sábado, 31 de diciembre de 2011

Se va 2011 (doce años de Milenio)*

Esta noche, al sonar las doce campanadas, el último segundo del 2011 dará paso al primer segundo del 2012 y aunque el tiempo es una mera convención, la carga simbólica no dejará de pesar en la gran mayoría de nosotros y volveremos a ilusionarnos con la idea de que el nuevo año resulte cuando menos un poquito mejor que el viejo. Sin embargo, como solía decir el gran Nikito Nipongo: “No se preocupen porque este fue un mal año, el siguiente va a ser peor”.
  Se va 2011, pues, el año de los destapes para la presidencia, de las marchas por la paz encabezadas por Javier Sicilia, de las muertes de Francisco Blake y Pedro Armendáriz Jr., de Presunto Culpable y Pequeños gigantes, de los dislates de Peña Nieto y Cordero, de la creciente popularidad de Josefina Vázquez Mota, de la delirante república amorosa de López Obrador, de la defección de Ebrard, de las sobrevaloradas encuestas y las auto sobrevaloradas redes sociales y, por desgracia, de la violencia que no termina y se vuelve cada vez más cruel y despiadada.
  En lo internacional, fue el año de las muertes de Bin Laden y Kadafi, las movilizaciones populares en el norte de África, la crisis económica europea, el terremoto en Japón, el fallecimiento de Steve Jobs y la más enloquecida teoría del complot por parte de Hugo Chávez, al sugerir que "el imperialismo” es el causante del cáncer que han sufrido algunos mandatarios sudamericanos.
  Ahora llega 2012 con mil interrogantes y pronósticos que ya se irán viendo con el paso de las semanas y los meses. Pero lo más inmediato es el doceavo cumpleaños de Milenio Diario, periódico del que soy orgulloso colaborador desde su inicio, el 1 de enero de 2000.
  Milenio es mi generosa casa, el hogar de muchos grandes amigos y un espacio de absoluta libertad para escribir lo que pienso, sin cortapisas o línea editorial alguna. Es un medio democrático y plural, pero sobre todo políticamente incorrectísimo, cosa de la cual me congratulo sobremanera.
  Felicidades a todos mis compañeros de viaje. Nos espera un año muy entretenido.

viernes, 30 de diciembre de 2011

Adiós, 2011

Se va el año. Sólo un día más y estaremos en 2012. ¿Que cómo me fue en estos 365 días (si cuento el de mañana)? Pues a pesar de lo sucedido con Denisse y del final de mi relación con ella, pienso que fue un muy buen año. En lo económico, no me puedo quejar. Aún no recupero el nivel de ingresos que tenía cuando se terminó La Mosca en la Pared, pero ahí la llevo. Además de mis colaboraciones en Milenio, Nexos, Tatuarte, Laberinto, empecé a colaborar en Marvin y en Este País, además de un texto que me publicó Playboy (y que espero algún día me paguen). También di el curso "Historia crítica del rock que se hace en México" en el Centro Cultural Woody Allen.
  En lo familiar, fue un año tranquilo y con todos en buena salud, aunque persiste aún la tristeza por la muerte de mi hermano Sergio el año pasado. Mis hijos, mi mamá, mis hermanas, mis dos familia, mis primos y sobrinos, todos ellos están bien.
  En lo creativo, aunque no escribí una sola canción, abrí un blog -Canciones de amor y desamor (y otras tonterías)- para ir incluyendo en el mismo la mayor parte de mi obra como compositor. Me gusta y ha gustado. También inicié una novela y trabajé mucho en la elaboración de artículos. Los Pechos Privilegiados siguen en stand by, pero tengo algunas ideas relacionadas con la música para el próximo año.
  Varias amigas nuevas entraron a mi círculo de personas cercanas y algunas más, aunque todavía virtuales, seguramente estarán en el mismo en los próximos meses. También mantengo cerca a muchas de mis amigas entrañables, las más importantes. Lo que tengo pendiente es conocer a los bebés de cuando menos seis o siete de ellas (como Verito, Jess, Dulce, Talía, Angie, María Emilia, Diana), al igual que de amigos como Martín Durán. Tengo el propósito de conocer a todos esos niños y niñas lo más pronto posible.
  Sobre Denisse, sólo diré que aunque resultó difícil y dolorosa, la separación fue necesaria debido a las circunstancias que la provocaron. No sé qué pasará con nosotros en el futuro, pero no rompimos del todo y mantenemos una relación que no sabría definir, pero que es la menos mala que por ahora nos podemos permitir.
  El país y el mundo vivieron momentos muy difíciles. Sobre todo México, con la terrible violencia desatada en este sexenio. Pero veo con esperanza al 2012, año que resultará más que interesante desde cualquier punto de vista.
  A pesar de todo, me sigo sintiendo una persona muy feliz y llena de proyectos e ideas por realizar. Estoy contento con lo que tengo y veo al futuro con optimismo. Pues eso.

