jueves, 1 de diciembre de 2011

Desayuno retro

A petición de Irma Larios y por intermedio de su hermano Germán, esta mañana nos reunimos Adolfo Cantú y yo con ellos, para desayunar en un Vips. Fue un reencuentro de los cuatro. A principios de los años setenta del siglo pasado, Irma, Adolfo y yo éramos adolescentes y Germán un chavito y todos nos conocimos en el parque de la colonia Toriello, en Tlalpan, que estaba justo enfrente de la casa de los Larios. Mil historias hay entretejidas entre los cuatro y estuvimos haciendo remembranzas de tanta gente que se cruzó en las vidas de los hoy reunidos junto al café, la fruta, el jugo, los huevos y los chilaquiles. Fue una larga charla y una todavía más larga sobremesa, todo dentro de la gran cordialidad y cariño que nos une. A Adolfo lo veo más o menos seguido, pero a Irma -quien vive en Nueva York- no la veía desde hacía seis años (antes aún, en 2004, la había reencontrado en la ciudad de París, después de más de tres décadas de no vernos y no saber de nosotros). Realmente resultó una reunión feliz y divertida. La foto nos la tomó el buen Germán, a quien mínimo tenía diez años de no ver.

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