viernes, 31 de enero de 2014

Catorce años en el depto

Qué rápido pasa el tiempo. Ya sé que es un lugar común, mas no por eso deja de ser cierto. El caso es que hoy cumplí catorce-años-catorce en este apartamento en el que he sido tan feliz como infeliz (por suerte mucho más lo primero que lo segundo). Amo mi lugar (aunque no sea mío sino rentado) y aunque sé que con lo que pago de renta podría encontrar un depto más grande en una zona menos cara, la verdad es que tengo un casero muy razonable y la cantidad que le abono cada mes no es en realidad tan onerosa. Sobre todo si tomo en cuenta que vivo en una colonia muy tranquila y perfectamente comunicada. ¿Cuántas personas han venido a visitarme en todos estos años, sobre todo del bendito sexo femenino? Incontables.
  ¡Lo que estas paredes han visto! Me felicito.

jueves, 30 de enero de 2014

El cumpleaños de Jan en China

Hoy mi Jan cumplió veintisiete eneros y los cumplió por primera vez en el extranjero, fuera de México, en la lejana y siempre misteriosa China. Como hay catorce horas de diferencia, los cumplió antes allá y lo festejó con amigos y con su amada Liza. Cada que se da un 30 de enero me acuerdo del momento en que Jan llegó al mundo, de las horas previas, del trabajo de parto, de la ida al hospital San José, de la espera en el cuarto, del alumbramiento en parto psicoprofiláctico, de las fotos que le tomé al nacer. Preciosos momentos que se han traducido en cinco lustros más dos años (y lo que falta) hasta ver a mi hijo convertido en un hombre bueno, talentoso, inteligente, guapo, fuerte, alto (1.82 de estatura) y con sus convicciones muy firmes. Sobra decir que lo amo con toda mi alma.

miércoles, 29 de enero de 2014

Sergio con Luis Buñuel

Ahora que le andan haciendo homenajes a mi hermano Sergio (de los cuales mis hermanas, mi mamá y yo fuimos excluidos), subo esta preciosa fotografía de principios de los años setenta (debe ser de 1970 o 71) en la que mon frere mayor aparece al lado de Luis Buñuel, ese gran genio del cine de todos los tiempos, cuando don Luis vivía en la colonia Del Valle. La foto además está dedicada por el realizador de El ángel exterminador y El discreto encanto de la burguesía.

martes, 28 de enero de 2014

Cristian Castro metalero

Para Susana Moscatel y Rafael Ocampo, en esta que es mi columna No. 100 de “Gajes del orificio”.

Además de ser carne de cañón de las redes sociales, en más de una ocasión el cantante Cristian Castro ha declarado su gusto por el rock y en especial por el heavy metal. Tengo entendido que incluso es férreo seguidor de ese grandísimo proyecto que es Tool. Quiero imaginar que es por eso que la agrupación mexicana Genitallica (uno de esos conjuntos inenarrables de los que no se sabe si son músicos relajientos, cómicos involuntarios o infantes tardíos) lo invitó a participar en su próximo disco, con una canción llamada “Quiéreme”.
  Hay quienes se han indignado ante esto. Yo diría más bien, citando al querido Ciro Gómez Leyva, que se trata de un hecho meramente anecdótico. Es decir: cuando un vocalista de música intrascendente se une con una agrupación de música insulsa, lo único que puede haber como resultado es una música sin importancia. Tristemente, ese es el estado actual del noventa por ciento del rock nacional (el porcentaje es arbitrario, pero lo intuyo): la intrascendencia absoluta, la insulsez como estandarte y la vocación por no hacer cosas importantes. Pero eso sí: ¡qué buen desmadre echan todos!
  Uno de sus problemas de fondo es ese infantilismo que persigue al rockcito que se hace en México desde sus más tempranos orígenes. No en balde sus primeras estrellas, los vocalistas surgidos de los grupos pioneros, terminaron como comediantes en la televisión. Ahí están los casos de César Costa, Enrique Guzmán, Manolo Muñoz, Luis “Vivi” Hernández y Johnny Laboriel. Algunos de ellos resultaron incluso mejores cómicos que cantantes.
  Pero aunque no hayan acabado en chistosos profesionales, sobran los personajes roqueriles que tratan de hacerse los graciosos a la menor provocación, desde Alex Lora hasta Charlie Monttana y desde “El Abulón” hasta el cantante de Café Tacuba (así, con u). Nada raro. A final de cuentas, el llamado rock mexicano no ha sido, no es y no seguirá siendo más que un gran chiste.
  Bienvenido, Cristian Castro. El Vive Latino te espera.

(Publicado hoy en mi columna "Gajes del orificio" de la sección ¡hey! de Milenio Diario)

lunes, 27 de enero de 2014

En algún lugar

Vi una muy bella y reflexiva película de Sofia Coppola: Somewhere, filmada en 2010. Muy en el estilo elegante, sobrio y pausado de su gran Lost in Translation de 2003, Somewhere narra algunos días en la vida de Johnny Marco (Stephen Dorf), un aclamado actor de Hollywood que pasa un tiempo en una elegantísima clínica-hotel para esa clase de gente famosa que siente que su vida carece de sentido. Entre el alcohol, las drogas, la superficialidad, la frivolidad, el sexo vacío (a veces eso es posible, al menos en algunas personas) y el aburrimiento, Johnny siente que su vida no tiene mucho caso. Separado de su mujer y con una preciosa hija de once años (Cleo, interpretada por la lindísima Elle Fanning, hermana de Dakota del mismo apellido), las circunstancias hacen que deba pasar unos días con la chavita y cuando menos en ese tiempo, su existencia logra alguna sustancia, algún sentido.

Stephen Dorf y Elle Fanning.

  Aunque el crédito estelar es de Stephen Dorf, para mí la película se la lleva precisamente Elle Fanning (hasta ganas me dieron de tener una hija, je), quien actúa estupendamente. Hay una escena en la que ella y su padre tienen un diálogo de miradas que es verdaderamente espléndido.
  Sofia Coppola retrata muy bien el sórdido y hueco mundillo del cine en Los Ángeles y lo hace sin tremendismos, sin morbo, siempre contenida y delicada, como contenida y delicada es esta excelente cinta.
  Me gusto mucho.

domingo, 26 de enero de 2014

Dame a tu dama

Anoche compuse esta canción que surgió como suelen surgir mis composiciones, de pronto y sin previo aviso. No esta dedicada a alguna mujer en particular, pero a lo largo de los años más recientes me he encontrado con más de una amiga que pasa o ha pasado por una situación similar y es que... ¡cómo abundan los patanes!



Dame a tu dama

Dame a tu dama y te daré un alfil,
un caballo y un peón de marfil.
Dame a tu dama y te permitiré
que hasta pongas en jaque a mi rey.
Te doy mis dos torres y el otro caballo,
te dejo decir que_eres tú_el que ha ganado
Dame a tu dama y me rendiré:
es mi modo de jugar ajedrez.

Dame a tu dama y yo la cuidaré,
pues contigo nunca habrá parabién.
Dame a tu dama y ya déjala en paz,
lejos de ti ella se quiere marchar.
Te sientes el dueño de su destino
y de su tierna vida eres el asesino.
Dame a tu dama, deja que escape,
no me obligues a darte jaque mate.

sábado, 25 de enero de 2014

Pinches usos y costumbres

Adriana Manzanares Cayetano, víctima de los "usos y costumbres".
En su cuento “La mujer sentada”, publicado en 1943, el escritor y dramaturgo Sergio Magaña narra la historia de una joven, habitante de un pueblo perdido de la provincia mexicana, a quien su padre prácticamente regala como esposa al viejo cacique del lugar. Poco resignada a su suerte, la muchacha logra encontrarse en las afueras del poblado con el joven que ama y en una escena narrada con sublime elegancia, se entrega a él justo en la víspera de su boda con el anciano carcamán. Por desgracia, esto se sabe y la casi niña es llevada esa misma noche, por su progenitor y el cacique “deshonrado”, a un descampado, donde cortan de tajo un pequeño árbol, dejan sobresalir una parte del delgado tronco a centímetros de la tierra, le sacan punta y obligan a la desventurada ninfa a sentarse en ella, para que la monstruosa arma la penetre y la desgarre por dentro. Al día siguiente, una callada muchedumbre contempla el cadáver de la infortunada que se atrevió a acostarse con el hombre que amaba y que no se guardó para el tipo al que la tenían destinada. Eran los usos y costumbres de la época y la región.
  Recordé el impactante cuento de Magaña, luego de conocer esta semana el caso de Adriana Manzanares Cayetano, la joven indígena que en 2007 fue golpeada por su familia y linchada por los habitantes de El Camalote, en la comunidad indígena de Ayutla de los Libres, en Guerrero, acusada de haber tenido relaciones extramatrimoniales mientras su marido se encontraba en los Estados Unidos y de haber asesinado al bebé que llevaba en el vientre, cuando en realidad se trató de un parto prematuro en el que el niño nació muerto. Pero esos son los usos y costumbres de esa zona y por ello estuvo varios años en la cárcel, hasta que fue liberada hace unos días por la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
  Son los usos y costumbres que tanto defienden algunos personeros de nuestra izquierda, siempre tan progresistas. Usos y costumbres que no deben ser permitidos por más que provengan de algunos grupos indígenas. No si queremos ser en verdad un país moderno y civilizado.

(Publicado hoy en mi columna "Cámara húngara" de Milenio Diario).

viernes, 24 de enero de 2014

Adriana y el "Sticky Fingers"

Vino en la tardenoche mi amiga Adriana Olivares, para platicar y escuchar música. Traía consigo un ejemplar que anda vendiendo del Sticky Fingers de los Rolling Stones en su versión original, con el cierre real del pantalón de Mick Jagger que diseñó Andy Warhol. Le dije que me lo vendiera, pero me dijo que se lo prometió a un amigo; aunque si este amigo no le confirma, sí me lo venderá. De todos modos me tomó una foto con el ejemplar y nos tomamos algunas fotos juntos. Me cae muy bien, es una muy buena persona.

jueves, 23 de enero de 2014

Mi querida Tatiana a España

Cena de despedida con mi querida y entrañable Tatiana Maillard, talentosa, culta, afable, simpática y guapísima amiga que con todo merecimiento se ganó una beca de seis meses para realizar actividades periodísticas en España, concretamente en Madrid. Vino en la noche y platicamos, comimos pizza y brindamos con vino por una magnífica estancia en tierras hispánicas. Tatiana es una espléndida periodista y editora, así como una magnífica narradora (un cuento erótico suyo ganó hace poco un primer premio en un concurso de al editorial Tusquets y se lo publiqué en la Mosca No. 2). Soy un convencido de que llegó el momento en que dé el gran salto para convertirse en una profesional de primer orden, tiene todo para lograrlo.
  ¡Felicidades, doña Tati! ¡Es usted una persona admirable, un ser humano maravilloso y una mujer guapísima! ¡Nos vemos dentro de medio año! ¡A por todo, maja!

miércoles, 22 de enero de 2014

Cuando Reactor sustituyó a Órbita

Frente al (relativo) escándalo que se ha suscitado a raíz de la desaparición de la estación radial defeña Órbita y el surgimiento, en la misma frecuencia, de Reactor 105, resulta difícil expresar una opinión imparcial. Sin embargo, como quien esto escribe no pertenece a alguno de los bandos en pugna y carece de compromisos al respecto, puede decir algunas cosas.
  Desde siempre y con sus honrosas y escasas excepciones, la llamada radio juvenil ha sido en México el reino de la estupidez más rampante. Locutores oligofrénicos (incluidos aquellos que han querido disfrazar su imbecilidad con el traje casi siempre efectivo de la corrección política), programación deficiente (gobernada durante los últimos años por los cánones impuestos desde MTV y las grandes disqueras), clientelismo vergonzante (se intenta cooptar a los radioescuchas mediante dádivas muchas veces humillantes), pedantería culterana (voces engoladas que no hacen sino repetir lugares comunes) y otros males han hecho de la radio para jóvenes una muestra palpable de nuestro subdesarrollo mental. Frente a esto, resulta difícil lamentarse por la desaparición de ese tipo de estaciones, llámense Rock 101, WFM, Radioactivo u Órbita, ya que su aporte a la cultura musical de la gente es bastante discutible. Claro, en un país donde reina la mentalidad del peor es nada, uno tendría que conformarse con lo que ha habido y lo que subsiste, bajo la consigna de que “al menos programan rock”, aun cuando la manera de programar rock en la radio la mayoría de las veces sea sin la menor contextualización y basada más en las listas de popularidad y las ventas que en una intención mínimamente cercana a la cultura.
  ¿Llorar porque se desvaneció el proyecto caciquil de Órbita? No veo la razón. ¿Felicitarse por la llegada de los antiguos radioactivos a esa emisora del Instituto Mexicano de la Radio? Tampoco veo razón alguna para ello. Lo que se necesita es una radio juvenil inteligente, crítica, con una intención musicalmente globalizadora e incluso históriográfica; una radio que respete a su público y lo considere maduro y pensante; una radio que sea informal, divertida, entretenida y antisolemne, sí, pero sin que esto se confunda con ser banal, hueca, superficial y frívola. ¿Es eso posible?
  Para ser realistas y tal como se miran las cosas en este 2005 que empieza, es como pedirle peras al olmo. Mejor olvídenlo.

(Editorial "Ojo de Mosca" que escribí hace nueve años, en el No. 89 de La Mosca en la Pared)

martes, 21 de enero de 2014

Jaime López cumple sesenta

“Hay quien no se satisface ni bailando rumba / complacientes hay que no se autocomplacen nunca”.

Jaime López (“Es tan poco el amor”)

Los cumple justo hoy, martes 21 de enero, y para celebrar sus seis décadas de vida, el autor de “Ella empacó su bistec” y la popular “Chilanga Banda (en efecto: no es de Café Tacuba) acaba de presentar una nueva canción conmemorativa llamada “Es tan poco el amor”, la cual desde este día se encuentra disponible en todas las plataformas para ser descargada.

“Tú no sabes qué placer me da verte de espaldas / justo en el momento en que tu dignidad te llama /gozo incluso si me aplicas esa ley del hielo / ya que es tan poco el amor para gastarlo en celos”.

Se trata de una balada rock con un coro muy pegajoso y hasta un tanto popero (con la frase “Es tan poco el amor” que se repite tres o cuatro veces). Estilísticamente y por su sonido, podríamos asociarla con la música, por ejemplo, de San Pascualito Rey, sólo que con un sentido mucho más rocanrolero. Un muy buen tema, en síntesis, con todo para convertirse en un gran éxito popular y en otra de las piezas emblemáticas del buen López.

“Me deleita tu perfil hostil cuando me ignoras / soy dichoso en el desprecio en que me arrojas / hasta encuentro regocijo por el desencuentro / ya que es tan poco el amor para gastarlo en celos”.

Producido por Ramiro del Real, con Erick Espartacus como ingeniero y responsable (que no irresponsable, para hacer uno de esos juegos de palabras que tanto le gustan al querido Jaime) de la mezcla, cuenta con la colaboración de Quique Rangel en el bajo. La producción ejecutiva corre a cargo de Sergio Zurita y la portada es de Ástor Alexander.

“Pese a que te parezca frívolo lo que te digo / es por pura diversión y no como mendigo / que te pido mínimo una pizca de tu tiempo / ya que es tan poco el amor para gastarlo en celos”.

Tengo la fortuna de conocer a Jaime López desde hace ya muchos años y hemos colaborado en algunas (pocas) cosas juntos. Aparte de fantástico músico y compositor, es un artista en toda la extensión de la palabra y sobre todo un sensacional tipo. Desde aquí le mando un grandísimo y afectuoso abrazo. Feliz cumpleaños.

(Publicado hoy en mi columna "Gajes del orificio" de la sección ¡hey! de Milenio Diario).

lunes, 20 de enero de 2014

En Radio Centro

Acudí a Radio Centro muy temprano en la mañana para ver desde adentro el programa "Buenos días", al que estoy invitado a integrarme. Me trataron bien, aunque no pude hablar con Héctor Martínez Serrano. Al que conocí y saludé fue a Mario Mendez Acosta, antiguo colaborador de Jorge Saldaña en el Canal 13 de Imevisión. Quedé con Manelic Martínez de regresar mañana, aún más temprano. Entrar al edificio de Radio Centro, por cierto, es como entrar a un lugar de los años cuarenta.
  En la tarde vino mi amiga Luna a quien hacía varios años (como cinco) que no veía. Fue una visita muy agradable.

domingo, 19 de enero de 2014

Invitación

Me llamó Manelic Martínez de Grupo Radio Centro para invitarme a participar, como parte del equipo cotidiano, en un programa matutino (pero muuuuy matutino). Suena bien, mañana iré a la estación para ver cómo están las cosas y conocer cómo es la emisión. A ver qué pasa.

sábado, 18 de enero de 2014

Michoacán en tenguerengue

La visión de la realidad que denotan las redes sociales es una visión en blanco y negro, bidimensional, maniquea. Esto queda clarísimo en el caso michoacano, al que feisbuqueros y sobre todo tuiteros contemplan como un problema de héroes y villanos, sin adentrarse en la extraordinaria complejidad de una trama en la que está involucrada una enorme cantidad de intereses económicos, políticos, sociales y hasta culturales que no se pueden desenmarañar con el expediente facilista de afirmar: estos son los buenos y estos son los malos.
  Si algo priva en Michoacán y, más específicamente, en la región de Tierra Caliente es la confusión. Sobre todo para quienes observamos el asunto desde fuera de esos territorios en los que interactúan autoridades estatales y municipales, dos o tres cárteles de la droga, bandas del crimen organizado, grupos de autodefensa y ahora, también, el gobierno de la República, el ejército, la marina y la policía federal. Aquello es un galimatías en el cual el posible estallido de la violencia generalizada pende de un hilo y en el que se tiene que actuar de inmediato, con precisión, inteligencia, decisión, fuerza y legalidad. O sea, casi nada.
  Hay quienes quieren ver en todo esto el caldo de cultivo de esa revolución armada por la que claman y suspiran desde la comodidad de sus escritorios, sus computadoras, sus tabletas o sus smartphones. Yo no veo sin embargo un componente ideológico en lado alguno del conflicto michoacano. Esto es mucho más turbio, mucho más opaco. Las policías comunitarias no son grupos guerrilleros y tienden más bien a convertirse, peligrosamente, en bandas paramilitares. Pero si se les desarma, ¿qué harán al momento en que, por ejemplo, los Templarios lancen una feroz ofensiva contra ellas?
  Por eso digo que el problema es complicadísimo y que no se resuelve con consignas de ciento cuarenta caracteres. La solución no se vislumbra, pero el gobierno no tiene más remedio que intervenir. Condenable no es que lo haga, condenable sería que no lo hiciera. Aunque se indignen los tuiteros en blanco y negro.

(Publicado hoy en mi columna "Cámara húngara" de Milenio Diario)

viernes, 17 de enero de 2014

Rica comida y deliciosa cena

Bluesy Letto
Reunión-junta de trabajo con la gente de Marvin en un restaurante de comida asiática de la colonia Roma. Fue a la hora de la comida, en la calle de Colima, misma que por cierto no caminaba hacía largo tiempo y no recordaba cuán hermosa es, con sus viejos edificios porfirianos y sus muchos y tupidos árboles. El lugar de la cita fue el Sésame y estuvimos Ceci Velasco, Paola Tinoco, Arturo J. Flores, Juan Carlos Hidalgo y yo, para platicar sobre los cambios que hubo en el equipo de redacción de la revista (mi querida Jimena Gómez Alarcón renunció hace poco como editora) y lo que viene en adelante. Todo fue muy cordial. La comida, deliciosa, en especial las costillas, los ejotes salteados (tenían algún nombre exótico, pero eso eran: ejotes) y el plato agridulce que yo pedí (no recuerdo el nombre). Una maravilla.
  Ya en la noche, vino a cenar mi entrañable y queridísima Letto. Vino, pizza, música, charla en su primera visita del año. Nos pusimos al día y nos desvelamos larga y deliciosamente. Qué gran amiga. La adoro.

jueves, 16 de enero de 2014

Mi método de trabajo

Una explicación diáfana y didáctica acerca de la manera como preparo todos y cada uno de mis artículos sobre temas políticos (de preferencia verlo a pantalla completa; se ruega precaución a quienes padezcan problemas cardiacos).

miércoles, 15 de enero de 2014

Puertas demasiado pequeñas

Termine de leer esta, la primera novela de una joven escritora jalisciense que promete mucho, gracias a su estilo ameno, directo y deliciosamente literario. Me refiero a Ave Barrera y no alabo su libro porque sea mi amiga y hasta muy posiblemente mi sobrina lejana, sino porque realmente me atrapó en la red de peripecias en las que se ve envuelto su personaje principal, José Federico Burgos, un talentoso pintor tapatío que se ve obligado a trabajar como copista y que cae en las manos de un rico heredero que le pide falsificar un valioso cuadro renacentista, para estafar a una familia europea. De ahí se derivan una serie de aventuras delirantes en una casona diseñada por el arquitecto Luis Barragán (cuya presencia está siempre ahí, en el relato y en la casa) y aparecen varios personajes más que peculiares (Horacio, La Tona, El Gordo, Isabel, Sócrates, Panchito, doña Gertrudis, el maestro Gabriel, Rafa Salado...), todo ello en una ciudad de Guadalajara en plenos años noventa del siglo pasado.
  El viaje iniciático de Burgos es notable y por momentos angustiante y la autora sabe llevarlo con la suficiente sabiduría literaria como para que nos olvidemos que quien narra la historia en primera persona no es una mujer, sino el propio pintor. Ese me parece uno de los grandes méritos de Puertas demasiado pequeñas, ganadora por cierto del Premio Latinoamericano de Primera Novela "Sergio Galindo" de la Universidad Veracruzana, institución que la edita. Se las recomiendo sin duda y con entusiasmo.

martes, 14 de enero de 2014

La primera joya del año

2014 arranca muy bien en el terreno discográfico. Si los primeros días de un año marcan lo que será el resto del mismo, la aparición de Wig Out at Jagbags (Matador, 2014), el nuevo álbum de Stephen Malkmus and the Jicks, es una señal de que musicalmente nos esperan doce meses estupendos.
  A los cuarenta y siete años, el antiguo líder del legendario y noventero Pavement se mantiene íntegro y fiel a sí mismo, sin tratar de “reiventarse” para quedar bien con las nuevas generaciones. Todo lo contrario. Su música sigue siendo sencilla y orgánica. Guitarras, bajo, batería, algún teclado, coros simples y su voz inconfundible. No se necesita más para hacer un disco con ese mismo dejo de rock alternativo que se escucha también en sus tres trabajos anteriores con los Jicks: Pig Lib (2003), Real Emotional Trash (2008) y Mirror Traffic (2011), este último producido por Beck.
  Esta vez, la producción corrió a cargo del propio cuarteto y el sonido tiene mucho de Pavement, quizá porque Malkmus se reunió con su antigua agrupación para realizar una gira apenas en 2010. No en balde, el buen Stephen ha dicho que en Wig Out at Jagbags el sonido es como homenaje “a la mejor década en la historia del rock” y no se refiere, como tal vez muchos pensarían, a los dorados e idealizados años sesenta sino a los duros, agresivos, complicados pero añorados noventa del siglo pasado, justo la época en la que Pavement se convirtió en leyenda del alt-rock.
  Los Jicks responden con creces a las intenciones creativas de su líder. Con nuevo baterista (la anterior encargada de tambores y platillos, Janet Weiss, se fue a tocar con Wild Flag y dejó su lugar a Jake Morris), el grupo sigue sonando compacto, inventivo y fresco, con esa humor agridulce tan característico de la música de Malkmus.
  Con temas como “Planetary Motion”, “Lariat”, “Chartjunk”, “Cinnamon & Lesbians” o la muy kinkófila “The Janitor Revealed”, el plato se desliza con placidez y deja en el escucha un sabor muy grato. Un disco irónico y divertido, realmente noventero.

(Publicado hoy en mi columna "Gajes del orificio" de la sección ¡hey! de Milenio Diario)

lunes, 13 de enero de 2014

Colección de especiales de la Mosca

Tengo dos colecciones completas de los Especiales de la Mosca. Estoy pensando seriamente en vender una de ellas a precio de Mercado Libre, aunque podría ser flexible al respecto y negociar. El único problema es que quien la adquiriera tendría que venir a recogerla, porque enviar cuarenta y tantos ejemplares por mensajería está de locos y por el peso saldría más caro el caldo que las albóndigas. Si les interesa o conocen a alguien que pueda interesarse, pueden escribir a mi correo electrónico (hgmichel55@yahoo.com.mx). Pues eso (diría el buen Román Revueltas).

domingo, 12 de enero de 2014

A medio siglo de la invasión inglesa

1964 fue un año clave para la historia de la música popular en el orbe entero. Ese año, hace exactamente medio siglo, un cuarteto de rock proveniente de la ciudad de Liverpool, Inglaterra, viajó a los Estados Unidos para dar una serie de conciertos que causó furor y dio inicio a la que a mi modo de ver fue la revolución más importante del siglo pasado, una revolución que a lo largo de cinco años cambiaría la mentalidad y la concepción del mundo de buena parte de la humanidad. Fue una revolución que a la larga demostró ser más trascendente y profunda que las revoluciones violentas acontecidas en Rusia, China, Cuba y México, porque trastocó la conciencia del ser mucho más que la del tener. El pensamiento y la filosofía de hoy, nuestra manera actual de mirar las cosas, no serían posibles sin la sutil hondura transformadora de esa revolución a la vez callada y estruendosa, sigilosa y definitiva que vivió la sociedad occidental durante la segunda mitad de la década de los sesenta. Y todo comenzó en 1964, cuando los Beatles pusieron pie en el continente americano.
  Con lo anterior no quiero decir que John Lennon, Paul McCartney, George Harrison y Ringo Starr hubiesen traído consigo esas ideas de cambio y revolución. Por supuesto que no. De hecho, en aquellos días se trataba de cuatro jóvenes bastante cándidos y hasta bobalicones que ni siquiera se daban cuenta de que eran la punta de lanza de un movimiento artístico y cultural que en los años siguientes iría permeándolo todo, para terminar con el puritanismo conservador de los años cuarenta y cincuenta, especialmente en el interior de la mayor potencia económica y militar del planeta. Los estadounidenses dejaron entrar a aquellos cuatro inglesitos greñudos, sin imaginar que iban a inocular el virus de la rebeldía, la inconformidad y la transformación superestructural. Con la llegada de los Beatles a Nueva York, daba inicio la invasión inglesa y con ella, el nacimiento de la contracultura.
  No deja de resultar paradójico que los primeros himnos de aquel movimiento en ciernes fueran canciones tan inocuas como “She Loves You” y “I Wanna Hold Your Hand” o que algunos de los grupos británicos que siguieron a los Beatles resultaran tan vacuos como los Herman’s Hermits o los Dave Clark Five. Sin embargo, un poco más atrás venían otros músicos mucho más inteligentes y sustanciosos, la verdadera cara de lo que anunciaba el porvenir. Los Rolling Stones, los Kinks, los Yardbirds, los Animals y los Who, una pentalogía de magnífico rock que haría que la juventud no sólo de la Unión Americana sino de todo el mundo occidental se estremeciera por la fuerza de su música y sus letras y por lo que esto influiría en campos como la literatura, el cine, el teatro, las artes plásticas, la sexualidad, el consumo de drogas, la religión, la moda, la alimentación, la vida cotidiana y, por supuesto, la política.
  Abrazados al rock, con los años llegarían el pacifismo, el ecologismo, el feminismo, el antirracismo, el vegetarianismo y un largo etcétera de ismos. Para horror de las buenas conciencias estadounidenses de la postguerra, el rock resultaría mucho más que una simple música y si a finales de los cincuenta habían conseguido apagar dentro de su territorio al malvado rock n’ roll de los Chuck Berry, Little Richard, Jerry Lee Lewis y el primer Elvis Presley, en 1964 no lograron impedir el arribo de la ola inglesa y su simiente profundamente evolucionaria y revolucionaria, aunque los cabecillas de dicha invasión no sospecharan ni por asomo lo que significaría eso que traían entre manos.
  1964, pues, fue el año clave. Hace media centuria. El mundo estaba en plena guerra fría. John F. Kennedy había sido asesinado apenas unos meses antes. La juventud del mundo vivía en una especie de limbo, a pesar de que la revolución cubana llevaba ya un lustro de existencia. La figura del Che Guevara aún no se volvía mítica. Entre tanto, en México vivíamos la aparente tranquilidad del desarrollo estabilizador, con el PRI en el poder y Gustavo Díaz Ordaz en la presidencia, cuatro años antes del estallido estudiantil.
  ¿Quién iba a imaginar que la verdadera revolución cultural venía en un avión proveniente de Gran Bretaña y que tocó tierra en el aeropuerto de Nueva York a principios de 1964?
  El peligro no estaba en Cuba, China o la Unión Soviética, sino en las inocentes canciones de los Beatles. Era la invasión inglesa. Quién lo iba a decir.

(Publicado este mes en la revista Nexos No. 433)

sábado, 11 de enero de 2014

Año nuevo, ¿México nuevo?

En lo político, para nuestro país el 2013 fue un año de siembra. Cierto que no podemos estar contentos con el casi nulo crecimiento económico o la permanencia de la inseguridad y la violencia que fueron sellos terribles del año que acaba de irse. Sin embargo, nos gusten o no los resultados, la clase política mexicana hizo algo que durante más de quince años no había hecho: se puso de acuerdo y sacó adelante una serie de reformas estructurales que México requería desde 1997, si no es que antes.
  Trienios iban y venían y las diversas legislaturas no hacían sino bloquear cualquier iniciativa que buscara cambiar las anquilosadas estructuras sobre las cuales hemos vivido estos tres lustros. La generación del no, como la llama mi querido Ciro Gómez Leyva. Pero en 2013 se operó el milagro y al parecer surgió la generación del sí: los principales partidos políticos dejaron de obstaculizarse y en un hecho prácticamente inédito, de una u otra manera aprobaron todas las reformas propuestas por el nuevo gobierno, mismo que demostró una habilidad política que muchos no esperaban y gracias a la cual el país de 2014 es ya otro distinto al del periodo 1997-2013. Para bien o para mal (depende el color del cristal con que se mire y depende también de cómo se instrumenten las reformas), pero México es otro y lo irá siendo cada vez más de ahora en adelante.
  Los cambios no se notan aún, por supuesto. En la práctica se irán viendo a mediano y largo plazos. No obstante, el hecho de haber roto mitos y tabúes, como el sacro principio de la no reelección (en la reforma política) o la posibilidad de la inversión privada en Pemex (nuestra gran vaca sagrada en camino de ser nuestro gran elefante blanco), representa un paso tan dramático como sustancial.
  El país necesitaba echarse a andar y en 2013 se dio el banderazo de salida. A qué velocidad avanzará y si lo hará por el rumbo correcto, lo iremos atestiguando paso a paso. Pero contra viento y marea, hoy el gobierno y la clase política pueden decir, muy galileamente (y no por la Montijo sino por el Galilei): “… y sin embargo se mueve”.

(Mi columna "Cámara húngara" de hoy en Milenio Diario)

viernes, 10 de enero de 2014

Noventa y dos años

Mi mamá con mis sobrinos Axel y Leyla por ahí del año 2000.
Hoy mi mamá cumplió noventa y dos años y sigue tan campante y ligera como si tuviera veinte menos. No hay mucho que añadir aquí que no haya dicho cuando cumplió los noventa o los noventa y uno. Rebeca continúa sana e independiente y sólo la memoria le falla de pronto y su oído sigue un tanto sordo (aunque ella sigue terca en no ponerse el aparato para escuchar mejor).
  No pude verla, pero le hablé por teléfono para felicitarla. El domingo le haremos su festejo en el departamento de Ivette. Todo tranquilo. Todo muy bien.

jueves, 9 de enero de 2014

Che Groucho

Una imagen de mi amigo de facebook, el diseñador gráfico Erich Obed, quien se basó en una frase mía para hacerla.

miércoles, 8 de enero de 2014

Películas y series de 2013

He aquí la lista de las películas que recuerdo haber visto a lo largo del año pasado (vi algunas más, pero estas son las que se me quedaron en la mente), al igual que las series cuyas temporadas terminé de ver (habiendo visto todas las anteriores). El orden, como con los libros, es cronológico. Dato curioso: ninguna cinta la vi en el cine, en 2013 no puse un pie en alguna sala cinematográfica y no sé si eso sea bueno o sea malo.