jueves, 29 de diciembre de 2011

La Mosca y yo: Fernanda Solórzano

Hace algunos años mi amigo N., entonces alto ejecutivo de una disquera, me regañó por colaborar en La Mosca. “No entiendo por qué estás ahí”, me dijo. “Son unos biliosos y se meten con el trabajo de todos”. Yo le respondí en silencio: “Qué curioso que no lo entiendas si te acabas de contestar”. No es que ahogue en bilis ni que desprecie el trabajo de mis amigos. Sólo creo que la dulzura y el pudor nunca han sido las virtudes de un crítico y La Mosca nunca me pareció un foro para ejercer la corrección. Pocas revistas lo entienden y las que lo entienden se extinguen sin más. Que La Mosca sea cada vez más sólida sin sacrificar un ápice de credibilidad habla más de ética que de un afán por atacar. En mi curriculum es la carta que me da credibilidad. A mi amigo, por cierto, la disquera lo mandaría a volar.

Fernanda Solórzano

*Publicado originalmente en La Mosca No. 82, febrero de 2004, número del décimo aniversario moscoso.

miércoles, 28 de diciembre de 2011

Veinte años sin Johnny

Hoy se cumplen exactos veinte años de la muerte de mi padre, acaecida en 1991 en la ciudad de Cuernavaca, Morelos. Son dos décadas ya sin su presencia física, aunque sigo sintiéndolo muy cerca, sobre todo durante los más recientes cinco años. Es como si estuviera aquí, cerca de mí, cerca de nosotros, los que le sobrevivimos: sus hijos, sus nietos, su esposa y hasta sus mujeres.
  Lo extraño y no lo extraño por eso mismo: porque no dejo de sentirlo presente cada día. Tengo esa certeza de que me ha estado echando la mano en varios aspectos y de que en mucho le debo a él, que amaba tanto al sexo femenino, el hecho de tener a tantas y tan maravillosas amigas. Por eso le dedico siempre mis canciones y lo que escribo y por eso tengo su foto en un librero, dentro de mi recámara.
  No escribiré sobre cómo era, porque ya lo he hecho en este mismo blog (ver el post Mi padre, escrito hace cuatro años). Sólo quiero volver a recordarlo con todo mi amor y mi nostalgia. Jamás podré olvidar su sentido del humor y lo divertido que le resultaba hacer mofa de medio mundo (a mí me tocó varias veces padecer sus sarcasmos y me hacía enojar mucho, ja ja). Escuchábamos música absolutamente distinta (nunca le entró el rock). Sin embargo, a él le debo mi amor por el futbol (fue necaxista y más tarde americanista; de niño me llevaba cada jueves y cada domingo al estadio, aunque yo siempre le fui a los Pumas). Tuvimos mil desacuerdos, sobre todo en lo político (especialmente en mi época de híper izquierdista) y en lo que tenía que ver con mi cabello largo (a la menor oportunidad, me llevaba casi a fuerzas a la peluquería). En fin, manes de la lucha generacional que a la larga pierde importancia, porque lo que queda es el amor de padre a hijo y de hijo a padre. Ese amor que nos seguimos teniendo, a pesar de que él esté en otra parte, al lado de mis añorados hermanos Jorge y Sergio.

La foto debe ser de finales de 1987 o principios de 1988. Fue tomada en Tepepan. Ahí se ve a mi papá con cuatro de sus nietos: Axel (1) y Leyla (3), hijos de mi hermana Myrna, y Alain (4) y Jan (2), mis hijos. 

martes, 27 de diciembre de 2011

You Rock Guitar

Casi por accidente, mientras navegaba en You Tube, di con esta maravilla. Seguramente muchos de ustedes ya la conocían, pero yo no. Es la guitarra You Rock que parece un juguete, pero que en realidad es un instrumento con infinitas posibilidades en cuanto a sonidos (por ejemplo, tiene veinticinco distintas guitarras, tanto acústicas como eléctricas, y setenta y cinco instrumentos, incluidos teclados, percusiones, metales y cuerdas). Es una cosa de locos que se puede usar para grabar en Garage Band, en iPad y hasta en iPhone, pero también conectarse a un amplificador y usarse en concierto (ver segundo video). Lo más sorprendente de todo es su precio, que ronda los doscientos dólares. No sé si ya se consiga en México, pero me dejó atónito. Para entender mejor de qué hablo, véanse los siguientes dos videos.


lunes, 26 de diciembre de 2011

Leyla y sus amigas


Mi querida sobrina se la sigue pasando de maravilla en Londres y para muestra un botón: una reunión con sus guapísimas amigas de diversas nacionalidades.

domingo, 25 de diciembre de 2011

Buen fin de semana navideño

Fue una hermosa y buena Navidad, al lado de mis seres queridos. Primero, rica comida en Tepepan, en la casa de mi hermana Myrna, con mi cuñado Jorge, mi sobrino Axel, mi hermana Ivette y mi mamá. Fue realmente muy agradable y tranquilo todo. Myrna se portó altamente generosa. La pasé muy bien, como la pasé muy bien ya en la noche, en la cena en casa de Rosa, con ella, mis hijos Alain y Jan, Rosita, Dereck, Yazmín, Emiliano, Santiago, Valentín, Gerardo y su simpática amiga Elena. Todo delicioso y abundante. Intercambio de regalos muy emotivo y divertido. Fue un gran día de Nochebuena.








  En cuanto a hoy domingo 25, la pasé todo el día en mi casa, muy tranquilo. Leí, vi tele, estuve en la compu, hablé por teléfono con algunas amistades. Un buen fin de semana navideño.

sábado, 24 de diciembre de 2011

El nuevo gabinetazo*

Cuando el inefable Vicente Fox ganó la presidencia de la república (en ese año 2000 que hoy parece tan lejano), conformó su gabinete con la ayuda de unos extraños y anónimos personajes conocidos como head hunters. El resultado de aquella cacería de cabezas fue lo que el propio don Chente denominó como el gabinetazo.
  Once años más tarde, uno de los aspirantes a la primera magistratura, el precandidato de las “izquierdas”, el no menos inefable Andrés Manuel López Obrador, ha prometido que de llegar a Palacio Nacional en 2012, tendrá un gabinete con “hombres que parecen gigantes”. Como le gusta compararse con Benito Juárez, hizo el símil con los ministros que acompañaron al Benemérito en la segunda mitad del siglo XIX (es decir, los hombres de la Reforma, como Melchor Ocampo, Ignacio Ramírez, Ignacio Manuel Altamirano, Mariano Escobedo o Francisco Zarco).
  Pero, ¿quiénes son los “hombres que parecen gigantes” de don Andrés Manuel? Por lo pronto soltó tres nombres: Marcelo Ebrard (que iría a Gobernación), Rogelio Ramírez de la O (que ocuparía Hacienda) y Juan Ramón de la Fuente (para Educación). Aunque parecería un poco exagerado llamar gigantes a estos tres respetables personajes (y más exagerado aún compararlos con Ocampo, Altamirano o Escobedo), la idea no es mala. Lo malo es imaginar quiénes completarían este virtual gabinete. ¿Son igual de gigantescos eminentes pejistas como Dolores Padierna, René Bejarano, Martí Batres, Claudia Sheinbaum, Gerardo Fernández Noroña, José Guadarrama o Ricardo Monreal, quienes ni de chiste querrían quedar fuera de la foto del primer gabinete de AMLO? Ahí sí que me entran serias dudas y un terrible sudor frío. Porque aunque López Obrador diga que no será el suyo un equipo de cuotas, las tribus exigirán las suyas y ya sabemos cómo se las gastan.
   Imaginemos a don Noroñas en Relaciones Exteriores, a Bejarano en Economía, a Batres en Seguridad Pública, a Padierna en Turismo, a Guadarrama en Agricultura. Vaya gabinetazo de miedo. En el sentido literal de la palabra.

*Publicado hoy en mi columna "Cámara húngara" de Milenio Diario.

viernes, 23 de diciembre de 2011

El rey, el amor y la reina

Denisse vino para despedirse antes de irse a su retiro espiritual budista (que realizará en el estado de Morelos durante la última semana de diciembre) y me trajo un regalo muy especial, escrito, ilustrado, manufacturado y elaborado por ella misma. Es una maravilla y como no tengo palabras para describirlo, mejor se los muestro en el siguiente videíto.

jueves, 22 de diciembre de 2011

Sorpresa en El Péndulo

En la mañana fui a la cafebrería El Péndulo de la colonia Roma, para comprar algunos regalos navideños. Veía los modelos de sus padrísimas playeras "Palabras de algodón", cuando un empleado se me acercó para atenderme muy amable. Estábamos revisando las prendas y de repente me preguntó: "¿... y cuándo vuelve a salir La Mosca?". Me sorprendió muchísimo que me reconociera, pero claro que me dio gusto y estuvimos charlando un rato. Tiene la colección casi completa (sólo le faltan cuatro ejemplares de los primeros seis números de la revista) y también mi novela Matar por Ángela, la cual ya leyó y le gustó. Fue un momento muy grato.
  No hace mucho me pasó algo similar, cuando iba en el metrobús un sábado en la tarde (hará más o menos un mes) y al llegar a la estación Río Churubusco, una pareja de jóvenes se dispuso a bajar. Al pasar junto a mí, el chavo me tendió la mano y me dijo "me gustó lo que escribiste en tu blog, felicidades". La chava me sonrió desconcetada y se fueron. No tuve tiempo más que para decir "gracias". Pero ese tipo de cosas no dejan de provocarme sorpresa... y gratitud.

miércoles, 21 de diciembre de 2011

Adriana Esthela

Hoy conocí a Adriana Esthela Flores, conductora de Milenio Televisión y una chava encantadora. Regiomontana de cepa y aguerrida reportera (además de escritora de poesía), es muy simpática y agradable. Estuvimos platicando un par de horas de una y mil cosas. Le regalé un ejemplar de Matar por Ángela y espero su opinión con gran interés. Da gusto conocer a compañeros del periódico y más si se trata de mujeres bellas e inteligentes. Todo un placer.

