martes, 14 de agosto de 2012

Loor a la música británica*

La ceremonia de clausura de los Juegos Olímpicos de Londres tuvo como ingrediente principal, aparte de las cuestiones protocolarias y deportivas, la aportación musical de la Gran Bretaña al mundo durante los más recientes cincuenta años.
  Si ya en la ceremonia de inauguración, Danny Boyle nos había dado una buena dosis de ello, lo de este domingo en el Estadio Olímpico de Stratford fue todavía mejor. No hablaré aquí de quiénes estuvieron (aunque hubo momentos conmovedores como los homenajes a John Lennon y Freddie Mercury, la aparición del gran Ray Davies y su “Waterloo Sunset” o el explosivo cierre con The Who) y quiénes no (aunque sí me hizo falta cuando menos alguna referencia a Led Zeppelin, Eric Clapton, Elton John y los Rolling Stones), sino de la enorme importancia que tienen el rock y el pop británicos en la cultura global de nuestros tiempos.
  Desde la irrupción mundial de la beatlemanía en 1964, la música popular del Reino Unido ha marcado el rumbo a seguir. Ya sea con la llamada invasión inglesa de los sesenta, el rock progresivo y el punk de los setenta, el synth pop de los ochenta, el trip hop y el brit pop (y la electrónica) de los noventa y buena parte del alt-rock y el pop de lo que va de este siglo, la marca Made in U.K. resulta indeleble y forma parte del inconsciente colectivo del noventa por ciento de la humanidad (bueno, tal vez exagero: ¿qué tal el 89.99 por ciento?).
  Entre los Beatles y los Arctic Monkeys existe un amplio espectro, una innumerable cantidad de propuestas musicales que nos enriquece día a día y que constituye un magnífico universo contenido en esa más bien pequeña (su territorio es ocho veces menor que el de México) pero grandiosa isla situada a un ladito del territorio continental europeo.
  Por eso, a la gran mayoría de los cientos de millones de personas que vimos el cierre de los Olímpicos nos conmovió tanto la parte musical de la ceremonia. Porque, musicalmente, todos tenemos un poco de británicos.
  Loor a la música de estos locos singulares: los escoceses, los galeses, los irlandeses y sobre todo los ingleses. ¿Qué seríamos sin ellos?

*Publicada hoy en mi columna ·Gajes del orificio" de la sección Hey! de Milenio Diario.

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