sábado, 29 de octubre de 2011

Don Porfirio, el botanero*

Tuve la oportunidad de conocer a Porfirio Muñoz Ledo en 1988. El hoy diputado había abandonado al PRI un año antes, junto con Cuauhtémoc Cárdenas, Ifigenia Martínez y otras connotadas figuras, para conformar la Corriente Democrática, primer antecedente de lo que en 1989 sería el PRD.
  A mediados del 88, la editorial Posada publicó mi libro Más allá de Laguna Verde, investigación periodística sobre la planta nuclear situada en el estado de Veracruz y para la presentación del mismo, se invitó a cuatro personalidades: el actor Héctor Bonilla, el escritor Federico Campbell, el luchador antinuclear Marco Antonio Martínez Negrete y el propio Muñoz Ledo.
  El entonces director editorial de Posada, mi añorado amigo Guillermo Mendizábal Rico, y yo nos reunimos con Muñoz Ledo en un restaurante de San Jerónimo, a fin de pasarle mi libro y charlar un poco sobre la presentación. El hombre me cayó de maravilla. Me pareció un tipazo lleno de simpatía, cultura e inteligencia. Estábamos a punto de ordenar la comida, cuando de pronto descubrió a alguien en una de las mesas y nos dijo: “Es Gonzalo Martínez Corbalá. El cuate me tiene pavor. Déjenme ir a saludarlo, nada más por molestar”. Como niño a punto de cometer una travesura, se levantó de su silla y fue hacia donde se encontraba el ex embajador de México en Chile. Recuerdo la cara de espanto de Corbalá al verlo ir hacia él. Claro, como buenos políticos, se saludaron, se estrecharon las manos, intercambiaron algunas palabras y se despidieron. Porfirio regresó a nuestra mesa muy satisfecho, con expresión de diablillo mal portado.
  Durante la presentación del libro, en los jardines de Editorial Posada, habló brillantemente sobre Laguna Verde y sobre la Corriente Democrática. Ese es mi recuerdo de este personajazo de la política nacional, de quien el diputado priista Julián Nazar acaba de decir en plena tribuna que “Si le hiciéramos un análisis a Porfirio Muñoz Ledo, sería 90 por ciento alcohol y 10 por ciento botana”.
  Lo del alcohol no me consta; pero de que es una botana, ya me tocó ser testigo.

*Publicado hoy en mi columna "Cámara húngara" de Milenio Diario.

No hay comentarios.: