sábado, 15 de enero de 2011

Las moras de Moreira*


Se atribuye a aquel inefable cacique Gonzalo N. Santos, alias El Alazán Tostado, la famosa sentencia que reza: “Moral es un árbol que da moras”. Sin duda una frase tan ingeniosa como cínica que me vino a la mente, a manera de analogía, al leer las declaraciones del desatado presidente electo del PRI, el flamante ex góber de Coahuila, Humberto Moreira.
Claro, la analogía es simplemente por el parecido del apellido Moreira con aquello del moral y las moras, no se me vaya a malinterpretar (aunque al político coahuilense le gustan los juegos de palabras, tal como demostró al ironizar con el apellido del secretario del Trabajo: “Lozano, lo sano es que no hable”). Porque a final de cuentas, no sé si sean muy morales las palabras de don Humbert Humbert sobre los panistas, pero sí sé que son muy divertidas y que vienen a ponerle calor y sabor a un caldo político que comenzará a entrar en efervescencia a partir de este año y hasta las elecciones federales de julio de 2012 y tal vez incluso más allá.
Al acusar de “montoneros” a varios secretarios del gobierno federal y afirmar que “tengo para todos” y que “algunos en el gabinete de Calderón deben ser ninis, porque ni saben ni pueden”, el casi dirigente priista (quien al parecer ha obviado que Beatriz Paredes sigue siendo la presidenta de su partido hasta que sobrevenga el cambio de mando) empieza a mostrar sus talentos como pugilista y el estilo que impondrá a su periodo como líder máximo del tricolor.
Ante un front man de tales características, los otros partidos deberían pensar en oponerle a fajadores de la misma especie. Del PRD no veo a alguien más idóneo que al gran diputeibol Noroñas, todo un caballero del buen decir. Sin embargo, del PAN no se me ocurre quién pudiera sostener confrontaciones de ingenio lingüístico sin ser avasallado por sus oponentes. Quizá sólo el Jefe Diego, pero no sé si tendría ganas de entrarle.
Como sea, la llegada de Humberto Moreira promete momentos de sana diversión e inolvidable esparcimiento. ¡Bienvenido sea, maestrísimo!

*Publicado hoy en mi columna "Cámara húngara" de Milenio Diario.

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