Películas: 

Melancolía de Lars von Trier
The Departed de Martin Scorsese
J. Edgar de Clint Eastwood
Trouble with the Curve de Clint Eastwood
Siete sicópatas de Martin McDonagh
La pequeña ladrona de Claude Miller
Angel Heart de Alan Parker
Your Sister’s Sister de Lynn Shelton
Échale la culpa a Río de Stanley Donen
Anna Karenina de Joe Wright
George Harrison Living in the Material World de Martin Scorsese
Amor de Michael Heneke
Gangster Squad de Ruben Fleisher
Elefante blanco de Pablo Trapero
You Will Meet a Tall Dark Stranger de Woody Allen
Patsy mi amor de Manuel Michel
El gran Gatsby de Baz Luhrmann
Estas ruinas que ves de Julián Pastor
No es país para viejos de los hermanos Cohen
Prêt-à-Porter de Robert Allman
Full Frontal de Steven Soderbergh
Farewell My Lovely de Dick Richards
We’re the Millers de Rawson Marshall Turner

Series:

Homeland (Temporada 2)
Californication (Temporada 6)
Shameless (Temporada 3)
Orange Is the New Black (Temporada 1)
Hemlock Grove (Temporada 1)
Breaking Bad (Temporada final)
Los Borgia (Segunda temporada)

martes, 7 de enero de 2014

El niño del amo(r)

Es tal la cantidad de buena música que se produce en casi todo el mundo que resulta imposible abarcarla toda en el instante en que aparece. Diariamente salen discos de nuevos y viejos grupos, de nuevos y viejos solistas. Esto en cualquier género musical del que se hable y el rock, por supuesto, no es la excepción. Todo lo contrario.
  Estamos ya en 2014 y las producciones del naciente año empiezan a aflorar. No obstante, los rescoldos del 2013 permanecen y aún deparan sorpresas que nos pasaron de largo o que por estar tan ocultas no alcanzamos a descubrir en su momento.
  Es el caso de The Child of Lov (así: Lov) y su disco homónimo (y póstumo), editado por la disquera Domino por medio de su subsello Double Six y que fue dado a la luz a mediados de noviembre pasado, un mes antes de la sorpresiva muerte del autor del proyecto. Estamos ante un disco portentoso que bien pudo aparecer en las listas de lo mejor del año pasado, aunque prácticamente no estuvo en una sola de ellas.
  Poco se sabe del responsable de este proyecto, sólo que se hacía llamar Cole Williams (aunque su verdadero nombre era Martijn Teerlinck), que nació en Bélgica, se crió en Amsterdam, Holanda, y era un diseñador gráfico de veintiséis años de edad con el suficiente talento musical como para convocar y tener de invitados en este, su álbum debut, a personalidades de la talla del hip-hopero MF Doom, Thundercat (bajista de Flying Lotus) o el mismísimo Damon Albarn, quien tuvo mucho que ver en la producción de varios de los temas del LP y participó directamente en uno de ellos (“One Day”).
  Con un sonido al que podríamos denominar como neo soul psicodélico y con dejos de TV on the Radio,  a cuyo sonido remite de inmediato, las composiciones de Williams poseen una densidad hipnótica y una oscuridad atrapante.
  The Child of Lov es una de las mejores obras de finales del año pasado, una tremenda propuesta discográfica. Lamentablemente, no habrá un segundo disco de este prometedor proyecto. Descanse en paz Martijn Teerlinck.

(Publicado hoy en mi columna "Gajes del orificio" de la sección ¡hey! de Milenio Diario).

lunes, 6 de enero de 2014

Mis libros del 2013

Estos son los libros que leí el año pasado. Sólo para el registro, ya que a todos les hice su respectivo comentario aquí en mi blog. Únicamente dos (el de Roura y el de Suffel) no fueron novelas. Los pongo en el orden cronológico en que fueron leídos.





Anónimo de Ignacio Solares.
El libro vacío de Josefina Vicens.
El apogeo de la mezquindad de Víctor Roura.
Ana Karenina de León Tolstoi.
El amor en los tiempos del cólera de Gabriel García Márquez.
Tokio Blues de Haruki Murakami.
Plegarias atendidas de Truman Capote.
El eterno marido de Fiodor Dostoievski.
La reina del sur de Arturo Pérez-Reverte.
No es país para viejos de Corman McCarthy.
El largo adiós de Raymond Chandler.
Flaubert de Jacques Suffel.
Tren nocturno de Martin Amis.

domingo, 5 de enero de 2014

Tardenoche y fotos con Liza

Mi querida Liza Ambrossio vino esta tarde a visitarme y la pasamos más que bien. Cominos pizza y ensalada, tomamos vino blanco, escuchamos música y platicamos de todo. Al final me tomó unas fotos con su reluciente iPhone, una de las cuales muestro aquí (sin anteojos, por cierto). Un honor ser fotografiado por tan buena artista de la lente.

sábado, 4 de enero de 2014

Tendencias de la moda progre 2014

14 años de Milenio Diario, 14 años en Milenio Diario. Felicidades a toda la familia milenaria.

Cuando en la moda se habla de tendencias es porque cierto tipo de atuendos (eso que hoy llaman outfits) y cierta clase de aspectos (eso que desde hace tiempo llaman looks) se impondrán (literalmente) en los gustos de los consumidores de los más diversos chunches, trapos y boberías. Las tendencias son determinadas por unos pocos para ser adoptadas acríticamente por muchos. Así ha sido a lo largo de la historia de la humanidad: unos cuantos deciden y las multitudes acatan y obedecen sin chistar.
  Pero no se crea que esto es privativo del consumismo o una característica exclusiva del llamado capitalismo salvaje. Una mirada atenta a las redes sociales en México permite advertir que también entre nuestra clase progre se imponen tendencias y que las masas conscientes y revolucionarias que la conforman las acatan y obedecen cual quinceañeras lectoras de revistas para teenagers histéricos. Es por eso, por ejemplo, que todos los miembros del izquierdismo new age mexicano poseen la misma visión de las cosas, gritan los mismos lemas, emplean las mismas frases hechas, manejan los mismos argumentos y repiten ad nauseam las mismas arcaicas consignas. Sus líderes se encargan de crear ciertas percepciones y ellos se las tragan como pildoritas que los hacen ver todo de un mismo color y en una sola dimensión.
  En estos días, sin embargo, se percibe en esas mismas redes sociales un cierto cambio en las tendencias otoño-invierno de la moda militante. Hay ahí un dramático descenso en el gusto por el pejismo cool y empieza a surgir una preferencia por el neozapatismo chic que, luego de veinte años, parece volver por sus fueros.
  Las modas siempre regresan. Chiapas es trending topic, al igual que el subcomandante Marcos. Los usuarios izquierdosos de las redes ya repiten palabras como “caracoles”, “comunidades indígenas”, “pasamontañas”, “dignidad rebelde”, etcétera.
  Así que si es usted progre y no se quiere quedar atrás, ya sabe cuál es la tendencia para este 2014: ¡a cambiar el outfit y adoptar el nuevo-viejo look de la guerrilla light!
  El neozapatismo rules: ¡wow!

(Publicado hoy en mi columna "Cámara húngara" de Milenio Diario).

viernes, 3 de enero de 2014

El rock del 2013

These New Puritans y el mejor disco del año que se fue.
Tal vez musicalmente no fue un año tan bueno como el 2012 o como los cinco anteriores. Sin embargo, este 2013 que se nos va presentó una buena cantidad de excelentes discos de rock y sus subgéneros adláteres. Incluso en México, aunque el panorama para el rock sigue siendo tristísimo, hubo al menos cuatro o cinco piezas dignas de consideración.
  Sin que haya existido un acontecimiento verdaderamente estremecedor, para bien o para mal, el rock que se hace en el planeta siguió dominado por el liderazgo de aquel que se hace en los países anglosajones y es de éstos que surgieron los mejores álbumes de los doce meses que se acaban de ir. Varios grupos y solistas consagrados sacaron nuevos discos y otros, de cuño más o menos reciente, pusieron en circulación segundas o terceras obras que los consagraron o los hicieron tropezar. No hubo platos que cambiaran al género, pero sí al menos una decena de obras de arte, lo cual podría parecer poco. ¿Un año mediocre entonces? Yo no diría tanto. Tal vez se haya tratado, acaso, de una anualidad de transición.
  ¿Qué fue lo más destacado en el rock que se hizo en 2013? Desde mi particular punto de vista, lo más notable fue el regreso discográfico (y en el primero caso incluso físico) de cuatro viejos exponentes del rock: David Bowie, My Bloody Valentine, Nine Inch Nails y Pearl Jam. Bowie había desparecido prácticamente durante una década y su retorno nos tomó en verdad por sorpresa. Fue una grata situación, porque su álbum The Next Day, sin llegar a la altura de los discos clásicos del británico, resultó un trabajo muy digno y disfrutable y quizá represente el inicio de una nueva etapa como artista. My Bloody Valentine reapareció con el homónimo m.b.v., de una finura shoegaze plena de delicadeza introspectiva. En el caso de NIN, Trent Reznor volvió por sus fueros con Hesitation Marks, una placa llena de madurez que no por ello pierde ese filo cortante y agresivo que siempre lo ha caracterizado. Por su parte, los de Seattle produjeron Lightning Bolt, su primer disco en cuatro años, una obra contundente, vertiginosa, impecable. A mi modo de ver, uno de los tres mejores álbumes del 2013.
  Grandes obras de arte del año fueron Field of Reeds de esa agrupación inclasificable que es These New Puritans, Once I was an Eagle de la cada vez más asombrosa Laura Marling, Loud City Song de la grandiosa Julia Holter, …Like Clockwork de los tremebundos Queens of the Stone Age, Personal Record de la siempre original Eleanor Friedberger, Kveikur del misterioso Sigur Rós (otro regreso, de hecho), Amok del Atoms for Peace de Thom Yorke y, de manera muy sobresaliente, The Electric Lady de la extravagante (y en una de esas hasta extraterrestre) Janelle Monáe.
  Pero si hay que hablar de un disco fuera de serie, ese fue AM de Arctic Monkeys, el aún joven cuarteto inglés que ha realizado un álbum que es casi un manifiesto de lo que es y ha sido el rock británico, un elepé sin desperdicio, rocanroleramente glorioso. Desde mi humilde opinión, el disco del año.
  Otros álbumes dignos de mención: The Invisible Way de Low, Overgrown de James Blake, Modern Vampires of the City de Vampire Weekend, Random Access Memories de Daft Punk y, aunque no logró convencer a muchos especialistas, Reflektor de Arcade Fire.
  En México, el año estuvo marcado por esa tendencia infumable de convertir al rock en un ente promiscuo, al tratar de fusionarlo (es un decir) con la cumbia, la canción ranchera y la música grupera (la presencia estelar de los Ángeles Azules en el festival Vive Latino fue la culminación de ese grosero proceso). Mientras tanto, el llamado underground mexicano sólo mostró a tediosos exponentes convencidos de que cantar en inglés los hará consagrarse algún día en el plano internacional. A pesar de ello, hubo trabajos discográficos estupendos, en especial Eclipse de memoria de La Barranca (a mi parecer, el disco nacional de 2013), Infinito de Alejandro Otaola e Iraida Noriega y el curioso –y bueno– Vayijel del grupo tsotsil del mismo nombre. Además, sin ser discos de rock en sentido estricto, cabe mencionar al Quasianimal de Los Músicos de José, Cinema Mandril de Sr. Mandril, Marte en cero de Iris Bringas, Mudanza de Xavier y el divertido No corro, no grito, no empujo de Triciclo Circus Band. Muy grises y decepcionantes, en cambio, los que hicieron Café Tacuba, Zoé y Julieta Venegas.
  2014 promete ser un año interesante, pero es mejor no adelantarse. Por lo pronto, 2013 fue un buen año a secas para el rock en el mundo.

Los cinco mejores discos de 2013

1. These New Puritans. Field of Reeds. Una auténtica obra de arte. Composiciones de intrincada armonía, constantes rompimientos rítmicos y melodías etéreas que van de la belleza más celestial a las oscuridades más infernalmente escalofriantes. Avant-garde, jazz, rock, aires clásicos y pasajes que parecen parte del score de una película inexistente. Estos These New Puritans parecen destinados a ser la agrupación de vanguardia sine qua non durante muchos años más.

2. Arctic Monkeys. AM. Un vehículo de placer total y absolutamente rocanrolero. La reivindicación del rock en un viaje gozoso por territorios de enorme contundencia musical y con un espíritu desafiante y altivo que resume lo mejor del rock inglés desde sus orígenes hasta la actualidad, pasando por el punk, el new wave, el movimiento ochentero y el brit pop, todo ello perfectamente fusionado en un estilo fresco e irresistible. Un plato en verdad espléndido.

3. Janelle Monáe. The Electric Lady. Monáe continúa imparable y sigue haciéndonos pensar que es una extraterrestre genial. Con la tercera parte de su monumental concepto Metropolis y luego del monumental The ArchAndroid de 20010, esta joven cantante, compositora, arreglista y productora estadounidense establece que lo suyo es la más compleja variedad musical. Un trabajo impactante.

