miércoles, 10 de abril de 2013

Rock y fotografía

Mick Jagger por Annie Leibovitz.
¿Una imagen vale más que mil palabras? No necesariamente. De hecho, casi nunca acontece así. En ese sentido, el valor de la fotografía se ha exagerado, al darle prácticamente la calidad de un metalenguaje. No. La foto posee sus propios códigos, con sus alcances y sus limitaciones, pero jamás superará la profundidad de la palabra hablada o escrita. Esto no significa que se le desprecie. Por el contrario, la imagen fotográfica es un arte, un oficio, un modo de expresión de enorme importancia, parte inseparable de la comunicación contemporánea y como tal –como arte, oficio y modo de expresión-, ha desempeñado un papel fundamental dentro del campo de la música en general y de la música de rock en particular. A diferencia de lo que sucede en otros géneros, en el rock la fotografía ha jugado un rol de la mayor trascendencia, en ocasiones empatándose casi con la propia música. Carreras musicales enteras se han apoyado en el manejo de la imagen. ¿Qué hubiera sido de Elvis Presley sin la reproducción de su rostro, de su cuerpo, de sus poses y sus actitudes en decenas de miles de publicaciones alredor del mundo o en las portadas mismas de sus discos? Seguramente hubiese tenido un gran éxito, mas ni por asomo se habría convertido en el icono de culto en el cual se transformó. Y lo mismo podemos decir de muchos otros, desde los Beatles hasta David Bowie, desde Kurt Cobain hasta el propio Thom Yorke. Curiosamente, otras carreras se han basado en la negativa absoluta a ser fotografiados, caso concreto de The Residents o de Sigur Ros. Como sea, la foto ha acompañado a rocanroleros y roqueros durante cerca de cincuenta años (si damos como válida la discutible tesis de que en este 2004 se cumplen cinco décadas del nacimiento del rock). Es por ello que La Mosca quiso brindar un humilde homenaje a los grandes fotógrafos, nacionales y extranjeros, que se han encargado de mostrar la apasionante historia de esta música con sus extraordinarias imágenes.

(Editorial "Ojo de mosca" que escribí para el No. 85 de La Mosca en la Pared, aparecido en agosto de 2004).

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