sábado, 30 de junio de 2012

Elogio de la tolerancia

No me gusta del todo la palabra tolerancia, porque lleva implícito un cierto significado de superioridad moral y de soberbia. Decirle a alguien “yo te tolero” resulta un tanto presuntuoso y hasta tiene un tufo de estirada condescendencia. Sin embargo, para los momentos históricos por los cuales pasa el país, no encuentro otro concepto más adecuado para convocar a la civilidad, la tranquilidad y la concordia.
  Hechos como el ocurrido a nuestro director general editorial, Carlos Marín, a quien una turbamulta claramente pejista agredió en plena calle y a la luz del día, no deberían suceder en una ciudad que se precia de ser liberal y avanzada. La cosa se pone peor aún, cuando en las redes sociales abundan quienes justifican la acometida y hasta acusan a Carlos de provocador, por el “atrevimiento” de cruzar entre esa gente.
  Algo similar le ocurrió al columnista de El Universal Ricardo Alemán, unos días antes, aunque cuando menos a él los valientes “progresistas” no le lanzaron escupitajos. Pero el susto fue también mayúsculo.
  En su texto clásico “El 18 brumario de Luis Bonaparte”, Carlos Marx se refería a un sector del proletariado al que denominada como lumpenproletariado, conformado por “una masa informe, difusa y errante”. Esa masa estaba conformada no por obreros, no por el proletariado en sí, sino por una capa social más baja, manipulable, a la que la aristocracia y la alta burguesía solían utilizar a manera de grupos de choque o como bandas para hostigar, aterrorizar, atacar e incluso liquidar a sus oponentes. No cuesta mucho trabajo saber quiénes representan en estos momentos a la versión mexicana de ese lumpenproletariat.
  Tolerancia, respeto por las opiniones y preferencias políticas de los demás, es lo que clama una amplia mayoría de mexicanos en estos instantes críticos, justo en la víspera de las elecciones presidenciales. ¿Imperará dicha tolerancia a lo largo de mañana y los siguientes días, semanas y tal vez meses o debemos prepararnos para el ciego embate de ese nuevo y promiscuo lumpenproletariado contra las instituciones democráticas?
  Tal vez en unas horas lo sabremos.

viernes, 29 de junio de 2012

Por qué es imposible un fraude

Por  José Woldenberg

Sí, un fraude; modificar, alterar, maquillar, los votos que se depositan en las urnas.
   Para hacer fraude se pueden tomar varios caminos: trucar la lista de electores, colocar funcionarios de casilla facciosos, alterar el cómputo, manipular el material electoral.
   Pues bien, ¿qué sucede entre nosotros? El padrón electoral y la lista nominal de electores son revisados por 333 comisiones de vigilancia en las que participan todos los partidos políticos. Se trata de 300 comisiones distritales, 32 estatales y una nacional. Tienen acceso a la base de datos y la posibilidad de realizar un seguimiento puntual de su elaboración. Además son instrumentos que se auditan una y otra vez y un comité técnico -con científicos de primer nivel- dictamina sobre ellos. El padrón y la lista fueron aprobados sin impugnaciones y cualquier ciudadano con credencial puede checar si aparece en él. La época de los rasurados (ciudadanos que eran cercenados alevosamente de la lista) y los fantasmas (ciudadanos inexistentes a los que se expedía credencial para votar) quedó atrás.
   Las boletas son infalsificables. Se elaboran en papel seguridad que tiene fibras visibles e invisibles, sellos de agua, están foliadas, contienen el nombre del municipio en el cual deben usarse y son elaboradas en exclusiva por Talleres Gráficos de México. Son distribuidas por el IFE con el apoyo del Ejército y la Marina. Se trata, por supuesto, de evitar su falsificación y/o trasiego. Y ambas cosas se han logrado.
   Las credenciales de elector están plagadas de elementos de seguridad que las hacen infalsificables. Cuando se han encontrado imitaciones no pasan la prueba del ojo y sobre todo no sirven para votar porque no aparecen en el listado nominal. A las credenciales se les marca una vez que el ciudadano vota, para evitar que vuelvan a ser utilizadas, y para impedir el doble voto -suponiendo que un ciudadano tuviera dos credenciales- se marca el dedo pulgar del elector con tinta indeleble. Además, para el momento de la votación existen mamparas con una cortinilla que permite la entrada de un solo votante, de tal suerte que incluso si fue presionado o coaccionado pueda emitir su voto en libertad, sin que nadie lo observe.
   Los funcionarios de la casilla son ciudadanos residentes en la sección electoral que luego de un sorteo y de una somera capacitación actúan como presidentes, secretarios y escrutadores. No son funcionarios del IFE, sino ciudadanos que generosamente aceptan recibir y contar los votos de sus vecinos. Y ningún dedo todopoderoso los designa, sino que el azar -doble insaculación- y una rápida instrucción los habilita como las autoridades de la casilla. Es difícil pensar que puedan amafiarse para beneficiar o perjudicar a alguien, pero, por si las moscas, los partidos tienen el derecho de nombrar a sus propios representantes, que pueden observar todo el proceso desde la instalación hasta la clausura de la casilla, incluyendo por supuesto el conteo de los votos. No hay excusa para que los grandes partidos dejen de tener representantes en todas y cada una de las casillas.
   Los votantes tienen que identificarse con su credencial y los representantes de los partidos cuentan con una copia de las listas nominales con fotografía para que chequen los datos del eventual elector y su rostro. Una vez que termina la votación, el cómputo lo hacen los funcionarios de casilla en presencia de los representantes de los partidos (e incluso de observadores registrados previamente en el IFE). Y los resultados son asentados en un acta, de la cual se da copia a todos y cada uno de los representantes de los partidos, y los resultados se despliegan fuera de la casilla para que los vecinos los puedan conocer.
   El presidente de la casilla, acompañado por los representantes de los partidos (no vaya a ser que en el camino le entre la tentación del fraude), lleva los paquetes electorales y, por fuera de ellos, las actas del Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP), a uno de los 300 consejos distritales del IFE, desde donde, tal y como van llegando, se trasmite la información a un centro de cómputo en la Ciudad de México. Esa computadora está conectada directamente a internet para que cualquier persona, desde cualquier lugar del mundo, pueda observar cómo se van agregando los resultados no sólo a nivel nacional, sino también circunscripcional, estatal, distrital e incluso casilla por casilla (recuérdese que los partidos cuentan con las copias de las actas de escrutinio de las casillas y las pueden confrontar con los resultados del PREP).
  Pero el PREP es sólo un sistema para informar la noche de la elección. El cómputo oficial inicia el miércoles siguiente en los consejos distritales, en donde se reúnen el presidente (único funcionario del IFE), seis consejeros ciudadanos y los representantes de los partidos.
  Pueden producirse irregularidades en una casilla o en un conjunto de casillas. Pero un fraude maquinado centralmente es imposible.

(Publicado en el diario Reforma el pasado 14 de junio)

miércoles, 27 de junio de 2012

Con Majo

María José me invitó a conocer su nuevo apartamento en la Condesa. Estuve ahí en la noche y la vi muy bien. El lugar está muy bonito, muy típico de los departamentos más o menos viejitos de esa colonia. Platicamos un rato (es una de las personas más sensatas que conozco en estos días de crispación política), bajamos a cenar a una taquería que está frente a su casa. Carísima. ¿Un taco al pastor veinte pesos? Qué locura y ni siquiera estaban que uno dijera qué sabroso (cerca de mi casa cuestan a seis pesos, mucho mejores, y la orden de cinco tacos a treinta... o sea). Ni hablar. Cena frugal, dadas las circunstancias. Regresamos un ratito más a su casa y salí como a las once, luego de una charla rica y sustanciosa, como siempre. Caminé hasta un nuevo sitio de taxis, en Alfonso Reyes y Tamaulipas, y llegué al poco rato a mi jaus. Fue una muy grata visita.

martes, 26 de junio de 2012

Tres meses de odio irracional

Lo viví en 2006, cuando  el clima de rencor que se vivió después de la victoria electoral de Felipe Calderón hizo que me tocara experimentar un doble encono familiar muy cercano que al paso de los años se convirtió en tragedia. Fue algo irreparable y tremendamente triste que aún me marca y me duele, pero contra lo cual nada pude hacer.
  Ahora, a lo largo de estos tres meses previos a las elecciones presidenciales, el odio es aún más fuerte y no dejo de asombrarme con las reacciones de muchas personas a las que conozco y a las que siempre he considerado como inteligentes y sensatas y quienes, sin embargo, han mudado su comportamiento de una manera asombrosa, para transformarse en entes cuasi primitivos que responden a estímulos inducidos y que adoptan falsas percepciones, como si fueran dogmas religiosos que repiten de un modo automático y maniqueo.
  Me asusta cómo tantos amigos y amigas con quienes siempre he llevado una buena relación y con los que ha habido un afecto que yo consideraba más fuerte que cualquier idea, de pronto me miran con desconfianza y me consideran una basura, por el solo hecho de no compartir sus preferencias políticas. No entiendo que se hayan vuelto tan acríticos y que repitan mecánicamente frases hechas y conductas preconcebidas; que todos se muevan en una misma dirección, obedientes y sin cuestionar a su líder espiritual; que su inteligencia se vea trabada de tal forma que se hayan convertido en feligreses de un pastor perverso y mentiroso, chantajista y manipulador, ambicioso y retrógrada.
  Muchos de ellos y de ellas son individuos que escriben, que hacen música, que hacen periodismo, que se dedican a la actuación, que pintan, que dibujan, que hacen foto, que leen, que estudian y que de pronto, como si sus mentes hubiesen sido abducidas, responden al unísono para actuar todos de idéntico modo y convertirse de sujetos en objetos llenos de ira, de coraje, de odio, de violencia verbal, de una ceguera intelectual que los ha convertido a la vez en ovejas dóciles de un Mesías falsamente amoroso y en lobos feroces, dispuestos a destrozar a dentelladas a todo aquel que ose cuestionar a su ídolo de barro.
  No hay razonamiento posible con ellos y ellas. Todo se ha vuelto unidireccional en sus cerebros. Basta la palabra del pastor para que la adopten sin una sombra de duda. Si él dice que determinados medios están en su contra, todos se van contra esos medios. Si él afirma que hay una mafia que quiere impedir su llegada al poder, todos vociferan contra esa supuesta mafia. Si él dictamina que habrá un fraude en las elecciones, todos comienzan a gritar que habrá un fraude. Así, sin poner jamás en duda la palabra sagrada del mandamás. De ese modo fue en sus tiempos con otros dictadores. Son masas irracionales que aclaman al líder que los llevará a arrojarse por el barranco.
  ¿Qué sucederá en los próximos días? ¿Cómo reaccionarán ante la casi segura derrota de su candidato? ¿Se lanzarán a la protesta ciega y quizá violenta? ¿Se dejarán manejar por el cuarto de guerra de este hombre y sus feroces allegados… o habrá de pronto algo que los despierte y los saque de ese estado de hipnosis en que se encuentran y del que les urge salir antes de convertirse en obedientes y sacrificables peones, en lamentable carne de cañón de intereses egoístas y enfermos de poder? Ojalá no suceda algo de lo que todos terminemos por arrepentirnos.