4. Laura Marling. Once I Was an Eagle. Intimista, provocativa, intensa, sensual, la música de Marling resulta perfecta para su voz cálida e intencionada que en este álbum se ve enmarcada por una instrumentación sobria y austera. Gran ejecutante de la guitarra acústica, en la que parece heredar los estilos en dicho instrumento de un Jimmy Page o un David Gilmour, Laura es además la más auténtica heredera de la ya retirada Joni Mitchell. Un disco para almas etéreas y espectrales de esta joven y talentosísima británica.

5. Pearl Jam. Lightning Bolt. Una trabajo estupendo. Uno de los mejores álbumes de Pearl Jam, incluso me atrevería a decir que casi a la altura del legendario Ten de 1991 o del Vitalogy de 1994. Sin embargo, hay marcadas diferencias, sobre todo porque se trata de un sonido perfectamente actualizado y que por fortuna no recurre a nostalgias baratas. Doce composiciones extraordinarias que lo mismo recrean el clásico sonido del grupo que incursionan en nuevos aires estilísticos. Un feliz regreso a las andadas.

(Publicado, con ligeras variantes, el pasado miércoles 1 de enero en la sección "El ángel exterminador" de Milenio Diario).

jueves, 2 de enero de 2014

2013, un balance personal

En lo personal, puedo decir que 2013 fue para mí un estupendo año, muy especialmente por el regreso, después de cinco años y cuatro meses, de mi querida hija, la Mosca (ya sin el apellido “en la pared” y con otra editorial). La revista ha sido recibida de manera entusiasta y eso es algo que me llena de contento. Fue el año también en el que mi hijo Jan, quien cumplió veintisiete años, se fue a radicar un tiempo a China, con su amada Liza, y mi hijo Alain, quien cumplió treinta y uno, se mudó con su amada Hallet, al fin a su propio y anhelado departamento.
  Año de buena salud (salvo un par de gripitas por ahí), mucho trabajo (sigo colaborando felizmente en Milenio Diario, Nexos, Marvin, Laberinto y Este País) y mucho amor de la gente que amo: mis hijos, mis familares, mis amigas. De estas, me mantuve cerca de las más entrañables y conocí a otras con las que se ha ido construyendo una bella amistad.
  Mi mamá cumplió noventa y un años y sigue perfectamente sana. Volví a ver después de cerca de treinta años a mi amigo de infancia, Alejandro González Rubín, con quien tuve una cena familiar muy agradable en nuestro mutuo Tlalpan. Con mis hermanas todo bien: ambas se mudaron de casa al finalizar el año, las dos para mejorar notablemente su calidad de vida. Con Rosa todo bien también.
  Por cierto que en cuestiones de salud, en mayo me sometí al arreglo de mi hueso Atlas y a partir de entonces los dolores de espalda que tanto me molestaron en 2012 disminuyeron hasta ser casi nulos (los de cuello desparecieron como por arte de magia). No me cansaré de recomendar al doctor Ignacio Martínez y su método de salud. La compra de un nuevo y necesarísimo colchón ha ayudado a que mi espalda esté ya como si nada.
  Entre los fallecimientos de gente cercana, debí lamentar el de mi tía Esperanza (hermana mayor de mi papá), el de don Federico Cantú (padre de mis amigos-hermanos Adolfo y Fede) y el del buen Gustavo García, gran crítico de cine que llegó a colaborar conmigo en la Mosca; no había entre nosotros, por cierto, parentesco alguno. Otro antiguo colaborador que partió -aunque él lo fue en Natura, en los años ochenta- es el caricaturista Manuel Ahumada.
  Se cumplieron veintidós años de la muerte física de mi papá (quien justo hoy habría cumplido los noventa y tres), tres de la de Sergio y cinco de la Jorge, aunque los sigo sintiendo muy cercanos.
  Un deceso muy doloroso fue el de mi amiga Mariana A., quien desapareció de manera trágica y totalmente inesperada, siendo muy joven aún. La última vez que charlé con ella, en noviembre, por el chat de facebook, me pidió que le consiguiera una playera de la Mosca. Ya no pude dársela.
  Viajes sólo realicé uno, a Torreón y Saltillo, para impartir mi curso “Historia crítica del rock mexicano” y presentar la revista en el marco del Festival RoCkoahuila. También di un curso en septiembre, sobre crítica de discos, en el Centro Cultural Woody Allen, el cual cerró sus puertas a finales de año, por problemas económicos. Al parecer, la idea es que regrese pronto, en algún otro local. Espero que así sea.
  En fin, un año agridulce, con sus altas y sus bajas, un año que he llamado de transición, ya que espero un 2014 aún mejor, no sólo para mí, sino para toda la gente que amo y que quiero. Un año mejor para mi país también.

miércoles, 1 de enero de 2014

2013: un recuento (y II)

México:

Mejor disco: Eclipse de memoria de La Barranca.
Mejor grupo: La Barranca.
Mejor solista: (desierto)
Mejor disco experimental: Infinito de Alex Otaola e Iraida Noriega.
Mejor disco de funk: Quasianimal de Los músicos de José.
Mejor disco de música étnica: Cantos para una diáspora de Dora Juárez Kiczkovsky.
Mejor disco de música versátil: No corro, no grito, no empujo de Triciclo Circus Band.
Mejor disco de avant-garde: Miranda según De Robina de Miranda, Cayetano y De Robina.
Mejor disco de punk rock: Dead Celebration de Maniquí Lázer.
Mejor disco de metal: Vayijel de Vayijel.
Mejor disco de progresivo: Marte en cero de Iris Bringas.
Mejor disco de rock pop: Buenos días de Foeme.
Mejor disco de jazz electrónico: Cinema Mandril de Sr. Mandril.
Mejor disco de jazz: Diego Maroto Asian Trio de Diego Maroto.
Mejor disco de raíces negras: Mudanza de Xavier.

Peor disco: Cómo te voy a olvidar de Los Ángeles Azules & Friends.
Peor grupo: Enjambre.
Peor solista: Empate técnico: Juan Cirerol y Silverio.
Grupo más inenarrable y rey del humorismo involuntario: Los Drágulas.
Peor disco de rock: En México al parecer ya no se graba rock ni siquiera de mala calidad.
Peor disco de rock pop: Programatón de Zoé.
Peor disco de balada pop: Amanecer de Los Daniels.
Peor disco de ska: Mi vida en otro lado de Maskatesta.
Peor disco de rock “latino”: Rock latino de Liquits.
Hecho mas hilarante del año: la instauración por decreto del "Día del rock mexicano".
Hecho más lamentable del año: la participación estelar de los Ángeles Azules en el Vive Latino y la imposición de la cumbia como nuevo subgénero (¿o metagénero?) del rockcito nacional.

(Publicado ayer en mi columna "Gajes del orificio" de la sección ¡hey! de Milenio Diario).