domingo, 2 de marzo de 2014

Math rock: cuando las cuentas no salen del todo

Battles.
El gusto por dividir al rock (que es un género) en una cantidad enorme de subgéneros y a estos mismos de subgenerizarlos hasta la náusea es un fenómeno típico de esta época post-posmoderna. Hoy todo es post: desde el post rock hasta el post punk, pasando por el post pop, el post trip hop, el post grunge, el post soul, el post r&b, el post hip-hop y hasta el post dub-step. No es de extrañar entonces que también se hable del post math rock. Esto implica, entonces, que haya existido un “antes” de este sub-subgénero y que, por tanto, cuente con una historia propia.
  Pero, ¿qué demonios es el math rock, es decir, el rock matemático?

Orígenes cronológicos y geográficos
Para el musicólogo mexicano Sergio Monsalvo C., “el math rock (es) un subgénero encabezado por Sweep the Leg Johnny, cuyo estilo se caracteriza por lo intrincado de sus ritmos y la experimentación y rareza de las estructuras, los espacios y los tempos (y cuyo nombre se debe a que los músicos utilizan a las matemáticas para encontrar la creatividad en el momento de escribir)”.
  Si esta definición es correcta y Sweep the Leg Johnny resulta ser la agrupación pionera del math rock, este estilo habría nacido en 1996, en la ciudad de Chicago, lo cual nos daría una certeza cronológica y geográfica que siempre es buena para comenzar. No obstante, hay quienes consideran que en realidad los orígenes del math se remontan a la primera mitad de los años ochenta del siglo pasado, con los álbumes que en esa época produjeron, por un lado, King Crimson (Discipline, 1981; Beat, 1982; Three of a Perfect Pair, 1984) y, por el otro, el músico minimalista Steve Reich (Tehillim, 1982, The Desert Music, 1985).
  En lo personal, me atrevería a lanzar una hipótesis más arriesgada y a sugerir que el math rock tuvo sus primeros esbozos en la década de los sesenta, con Frank Zappa, cuyo estilo para escribir música fue siempre extraordinariamente preciso y, podría decirse, matemático. Zappa hacía notaciones de cada una de sus composiciones, a fin de que sus músicos las reprodujeran de la manera exacta como él las había concebido, sin una nota de más o una nota de menos. Con una gran capacidad para escribir las partes armónicas y sobre todo las secciones de percusión (no olvidemos su enorme admiración por el compositor Edgar Varese y la gran influencia que su música tuvo sobre él), el autor de álbumes como Hot Rats (1969) o  Waka/Jawaka (1972), entre muchos otros, siempre mantuvo a sus músicos bajo una férrea disciplina musical e incluso virtuosos como Steve Vai se sujetaron a lo que exacta y matemáticamente les pedía el buen Frank.
  Otros antecedentes remotos del math rock estarían en los principios del rock progresivo, con proyectos como Emerson, Lake & Palmer, Genesis, Kansas, Jethro Tull, Yes, Gentle Giant, Gong, Pink Floyd e incluso la Mahavishnu Orchestra. Sin embargo, hay que decir que en aquella época nadie hablaba de un rock matemático y, para ser justos, nadie podría asegurar que este subgénero de tintes cuasi científicos viera la primera luz hace treinta, cuarenta o cincuenta años. De otra manera, vamos a acabar diciendo que los verdaderos pioneros del math rock son Bela Bartok e Igor Stravinsky.

El origen consciente
Tendríamos que acudir entonces al momento en que alguien nombró al math rock como tal (a final de cuentas, muchas veces es la palabra, el nombre, lo que da sustancia y presencia real a algo).
  Tal vez de manera un tanto arbitraria –y para volver con Monsalvo–, podríamos apuntar que el subgénero, en efecto, nació como tal en los años noventa, en la zona central de los Estados Unidos, y que además de Sweep the Leg Johnny (y su álbum debut 4.9.21.30 de 1998), también habría que nombrar a grupos como Dazzling Killmen (Dig Out the Switch, 1992) Polvo (en especial con su álbum Today’s Active Lifestyles de 1993), Craw (Lost Nation Road, 1995) o Colossamite (Economy of Motion, 1998).
  Alguien que jugó un papel muy importante en la consolidación del math rock en los noventa fue el productor Steve Albini, quien trabajó con numerosas agrupaciones (entre ellas Shellac, Rapeman y Big Black) a las que logró otorgar un sonido uniforme. Igualmente trascendentes fueron la disquera Touch and Go y los subsellos Quarterstick y Skin Graft, para los cuales firmaron numerosas bandas de math rock.

Battles y el math rock del siglo XXI
Hoy día, cuando se habla de math rock, el primer nombre que viene a la mente es el de Battles, el cuarteto originario de Nueva York que, gracias a su disco de 2007, el sensacional Mirrored, y su sucedáneo de 2011, el no menos bueno Gloss Drop, logró que el término math rock volviera a la palestra y saliera de la semioscuridad en la que lo tenían sumido especialistas y etiquetadores (o especialistas etiquetadores).
  Battles es lo que técnicamente se conoce como un supergrupo, ya que tres de sus integrantes provienen de agrupaciones importantes. Así, el baterista John Stanier pertenece nada menos que a Helmet y Tomahawk, el guitarrista y tecladista Ian Williams forma parte de Don Caballero y Storm & Stress, mientras que el también guitarrista David Konopka proviene de Lynx. Por su parte, el front man del combo es el músico avant-garde y jazzista Tyondai Braxton. Al juntar sus talentos y dar forma a Battles, ofrecieron desde su debut un math rock lleno de frescura, humor y energía, con influencias tanto del progresivo como del krautrock, especialmente en su primer álbum, cuyo tema “Atlas” es emblemático del rock matemático de la nueva centuria.
  Con influencias de grupos añejos como Magma y Van der Graaf, el sonido de Battles hace un gran incapié en los ritmos percutidos y marcados con poderosas síncopas. El crítico estadounidense Thom Jurek lo define como el equivalente musical de las novelas de ficción científica de Philip K. Dick y lo relaciona con el neoprogresivo y, por supuesto, con el post rock.

Otros exponentes matemáticos
Son muchísimos los grupos que hoy siguen produciendo math rock. Elaborar una lista ocuparía demasiado espacio, pero podemos mencionar a By the End of Tonight, Coptic Light, Fond of Tigers e incluso a Foals, aunque esta agrupación de Oxford, Inglaterra, coquetea más con el pop, el dance y el post punk.
  Mathrockeros los hay también en Australia (My Disco), Irlanda (Adebisi Shank), Polonia (Kobong), Italia (Uzeda) y Japón (Aburadako). Desconozco si existen bandas de este estilo en países de habla hispana. Aunque como dato curioso cabría apuntar que a mediados de los años sesenta del siglo pasado, hubo un conjunto mexicano, originario de Nuevo Laredo, Tamaulipas, llamado Los Matemáticos, cuyo cantante era un tal Johnny “El Matemático”. Su mayor éxito a nivel nacional fue el tema “La niña Bu”. ¿Serán ellos en realidad los verdaderos pioneros mundiales del math rock?

(Publicado este mes en la sección "De fondo" de la revista Marvin).

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