domingo, 23 de febrero de 2014

El jazmín azul de Woody Allen

Es una gran película. Sin duda alguna. Inspirada en Un tranvía llamado deseo de Tennessee Williams, con un reparto impresionante (Cate Blanchett, Sally Hawkins, Andrew Dice Clay, Alec Baldwin, Louis CK), una dirección impecable (es Woody Allen), una hermosa fotografía, en fin, todos los ingredientes para lograr un filme impecable, espléndido, digno de lo mejor del realizador neoyorquino y sin embargo...
  No sé sí fue porque me habían hablado tantas maravillas de ella o porque leí críticas por demás elogiosas (alguien la catalogó como la mejor cinta de Allen en lo que va del nuevo siglo), no sé si me hice demasiadas expectativas, pero Blue Jasmine, la película No. 42 dentro de la filmografía de uno de mis dos directores favoritos de todos los tiempos (el otro, lo he dicho, es François Truffaut), no me pareció tan grandiosa.
  Es una gran obra, como lo apunté al principio, pero no la pondría dentro de las cinco mejores de Woody Allen y quizá ni siquiera dentro de su top ten. La historia de esta mujer que cae en la ruina económica, social y psicológica, su debacle como ser humano al que de pronto le quitan todo sostén y se precipita por una pendiente imparable, está tratada con maestría, qué duda cabe, pero siento que algo me faltó o que algo me sobró. No sé si la tan celebrada actuación de Blanchett a mí de pronto me resultó exagerada o teatral (de hecho me quedo con la participación de Sally Hawkins en el papel de Ginger, la hermana de Jasmine) o si la narración cinematográfica de pronto me resultó lenta o si se requería un toque más irónico, pero al finalizar la cinta, me quedó una sensación de cierto vacío, me hizo falta algo más.
  Ciertamente, los trabajos serios de Allen no son mis favoritos. Interiores, Septiembre, Otra mujer, Match Point me parecen muy buenos filmes, pero no acaban por entusiasmarme. Únicamente Crímenes y pecados (que es una cinta mitad seria y mitad humorística) me resulta una perfecta obra de arte (y una de mis cinco máximas pelis de Woody). De hecho, si hablamos de lo que ha filmado de 2001 a la fecha, me quedo toda la vida con Una noche en París, con Melinda y Melinda, con Anything Else y con esa maravilla de 2008, despreciada y subvalorada, que es Whatever Works, una joya brillantísima que casi nadie toma en cuenta. Eso para no hablar de las grandes obras maestras del genio de Allen, como Manhattan, Annie Hall, Hanna y sus hermanas y Maridos y esposas.
  En fin. Quizá necesito verla por segunda vez, pero Blue Jasmine no me complació del todo. Esperaba más de ella y no lo obtuve. Pero sí: tengo que darle una nueva oportunidad dentro de poco.

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