del pueblo. Cualquier cosa que el término signifique, quienes se han autonombrado representantes legítimos del pópolo son aquellos que, en los hechos y las palabras, más lo desprecian y lo minimizan, aun cuando aseguran que lo hacen por su bien. Ahí está el ejemplo de los lopezobradoristas, quienes ante la clara derrota electoral en las elecciones presidenciales de 2012, la achacaron a esas mayorías ignorantes, enajenadas y manipuladas que ven la televisión y se dejan manejar por ella. Como dichas mayorías -es decir, el pueblo- prefirieron votar por el PRI y su candidato, el Mesías y los suyos no encontraron mejor explicación que la ignorancia y la estupidez de las mismas. Gente idiotizada que se vendía por un plato de lentejas, en lugar de apoyar a su salvador tropical. El pueblo bueno convertido en pueblo tonto.
  Hoy estamos viviendo un caso semejante, toda proporción guardada, cuando desde el PRD se pide que las discusiones sobre las leyes secundarias de las reformas en telecomunicaciones y energética se pospongan durante el mes de junio, ya que, según ese partido, la gente va a estar absorta y pegada al televisor para ver los encuentros del Mundial de futbol en Brasil y no se dará cuenta de cómo se aprueban esas reglamentaciones.
  De nueva cuenta, los progres, los defensores del pueblo, vuelven a mostrar el desprecio que sienten por éste y la manera como lo consideran un estúpido babeante que se dejará meter gol, mientras ve los goles de las selecciones que participan en la justa brasileña. Parecen no recordar que fue en 2006, en plena Copa del Mundo de Alemania, cuando se llevaron a cabo las elecciones presidenciales más disputadas de nuestra historia y que los votantes acudieron en masa a las casillas. No por el futbol se perdió el interés ciudadano. En absoluto.
  Habría que abandonar el concepto de pueblo como masa informe y manipulable. Lo que hay es ciudadanía y esa puede ver el futbol y estar atenta a lo que sucede a su alrededor. No hay tal cosa como el pueblo bueno. Ya supérenlo.

(Publicado hoy en mi columna "Cámara húngara" de Milenio Diario).

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