viernes, 23 de noviembre de 2012

Torreón, día 2

Tuve que levantarme temprano, luego de una noche bastante fría y con el agravante de que las camas sólo tenían una sábana y una cobija tan delgada... como una sábana. Como a las dos o tres de la madrugada debí tomar necesariamente la sábana y la cobija de la otra cama para calentarme un poco.
  El desayuno fue con un cupón que me dieron en el hotel, para consumir el buffet "americano", aunque si pagaba cien pesos podía tomar el buffet digamos normal. Opté por el primero. Craso error: estuvo infame, en especial los huevos con jamón que parecían huevos con jabón. Caray, dos desayunos malos seguidos (si contamos el de ayer en el aeropuerto del DF).
  A las doce pasó por mí Prometeo Murillo y nos fuimos a tomar un café al Sanborns que está frente al hotel. Platicamos muy sabrosamente durante cerca de dos horas. A las dos regresé a reposar al hotel y otra vez no comí. A las cuatro pasó Paco por mí y di la segunda parte del curso, con algunos alumnos nuevos a cambio de otros que faltaron. Ahora vimos lo que fueron las décadas de los setenta y los ochenta.
  Al terminar, poco después de las siete, me fui con Martha, una de las alumnas e integrante del grupo de blues Deneb (la única agrupación bluesera de Torreón), a su casa, para ensayar. Resulta que desde hace más de una semana, me ofreció tocar al final del curso y tocar canciones mías que su banda ya se sabía. Genial, todo un honor. Nos fuimos en su camioneta y luego de unoa quince o veinte minutos arribamos a su hogar, donde ya nos esperaban su esposo, José (guitarra principal) y Jorge (batería). Marha y Jorge tienen tres lindas hijitas, la mayor de dieciséis años y quien hasta hace poco era la bajista del grupo, aunque renunció recientemente, je. Ni hablar: Martha se haría cargo del bajo y los coros y yo de la guitarra de acompañamiento y la voz principal (me prestaron una preciosa guitarra Ibañez).
  El ensayo resultó magnífico, me sentí muy bien. Tenía temor de que por falta de práctica mi voz fallara o me lastimara la garganta, pero todo estuvo perfecto. Pusimos cuatro canciones: "Algo prohibido", "El blues del destino", "El tigre de la rifa" y "Me iré a casa temprano". Cos dos vueltas bastó para dejarlas listas. Les mostré "Solicito una mujer". Les encantó y decidimos que la tocara yo mañana. Bueno (¡gulp!).Al final, su hijita mayor nos tomó una foto (misma que aquí incluyo).
  Amabilísimos como son, todavía me invitaron a cenar a un lugar llamado "Las alitas", donde todo estuvo muy sabroso (es como de comida texana). El lugar estaba lleno a pesar de la hora (como las diez de la noche). Lo digo porque me habían contado que por los problemas de inseguridad, en Torreón todo el mundo se recluía en sus casas apenas anochecía.
  Ya como a las once y media me llevaron al hotel y llegué muy bien. Solicité un cobertor para que no me sucediera lo de anoche. Debo haberme dormido como a la una.

No hay comentarios.: