sábado, 23 de marzo de 2013

Ebrard y Mancera: pleititos

¿Bien fajado?
Así le dice el locutor Christian Martinoli a Ángel Reyna, hoy jugador del Pachuca y de la selección mexicana: Pleititos, por la fama de rijoso y problemático que ha arrastrado a lo largo de su carrera futbolística.
  Me acordé del (eso sí) excelente mediocampista ofensivo que militara también en el San Luis, el Necaxa, el América y el Monterrey, porque a lo largo de los días más recientes ha corrido por ahí el runrún de que el jefe de gobierno del DF y su antecesor también le andan haciendo al Pleititos.
  No sé si sea verdad o no, pero el caso es que muchos aseguran que entre Miguel Ángel Mancera y Marcelo Ebrard existen serias diferencias y hasta hay quienes dicen que el rompimiento entre ambos ya se produjo o está a punto de darse.
  Que si Marcelo anda de padiernero y se apoya en los bejaranistas para ponerle piedritas en el camino a don Migue. Que si éste anda investigando qué pasó con los mil 59 millones de pesos que el gobierno de Ebrard pagó de más por la construcción de la Línea 12 del Metro, aparte de que ésta quedó inconclusa y le faltan aún treinta y cuatro escaleras eléctricas. Que si El Carnal desairó a su sucesor, al no asistir al acto de los cien primeros días de gestión de éste. Que si Mancera apoyó la destitución de la marcelista Esther Orozco como rectora de ese jugoso botín político y ruinoso proyecto académico que es la Universidad Autónoma de la Ciudad de México y en cambio apoyó al lopezobradorista Enrique Dussell como rector patito de la misma. Muchos dimes y diretes.
  En fin que, según los rumores, los golpes bajos estarían de a peso entre este par de pleititos, aunque en sus declaraciones los dos hablen maravillas el uno del otro. ¿Qué debemos pensar entonces? ¿A quién le conviene mostrar esa pretendida pugna entre los que hasta hace muy poco tiempo eran uña y carne? Para decirlo en términos de novela policiaca: ¿quién es el principal beneficiario del crimen?
  Como ya se me acabó el espacio de la columna, ahí se lo dejo de tarea, querido lector, para que saque usted sus propias y muy particulares conclusiones.

Publicado hoy en mi columna "Cámara húngara" de Milenio Diario.

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