martes, 20 de diciembre de 2011

De la M a la L

Día con dos personas que adoro, dos mujeres que amo, dos amigas entrañables de quienes sigo muy cerca y que hoy son parte esencial de mi vida. Primero, desayuno con María José en la Condesa, con larga y sabrosa sobremesa. Fue una linda manera de desearnos un feliz año (aunque igual alcanzamos a vernos otra vez antes de que éste termine). En la noche, deliciosa velada con Letto, llena de música, charla y buen vino. También resultó magnífica manera de culminar el año con ella. Sus planes en el campo de la música lucen prometedores para el 2012. Me encantó verla, me encanto ver a las dos. M y L, parte de mi círculo más cercano de amigas, de esas personas a quienes sé que conservaré cerca toda la vida.

lunes, 19 de diciembre de 2011

Aymara González

Conocí a Aymara cuando era una niñita de cuatro o cinco años. Ella y su familia eran mis vecinos en el mismo condominio de Tlalpan donde yo vivía. Muy buenas personas. Su mamá, María Victoria, era muy amiga de Rosa, la madre de mis hijos. Su hermanita mayor era muy bonita y se llamaba (se llama) Angie. Regresaron a Argentina a fines de los ochenta o principios de los noventa del siglo pasado Ahora descubro que aquella pequeña es una estupenda pianista y cantante de tango. Genial.

 

domingo, 18 de diciembre de 2011

Reseña sobre Timber Timbre

Anoche estuve experimentando con el iMovie de mi computadora. Tenía grabada esta reseña en video que había hecho algunos meses atrás, a manera de prueba, y encontré cómo ponerle letreros a la imagen. Fue divertido y aunque me falta mucho más por conocer de este programa de edición, decidí subir el video ya más o menos terminado. Veré qué más puedo ir haciendo.

 

sábado, 17 de diciembre de 2011

Las dos pesadillas de Calderón*

Enfrascados como estamos en temas políticos como la falta de cultura libresca de Enrique Peña Nieto, la inefable república del amor de Andrés Manuel López Obrador o las cinco-precandidaturas-cinco-que-no-hacen-una de los pobres panistas y su flaquísima caballada (“Todos somos prole”, ha dicho Ernesto Cordero), no hemos pensado en algo que ocurrirá en menos de un año; para ser precisos, el 1 de diciembre de 2012.
  Ese día, el mandatario saliente deberá entregar la banda tricolor al mandatario entrante, mismo que a decir de encuestas y tendencias no podrá ser otro que el candidato del PRI o el candidato de las llamadas fuerzas de izquierda.
  El presidente Felipe Calderón ya debe haber pensado hasta la náusea en los dos escenarios que le esperan y ambos deben resultarle de franca pesadilla. Porque no se trata de un caso de política ficción. Es un hecho que tendrá que darse, ya que así lo marcan las leyes. Imaginemos esa mañana, dentro de exactas cincuenta semanas (el cambio de gobierno caerá en un sábado como hoy) y preguntémonos:
  1: ¿Qué va a sentir Calderón al poner en manos de Peña Nieto la estafeta presidencial, luego de largos meses de oponerse ferozmente a la maquinaria priista y de haber hecho todo lo que estuviera a su alcance con tal de evitar la llegada a Los Pinos del ex góber copetoso?
  2: Peor aún: ¿cómo será la ceremonia en la que, de manera tan constitucional como inevitable, don Felipe deba ceder la primera magistratura nada menos que a quien durante seis años lo tildó de espurio e ilegítimo y exaltó a sus fanatizados seguidores para que llenaran de improperios, un día sí y otro también, al actual jefe del Ejecutivo?
  Vaya par de escenarios de espanto para Calderón, sobre todo porque no hay manera de evitarlos: uno de ellos tendrá que suceder, llueve o truene. Son los gajes del oficio.
  ¿Cuál será el menos terrorífico de los dos? ¿Cuál el menos intimidante? ¿Si estuviera usted en los zapatos del presidente, qué preferiría? La neta, yo le pediría un justificante médico al secretario de Salud, me reportaría enfermo… y ai que se hagan bolas.