lunes, 25 de junio de 2012

Bierce y las elecciones

Campaña electoral. s. Periodo durante el cual hay gente que se sube a un podio para decir que fulano es un genio y mengano un imbécil.

Conservador. adj. Dícese del estadista enamorado de los males existentes, por oposición al liberal, que desea reemplazarlos por otros.

Consultar, v. t. Requerir de la aprobación de otro para tomar una decisión ya resuelta.

Convencido. adj. Equivocado a voz en cuello.

Demagogo. s. Adversario político.

Elector. s. El que goza del sagrado privilegio de votar a un candidato que eligieron otros.

Plebiscito. s. Votación popular para ratificar la voluntad del amo.

Política. s. Conflicto de intereses disfrazado de lucha de principios. Manejo de los intereses públicos en provecho privado.

Referéndum. s. Ley que se somete a voto popular para constatar el consenso de la insensatez pública

Sufragio. s. Expresión de la opinión por el voto. El derecho de sufragio (que se considera también un privilegio y un deber) significa, tal como se interpreta comúnmente, el derecho a votar por el hombre que ha elegido otro hombre y es altamente apreciado.

Timar. v tr.  Prometer al pueblo soberano no robar si se es elegido.

Voto. s. Instrumento y símbolo de la facultad del hombre libre de hacer de sí mismo un tonto y de su país una ruina.

*Tomados del Diccionario del diablo del genial Ambrose Bierce.

domingo, 24 de junio de 2012

La izquierda idiota II (enlace)

He aquí el link para entrar al prometido artículo reloaded "La izquierda idiota II" que aparece en El blog de la Mosca. Por alguna razón, facebook no está aceptando enlaces de blogspot.mx y la única manera de ligarlo es de manera triangulada. Espero que lo puedan leer y me den sus opiniones. Este es pues el enlace: http://lamoscaenlared.blogspot.mx/2012/06/la-izquierda-idiota-ii.html

sábado, 23 de junio de 2012

De todos modos va a ganar el PRI

Tres largos meses de campañas electorales se acercan a su fin (¡bendito sea!). Han sido tres meses desgastantes, de ánimos destemplados, de nervios crispados, de posiciones no sólo contrapuestas sino incluso peligrosamente beligerantes (sobre todo en las delirantes redes sociales). Todo ese estruendo se acerca a su final, al menos por esta elección, aunque ya se aproximan otros negros nubarrones con amenaza de vientos huracanados, en forma de protesta post electoral, los cuales tal vez se vean amainados por la sensatez y la prudencia de los sectores más moderados del llamado Movimiento Progresista.
  En unos días se darán a conocer las últimas encuestas y entraremos en un periodo de tensa calma (de reflexión, lo llama el IFE) que durará escasas setenta y dos horas, antes del día cero, ese 1 de julio de tantos tan anhelado y al mismo tiempo tan temido.
  Las cartas parecen estar echadas y salvo que ocurra algo en verdad espectacular, algún acontecimiento insólito, dos de las elecciones están  resueltas de antemano: la de jefe de gobierno del Distrito Federal y la de presidente de la República.
  Esta última es la que más olas ha levantado, cuando en realidad no debería ser así, ya que, de una u otra manera, cualquiera que sea el triunfador (en el supuesto de que los dos segundos lugares tengan alguna oportunidad aún) carga sobre sus hombros con el mismo pecado original de sus otros contendientes: el de la cultura priista.
  Esto es obvio decirlo en el caso de los candidatos Enrique Peña Nieto y Andrés Manuel López Obrador, de orgulloso y vergonzante origen tricolor respectivamente. Ambos son perfectos priistas. En el caso de Josefina Vázquez Mota, las cosas no resultan tan distintas. El PAN cada vez se parece más al PRI en muchos aspectos (quizá demasiados) y en cuanto a Gabriel Quadri (el candidato Quadro, diría doña Chepina), pues ya sabemos de dónde salió su singular patrocinadora.
  No deberíamos por tanto dar tantos brincos, estando el suelo tan parejo. A final de cuentas, no hay razón para que nos confundamos: gane quien gane, de todos modos va a ganar el PRI.

viernes, 22 de junio de 2012

jueves, 21 de junio de 2012

Mi Jan en casa

Otra vez vino Jan a comer, pero esta vez pedimos una pizza (con mucha carne, como mi hijo eligió) y nos quedamos aquí, platicando mucho. La pasamos muy bien, revisamos cosas en la computadora (igual me ayuda a armar mi sitio en internet, en el que quiero juntar varios de mis blogs), escuchamos música y vimos varios asuntillos. Una buena tarde con mi "chaparro" (me saca más de diez centímetros).

miércoles, 20 de junio de 2012

De las ventajas de ser gato

Ya lo había dicho yo: si se me permitiera renacer como algún animal, sin duda sería gato doméstico, esta viñeta me lo confirma (a pesar de la falta de ortografía que contiene).

martes, 19 de junio de 2012

Mi querida amiga Mó vino de visita y platicamos muy a gusto durante un par de horas. me contó que le fue muy bien en Marvin con su reportaje y que todo marcha igualmente bien con Javier, su galán. Siempre es un gusto ver a tan linda amiguita.

lunes, 18 de junio de 2012

Con Julio Patán

Por la tarde me vi con Julio Patán en el café Rococó de la colonia Condesa, frente al Parque México. Lo entrevisté acerca de su magnífico texto El libro negro de la izquierda mexicana (Planeta, 2012). Fue una charla estupenda y me dio material para hacer una buena entrevista para Milenio Semanal. Julio es hijo de don Federico Patán, el gran crítico literario, quien en 1998 me hizo el enorme e inolvidable honor de realizar la primera reseña (muy elogiosa, por cierto) publicada de mi novela Matar por Ángela. La nota salió en el suplemento cultural Sábado (que dirigía Huberto Bátiz) del viejo unomásuno. Le regalé un ejemplar a Julio y le pedí que me saludara muchísimo a su padre. También resultó que está casado con Mila Ojeda, una de las amigas de toda la vida de Gerardo, el hijo de Rosa, mi ex esposa. Gera y él son buenos cuates. Qué pequeño es el mundo.
  De regreso, vino Denisse para llevarse la grabadora con la entrevista. Me va a hacer el favor de transcribirla. Gran aliviane. Me dio mucho gusto verla. Se encuentra muy bien.

domingo, 17 de junio de 2012

Lluvias

"Es lluvia, gotas de lluvia, se siente como lluvia saliendo de tus ojos: sólo eso puede ser", cantaba Enrique Guzmán a principios de los años sesenta del siglo pasado. Las lluvias al fin llegaron, con un retraso de algunas semanas, y el terrible calor comienza a ceder, al menos en el centro del país. El arribo de la temporada de huracanes ayudará a paliar la temporada de secas y las presas comenzarán a llenarse poco a poco. Lo único que deseo es que esto se extienda al norte del país, donde el año pasado sufrieron una de los peores sequías en muchas décadas, cuyas consecuencias aún se sienten. Bienvenida la lluvia bienhechora. Ojalá tampoco se exceda a nivel de tormentas en el sureste y las costas mexicanas.

sábado, 16 de junio de 2012

Por quién(es) voy a votar*

Hace algunas semanas, Héctor Aguilar Camín comentó en estas páginas sobre la conveniencia de que quienes escribimos artículos de opinión en los diarios diéramos a conocer por quiénes vamos a votar en las elecciones del 1 de julio próximo. No he visto que muchos colegas lo hagan, pero me gustó la idea y quise esperar a que pasara el segundo debate de los candidatos a la presidencia de la república para decir por quiénes lo haré yo. No anularé mi voto, aunque respeto a los que decidan anularlo a manera de protesta contra la clase política.
  En el Distrito Federal no tengo dudas: mi voto será para Miguel Ángel Mancera como Jefe de Gobierno. Creo que representa a esa izquierda liberal y moderna que tanta falta nos hace. De igual manera, en mi delegación (Benito Juárez) votaré por Leticia Varela, del llamado Movimiento Progresista. Para senadores, mi sufragio será para Rosi Orozco de Acción Nacional (por su encomiable labor para la aprobación de la Ley General contra la Trata de Personas).  En lo tocante a diputados y asambleístas, todavía no lo sé: sus nombres nada me dicen en cualquiera de los cuatro partidos.
  En cuanto a la presidencia de la república, ya tengo también decidido mi voto. No será por Gabriel Quadri, tampoco por Josefina Vázquez Mota o por Enrique Peña Nieto y mucho menos por Andrés Manuel López Obrador. Ninguno me convence como para votar por él. Lo haré, en cambio, por la misma persona por quien lo hice en 2000 y en 2006, alguien que ya no está físicamente en este mundo pero a quien considero el político más honesto, más congruente y más respetable que he conocido en mi vida. Tuve el honor de trabajar cerca de él a fines de los años setenta y principios de los ochenta del siglo pasado, en la construcción del Partido Mexicano de los Trabajadores (PMT), y jamás olvidaré su simpatía, su rectitud y su bonhomía, además de su extraordinario sentido del humor.
  Sin dudarlo, mi voto para presidente de México, simbólico y lo que sea, será de nueva cuenta para el ingeniero Heberto Castillo Martínez. Líderes y políticos como él es lo que necesita con urgencia este país.

*Publicado hoy en mi columna "Cámara húngara" de Milenio Diario.

viernes, 15 de junio de 2012

Tarde de viernes

Se sentía triste, algo deprimida, y me llamó para ver si podíamos encontrarnos. Fui hacia donde vive y   nos metimos a una cafetería cercana para charlar por un buen rato. Creo que le sirvió la plática, al menos para distraerse, reír un poco y estar mejor. Me dio mucho gusto verla y saber que a pesar de todo se encuentra bien. Luego cada uno se fue por su rumbo, pero con un mejor ánimo. Fue lindo estar un rato a su lado. Espero que supere el mal momento. Seguramente así será.

jueves, 14 de junio de 2012

Ojalá (algunas reflexiones sobre la situación actual)

Las semanas más recientes las he pasado enfrascado en discusiones y polémicas en las redes sociales, más en facebook que en Twitter, al que encuentro un tanto hostil y poco propicio para argumentar, debido a la limitación de los ciento cuarenta caracteres. Basta que suba un comentario en mi muro (ahora biografía) de fb para que de inmediato prenda la discusión y surjan las opiniones de todo tipo, a favor o en contra (este mismo post lo hará en cuanto lo ligue a mi feis). A veces es divertido y en otras ocasiones desgastante. Hay quienes de plano se irritan porque pongo cosas críticas acerca de Andrés Manuel López Obrador. He hecho enfurecer a amigos y amigas a quienes quiero mucho y sé que me miran como a una especie de demonio que se ha vendido al sistema, etcétera. Hay otras amistades que sin estar de acuerdo conmigo me respetan y al menos no se han alejado de mí. Claro, las hay que coinciden plenamente y me apoyan.
  Una cosa que veo es que numerosos simpatizantes de AMLO responden más a las vísceras que a la inteligencia y reaccionan con insultos o burlas (lo cual me sirve para dar limpieza a mis páginas y bloquearlos o eliminarlos, cuando de plano se pasan de tueste). Otros discuten, pero lo hacen con una exasperante repetición de clichés que dan como verdades absolutas. No hay matices, todo es blanco y negro, maniqueo: "si no estás conmigo, estás contra mí", etcétera. Los hay con quienes se puede hablar de manera respetuosa, si bien (si mal) suelen ser los menos.
  Otra cosa que percibo es una especie de histeria solapada y en ocasiones abierta. Un odio inducido que no deja de alarmarme. Estoy seguro que de no haber sucedido la famosa visita de Enrique Peña Nieto a la Ibero, muy pocos tendrían esas actitudes furiosas, neuróticas, de un rencor intolerante que no deja de asombrarme en gente a quien yo consideraba racional e inteligente. Muchos han encontrado en el candidato del PRI no a un rival político, no a un adversario partidista, sino a un objeto en el cual cebar y encauzar una serie de traumas psicológicos que dejan aflorar con una rabia inaudita. No sé qué es lo que ven en él, pero sus reacciones me resultan tan asombrosamente viscerales que sólo me las explico como un estallido de problemas individuales internos. Está bien rechazar al candidato que no nos guste, pero esos extremos de aborrecimiento sí son de dar miedo. Sobre todo porque antes de lo de la Ibero se limitaban a burlarse por lo sucedido en la Feria del Libro de Guadalajara, pero no era ese odio denso y oscuro que los invade hoy.
  Yo no oculto mi antilopezobradorismo, pero jamás me pondría a gritar neurasténicamente contra él. No siento odio contra su persona. Puedo criticarlo y cuestionarlo fuertemente, pero no deseo que se muera o que desaparezca o que le suceda algo malo.
  No sé en qué va parar todo esto. Quiero pensar que después de dos o tres meses de protestas electorales, dada la muy posible derrota de López Obrador, las cosas se irán tranquilizando y que la parte más racional de la izquierda serene (para usar un verbo que le gusta a AMLO) a sus huestes y busque reconstruir a su partido principal, sobre bases más modernas y civilizadas. Lo único que no deseo es que esa neurosis histérica que se ha apoderado de tantos pejistas se traduzca en violencia (algo que a algunos grupos políticos les encantaría, para sacar raja de ello). Que la frustración y la impotencia no se conviertan en ira incontrolada. Que los dirigentes de "las izquierdas", empezando por el propio AMLO, no desacrediten a las instituciones electorales e induzcan a la gente a cometer desmanes en aras de La Causa. Ojalá que no sea así. Ojalá que los estudiantes no sean utilizados como carne de cañón. Ojalá que al final lo que prevalezca sea el espíritu democrático. Ojalá.

martes, 12 de junio de 2012

Cinco años de este blog

Hoy hace exactamente cinco años que empecé a escribir este blog y desde entonces no he fallado un solo día. Lo inicié el 12 de junio de 2007, un lustro ha transcurrido ya y en estas páginas virtuales consta buena parte de lo que ha sido mi vida personal, sentimental, musical y profesional a lo largo de 1827 días. Gracias a quienes me han acompañado en todo el trayecto o en alguna parte del mismo. Me siento contento. Aquí seguimos.

domingo, 10 de junio de 2012

Bradbury

El pasado día 5 falleció Ray Bradbury y no puedo más que lamentarlo. Aunque no diré que fui un lector apasionado de su obra, sí recuerdo cuando lo descubrí, a fines de los años setenta o principios de los ochenta del siglo pasado, cuando trabajaba en Editorial Posada y me fue recomendado por Ariel Rosales, quien hablaba maravillas de El vino del estío, Crónicas Marcianas, El hombre ilustrado y otras novelas suyas. No estaba equivocado.
  La obra de Bradbury que más me marcó fue sin embargo Fahrenheit 451 que leí en esa época, en una edición, creo que de Minotauro, que tenía mi hermano Sergio. Luego vi la película homónima del grandioso François Truffaut y también me impactó sobremanera. Su crítica a las sociedades totalitarias es implacable (lo leí en una época en que luego de ser un socialista a ultranza y un admirador dogmático de la Unión Soviética y todos sus satélites, Cuba incluido, comenzaba yo a cuestionarme muchas cosas sobre ese tipo de sociedades y sus terribles sistemas represivos y de control absoluto, cosa que apenas empezaba yo a advertir).
  Como siempre, pienso que el mejor homenaje que se le puede hacer a un autor es acudir de nueva cuenta a su obra. Eso haré.
  "Constituía un placer especial ver las cosas consumidas, ver los objetos ennegrecidos y cambiados"...

sábado, 9 de junio de 2012

Carta a Marcelo Ebrard*

Estimado señor Ebrard:

Faltan escasas semanas para la celebración de las elecciones federales y el ambiente se encuentra muy caldeado. Sé que eso suele ser normal en circunstancias como las que hoy vivimos, pero existen algunos hechos perversos que podrían convertir a la jornada electoral del próximo 1 de julio en un terreno minado.
  Los dichos del candidato de “las izquierdas” acerca de que los consejeros del IFE no son ciudadanos honestos; su manera de desacreditar al propio Instituto Federal Electoral, al afirmar que éste “no es ninguna garantía”; su negativa a declarar que respetará los resultados de la elección si no le favorecen, más la idea que se ha dedicado a sembrar en estos días acerca de que se prepara un fraude son algunos de los ingredientes de un explosivo coctel que a nadie favorece y creo que a usted tampoco.
   Pienso, don Marcelo, que la muy posible derrota de Andrés Manuel López Obrador en las inminentes elecciones terminará por ser lo mejor, sobre todo para nuestra desdibujada izquierda. Se lo digo como un ciudadano que siempre ha abrazado las causas de esta izquierda, en la que empecé a militar hace treinta y seis años. Hoy sólo veo una insana ensalada sin ideología y sin autocrítica que sigue ciegamente a un caudillo. La derrota deberá servir como revulsivo para que la izquierda se renueve y se deshaga al fin del lastre del mesianismo y es ahí donde pienso que usted puede jugar un papel fundamental, apoyado en el capital político que significará la victoria de Miguel Ángel Mancera en el Distrito Federal.
  Al país le urge una izquierda moderna que se inserte en el mundo. Una izquierda como la chilena y no como la venezolana. Tendrá usted seis años para realizar una reingeniería total y aspirar a llegar a la presidencia en 2018, con un proyecto social y político verdaderamente abierto, liberal y esperanzador. No veo por el momento a alguien más que pueda hacerlo. Ojalá no sucumba al suicidio de las protestas post electorales y sepa mantenerse al margen de ellas. México necesita de su inteligencia y su serenidad.

  Sinceramente.

*Publicado hoy en mi columna "Cámara húngara" de Milenio Diario.

viernes, 8 de junio de 2012

Tarde cervecera

Hoy por la tarde me vi con mi amiga Andrea Bravo Paz en El Péndulo de la colonia Roma. El problema es que no había luz y no había café. Decidimos irnos a la Condesa y nos metimos a tomar cerveza a un lugar que está en Yucatán y Álvaro Obregón (no recuerdo el nombre, aunque ya una vez había ido ahí con mi amiga Letto). La pasamos de maravilla, hablando de una y mil cosas (nuestros respectivos truenes de pareja están íntimamente ligados). Es una chava encantadora, inteligente y simpática, aparte de muy bonita. Una gran nueva amistad.

jueves, 7 de junio de 2012

¿Deconstruir o desconstruir?

Muy seguido leo que algunas personas escriben "deconstruir" o "deconstruyendo" a manera de antónimo del verbo construir y su gerundio correspondiente. Es una traslación directa del inglés deconstructing (como el título de la pelócula Deconstructing Harry de Woody Allen). Sin embargo, es incorrecto. En español, tenemos el prefijo negativo des para dar lugar a los antónimos de diferentes verbos. Por ejemplo: vivir-desvivir, ocupar-desocupar, trabar-destrabar, oír-desóir, ayunar-desayunar, decir-desdecir, lavar-deslavar, comer-descomer, velar-desvelar, montar-desmontar, calificar-descalificar, etcétera. Por tanto, debe decirse y escribirse desconstruir como antónimo de construir (que también tiene como antónimo al verbo destruir). Ojalá algunos que lean esto lo puedan aplicar, en aras de mejorar y preservar a nuestro maravilloso y bellísimo idioma español.

miércoles, 6 de junio de 2012

Una mañana en Radio Septién

Mi amiga Itzel Cruz Alanís me invitó a participar en un programa de radio en su centro escolar, la escuela de periodismo Carlos Septién García. Fue mi tercera visita al lugar. A mediados de los años noventa, mi entrañable Karem Martínez me invitó, junto con José Xavier Návar, a un programa de televisión en el que se hizo un balance sobre los conciertos habidos en el DF duranque aquel año (creo que fue 1994). Por ahí del 2006 o 2007, Paulina Chávez me llevó a un programa de radio sobre La Mosca y el rock en general. Creo que fui el único invitado. En esta ocasión, el tema fue el rock que se hace en México y estuvimos Chava Rock, dos integrantes muy agradables del grupo Drama Queers y yo mismo. Condujeron Itzel y una compañera suya cuyo nombre no retuve (me disculpo).
  Todo estuvo muy bien, muy entretenido y tranquilo (no sé si la idea era que se diese más polémica y, de ser posible, hasta gritos y sombrerazos, je). Espero que me pasen el audio más adelante.

martes, 5 de junio de 2012

Cosas

Hoy vino para llevarse sus cosas, las que restaban aún aquí. Eran más de las que ella y yo imaginamos. Fue triste, porque ese tipo de cosas suelen ser tristes. Sin embargo, me siento tranquilo y ella también debe estarlo, ya que finalmente encontró a alguien que puede darle lo que busca en su proyecto de vida. Por supuesto que seguimos siendo amigos y que de una u otra manera nos mantendremos cerca. No lo veo como un adiós o como un final definitivo. Tan sólo pasamos a un diferente estado en nuestra relación  personal.

lunes, 4 de junio de 2012

Terceto veloz

He aquí el que está considerado como el terceto más vertiginoso de toda la poesía en español. Su autor es Andrés Fernández de Andrada:

"¿Qué es nuestra vida más que un breve día, 
do apenas sale el sol, cuando se pierde 
en las tinieblas de la noche fría?".

domingo, 3 de junio de 2012

Domingo de tortillas azules

Domingo tranquilo. Por la tarde fui a Tlalpan para ver a mi mamá y pasar a la casa de Rosa, donde andaba Jan. Todo muy bien. Todo muy agradable. Sin muchas novedades, lo cual suele ser bueno. Myrna y Jorge llegaron por mi mamá poco antes de que yo me fuera y me dio gusto verlos. La llevaron a hacer sus compras mensuales de supermercado. Con Rosa estuve platicando y además de a mi adorado hijo, vi también a Rosita y a Dereck (y al Benito, je). Regresé como a las siete, armado de nopales, guacamole, chicharrón y deliciosas tortillas azules que compré cerca de la estación "Ayuntamiento" del metrobús. Un buen y muy grato día.

sábado, 2 de junio de 2012

#YoSoy132: los nuevos intocables*

En los viejos tiempos del absolutismo priista, solía decirse que había tres temas que los medios no podían tocar: la Virgen de Guadalupe, el ejército mexicano y el presidente de la república. Hoy día, se puede criticar al ejército y no se diga al primer mandatario; sólo la guadalupana mantiene ese halo de cierta intocabilidad. Sin embargo, ha surgido un nuevo elemento al que casi nadie se atreve a cuestionar públicamente, a riesgo de ser tachado de enemigo de la juventud y de lo más granado de la corrección política.
  ¡Guay de aquél que ose poner en duda la pureza del movimiento estudiantil conocido como #YoSoy132! No hay quien al referirse al mismo no lo haga con pincitas, a fin de no molestar a estos muchachos, en quienes empiezo a detectar cierto grado de altivez y de esa soberbia que tienen quienes se ostentan como dueños de la verdad absoluta.
  Está, por ejemplo, eso de enarbolarse como los jóvenes, cosa que  resulta por demás pretenciosa. Son un grupo muy grande y muy respetable de integrantes de la juventud mexicana, pero constituyen sólo una parte del amplio espectro de la misma. Hacen mal en creerse representantes de todos los chavos del país. La Ibero, el ITAM o incluso la UNAM no son la totalidad: hay 14 millones de menores de 24 años en edad de votar.
  Las exigencias de este conglomerado son tan difusas como su propia conformación, pero entre ellas hay una que me llama mucho la atención y es la que se refiere a “la democratización” de los medios.
  No entiendo exactamente qué quieren decir con eso. Hay en México medios y periodistas pejistas (me niego a llamarlos de izquierda), los hay de centro y los hay de tinte más conservador (tampoco me atrevería a llamar de derecha a alguno en particular; no veo, por ejemplo, a un diario tan abiertamente reaccionario como llegó a ser en su momento El Heraldo de México). Todos publican con entera libertad y sin que se les censure por parte del gobierno. ¿A qué democratización se refieren entonces? ¿Una en la que haya una sola línea de pensamiento y en la que sólo tengan derecho a publicar quienes coincidan ideológicamente con ellos? Stalin, Franco y el viejo PRI estarían de plácemes.

*Publicado hoy en mi columna "Cámara húngara" de Milenio Diario.

viernes, 1 de junio de 2012

De política, debates y rock*

Hace cerca de dos meses, la alguna vez respetable revista Proceso publicó un artículo que provocó cierta polémica dentro del gremio roqueril nacional. Con el título de “La generación Zoé” y firmado por Juan Pablo Proal, el texto es una colección de lugares comunes supuestamente críticos acerca de los jóvenes músicos mexicanos de rock, en el que se les cuestiona no por hacer música deficiente, sino por su falta de “compromiso” (compromiso con los dogmas de eso que hoy se hace llamar “la izquierda”).
  Con un tufo prejuicioso, intolerante y clasista, Proal se queja de que las letras de las canciones de los grupos y solistas actuales no hablan “de la guerra contra el narcotráfico, del desempleo, de la exclusión, del estado militarizado ni de las muertas de Juárez” y en cambio prevalezcan “canciones sobre amores y desamores”. Añade que los grupos de rock “deberían aportar su capacidad de mover masas” (sic). ¿Para qué? La respuesta no tiene desperdicio: “Para eliminar este silencio generacional tan cómodo para quienes lucran con el país” (cualquier semejanza con el discurso de los pejistas no es precisamente una mera coincidencia).
  Esa idea de que el rock por necesidad tiene que hablar de política y de temas sociales y siempre desde una perspectiva izquierdista (cualquier cosa que eso signifique a estas alturas de la historia, cuando tipos tan impresentables como Manuel Bartlett o José Guadarrama navegan con bandera de gente de gauche) es tan absurda como falsa.
  Aunque el blues tuvo sus orígenes en los cantos de los esclavos negros del sur estadounidense y es uno de los géneros que dio vida al rock and roll, eso no significa que todo el blues haya sido contestatario. De hecho, los blueseros le cantaban preferentemente al amor y al desamor y no a la lucha de clases.
 De igual modo, los primeros rocanroles eran mucho más sexosos que impugnadores de la injusticia social (véanse las letras de Chuck Berry o de Lieber & Stoller) y si por alguna libertad clamaban era por la libertad para divertirse, irse a reventar con sus chavas y comprarse un carro.
  Si el articulista de Proceso exige a los roqueros nacionales que escriban canciones militantes, lo mismo tendría que pedir entonces a los jazzistas, los troveros y en una de esas hasta a los músicos sinfónicos (¿qué tal una Sinfonía Macuspana?).
  Rock y política se han tocado en algunos momentos, no siempre de manera afortunada (nada peor que las canciones panfletarias), pero no es obligatorio (y yo diría que ni siquiera deseable) que ambas actividades caminen de la mano. Esto no quiere decir que los músicos permanezcan ajenos a su realidad, pero las simpatías y diferencias corresponden a cada quién. A final de cuentas, una simple y sencilla canción de amor puede ser más genuinamente revolucionaria que una que utilice al tema de las muertas de Juárez, sin más intención que hacerse publicidad y aparecer ante la gente como alguien políticamente correcto.

* * * * *

Ya que andamos en los temas políticos y ya que para cuando ustedes lean esta columna estará muy cerca el segundo debate presidencial, un leve comentario sobre el primero, el del domingo 6 de mayo pasado.
  A decir verdad, ese primer debate superó todas las expectativas. No por sus propuestas, su interés político o su contribución cívica, sino por la cantidad de errores e incidentes que ocurrieron a lo largo del mismo y que lo convirtieron en uno de los shows cómicos más divertidos de la presente temporada electoral.
  Tan errático resultó el asunto que la verdadera estrella del debate fue la hoy famosa edecán de frondosas proporciones y amplio escote, cuya presencia dio pie a toda clase de bromas aunque también a una que otra posición “indignada”.
  Bajo un esquema como de infomercial de Pronósticos Deportivos, los candidatos no tuvieron tiempo de exponer sus propuestas y las prisas y el nerviosismo imperantes hicieron incluso que AMLO sacara una foto “incriminatoria” y la mostrara ¡de cabeza!, en el momento más chusco de la noche.
  Fue un show sin pies ni cabeza, pero eso sí: muy divertido.
  A ver de a cómo nos toca en el segundo y último antes de las votaciones. Ojalá que vaya la edecán.

  Publicado este mes en mi columna "Bajo presupuesto" de la revista Marvin.