martes, 20 de noviembre de 2012

100 discos mexicanos

Tengo el gusto de conocer a David Cortés, uno de los más trabajadores y apasionados periodistas musicales de nuestro país, desde hace casi veinte años. Muchas veces hemos colaborado juntos, lo hacemos ahora mismo en algunos medios (básicamente virtuales) y tengo el honor de participar en su más reciente libro, editado, escrito y coordinado por él y por Alejandro González Castillo (otro buen periodista y amigo).
  Me refiero a Antes de que nos olviden. 100 discos esenciales del rock mexicano (Grupo Editorial Tomo, 2012), volumen en el cual se recopila cerca de una centena de álbumes del rock nacional, desde Los Locos del Ritmo y Toño Quirazco hasta Juan Cicerol y Hello Seahorse!
  El trabajo resulta minucioso y admirable, sobre todo porque los autores lograron convocar a más de treinta críticos y/o reseñistas, a quienes encargaron escribir sobre uno o más discos (por extraños designios del destino –bueno, más bien de David y Alejandro– a mí me tocó el Re de Café Tacuba, grabado en 1994).
  El libro es visualmente atractivo y se deja leer con gusto, a pesar de la variedad (y hasta la disparidad) de los escribidores invitados, entre quienes podemos destacar a José Manuel Aguilera, Alonso Arreola, Javier Hernández Chelico, Enrique Blanc, el Sr. González, Alex Otaola, Vicente Jáuregui, Arthur Alan Gore, Ali Gardoki, Míriam Canales, Líber Terán, Carlos A. Ramírez, Jorge Rugerio, Patricia Peñaloza, Rogelio Garza, Pilar Ortega y Francisco Zamudio.
  Aun cuando son todos los que están pero no están todos los que son (me extrañó no ver, por ejemplo, a Monocordio y Armando Palomas o incluso a Le Butcherettes y Ruido Rosa que han hecho mucho mejores discos que, digamos, Volován o Furland, ellos sí incluidos), entiendo que el gusto de los compiladores sea por necesidad subjetivo y que resultaría imposible abarcar a todos los que han hecho y deshecho a este sufrido y nunca del todo desarrollado rockcito que se manufactura en México.
  Como sea, se trata de un gran esfuerzo editorial. Totalmente recomendable.

(Publicado hoy en mi columna "Gajes del orificio" de la sección ¡Hey! de Milenio Diario).

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