sábado, 31 de marzo de 2012

Calderón: sin quemaduras de Tercer Grado*

La noche del martes pasado, me quedé dormido sin apagar el televisor y a la mañana siguiente me despertó la voz de Felipe Calderón, quien daba una especie de informe presidencial a destiempo, totalmente fuera de lugar y de justificación. No entendí qué pasaba. Adormilado aún, lo escuchaba hablar y hablar sobre su gobierno y sus logros, en algo que parecía una de esas explicaciones que nadie ha pedido.
  Pero ahí estaba el primer mandatario, en un larguísimo discurso que era aplaudido tímidamente por los diez mil burócratas que llenaban el Auditorio Nacional. No pude evitar el déjà vu de aquellos tiempos, cuando el viejo PRI dominaba al país y el Señor Presidente era amo y señor sexenal.
  Ahora que ya sé de qué se trató más o menos el asunto, no me parece un acierto de Calderón el haber hecho ese auto homenaje desproporcionado y francamente inútil. En ese momento pensé que le iba a ser difícil salir de la catarata de críticas que se le vendrían encima, pero esa misma noche tuvo su reivindicación.
  Al contrario de muchos tuiteros que atacaron con amorosa y más que previsible fruición al programa Tercer Grado de este miércoles (aunque varios de ellos evidenciaban que ni siquiera lo habían visto), me parece que la multi entrevista a Felipe Calderón fue un ejercicio periodístico muy interesante y que el presidente se mostró como un personaje no sólo dueño de la situación, sino seguro, dinámico, firme en sus ideas, con carácter, ágil de pensamiento, perfectamente bien informado y con una respuesta y una explicación para todo lo que se le preguntaba. Aparte, se mantuvo siempre directo, cálido, sencillo y por momentos hasta simpático.
  No estoy de acuerdo con varias de las cosas que dijo (sobre todo en lo tocante a la lucha contra el crimen organizado), pero celebro que lo haya hecho. Si, como se anunció, en próximas emisiones de ese programa estarán ahí, uno a uno, los cuatro candidatos a la presidencia, la vara que les dejó el presidente Calderón ha quedado muy alta para ellos. A ver quién pasa la prueba… y quién no.

*Publicado en mi columna "Cámara húngara" de Milenio Diario.

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