jueves, 13 de enero de 2011

No me digas “amigo”


Se supone que ser amigo de alguien es una bendición. Sin embargo, se trata de algo bastante relativo. Como la típica que suelen aplicar las mujeres cuando uno quiere llegar al menos a la segunda base, para no hablar de la tercera o el home: “Es que para mí tú eres un amigo y nuestra amistad se echaría a perder”. Es horrible que en esos momentos le echen a uno la camaradería en cara.
Pero existe otra manera de mantenerte a raya, una forma más sutil pero no menos efectiva. Es cuando, sobre todo por internet, al platicar en algún chat –sea de MSN, facebook o cualquier otro–, ella te dice: “¿Cómo has estado, amigo?”, con todo el pesado acento en la palabra “amigo”. Se muestra muy amistosa, pero enfatiza el odioso término: “Pues sí, amigo, todo bien por acá”.
Pocas cosas tan poco amistosas como que te digan “amigo” en lugar de usar tu nombre. Es como para decirte exactamente lo contrario: “Tú no eres mi amigo”. Juegos del lenguaje que a veces resultan muy ingratos.
Eso es todo..., amigos.

3 comentarios:

Antonio Martínez dijo...

Ese vocablo lo utilizan algunos vendedores cuando realizan labor de piso y la verdad: me incomoda.

Matías dijo...

Totalmente de acuerdo, la imposición de distancia mediado por el vocablo amigo ha sido una constante en mi vida...

Unknown dijo...

Pero algunos "hombres" también nos la aplican y exactamente de la misma horrible manera... u.u