*Publicado hoy en mi columna "Cámara húngara" de Milenio Diario.

viernes, 16 de diciembre de 2011

Bonito viernes

Si ayer acudí a Milenio, hoy fui a Nexos. Realicé unos pequeños trámites pero sólo pude saludar a la siempre amable Alicia y a la linda Kathya. Ya en la tarde, vino un rato mi querida amiga Ana. La pasamos muy bien en su visita de fin de año. Me cae de maravilla.

jueves, 15 de diciembre de 2011

Visita a Milenio

Al mediodía me lancé a Milenio para dejar unas cosas y pude saludar a gente tan querida como Claudia Amador, Jairo Calixto Albarrán, Rafael Tonatiuh, Juan Alberto Vázquez, Alicia Quiñones y José Luis Martínez. Con Jairo me eché otra buena plática. Como siempre, fue un gran placer visitar las instalaciones de mi casa editorial, en la que estoy a punto de cumplir doce años, los mismos que lleva el diario de existencia. Me hace muy feliz pertenecer a esa familia periodística.

miércoles, 14 de diciembre de 2011

Acerca de Denisse

Cuando a principios de octubre pasado, se difundió que mi relación con Denisse había sufrido una fractura, algunos quisieron meter su cuchara y sin conocer bien a bien las razones de esa quiebra, lanzaron opiniones muy alejadas de la realidad. No voy a contar lo que pasó. Sólo diré que aunque alejados, ella y yo mantenemos una relación cordial y que el amor que había entre nosotros sigue ahí, aunque no estemos juntos. La buena relación que llevamos lo prueba el hecho de que hoy haya venido a cenar y la pasáramos muy bien. Las circunstancias cambiaron fuertemente hace poco más de dos meses, pero los sentimientos permanecen invariables. En fin, sólo quería decir eso.

martes, 13 de diciembre de 2011

Fotos de la mesa de Dixo

Me llegaron algunas fotos del sábado 26 de noviembre (ver post de ese día), cuando participé en una mesa redonda sobre medios impresos en el Telmex Hub del Centro Histórico. He aquí un par de imágenes de ese día.




lunes, 12 de diciembre de 2011

Sexta y última sesión del curso

Hoy fue la última sesión del curso sobre la historia crítica del rock que se hace en México. Estuvimos viendo la más reciente década (es decir de 2001 a 2011) y resultaron dos horas muy entretenidas y reveladoras. Esta vez escuchamos, críticamente, a Aurora y la Academia, Leticia Servín, Las Ultrasónicas, Panteón Rococó, El Gran Silencio, Kinky, Inspector, San Pascualito Rey, Zoé, Porter, El Palomazo Informativo, Monocordio, Le Butcherettes, Descartes a Kant, Natalia Lafourcade, Carla Morrison, La Barranca y Ruido Rosa.
  Además de llevarse su disco con la música escuchada en la clase (en total fueron seis discos con exactamente ciento ocho canciones), los alumnos recibieron una constancia del curso que les otorgó el Centro Cultural Woody Allen. Fue un final emotivo y cálido, además de que hice algunos amigos entre los participantes. Es muy posible que el curso se repita a principios de 2012

domingo, 11 de diciembre de 2011

La Mosca y yo: Adriana Díaz Enciso

Una revista independiente significa pluralidad. Si gira alrededor del rock, significa, además, la posibilidad de hacer periodismo sin concesiones a la industria. Durante diez años La Mosca en La Pared, gracias a la generosa obcecación de Hugo García Michel y colaboradores, ha realizado el milagro no sólo de sobrevivir, sino de hacerlo con regularidad, calidad y profesionalismo. Ha sido el espacio de una crítica del rock nacional que es todo menos complaciente. Ha cubierto un amplio espectro de música que no se limita al rock ni a las fronteras patrias. En ella hay una confluencia de seriedad con humor, de historia de la música, de ideas, estampas del acontecer mundial y conversación desenfadada. Por si fuera poco, en ese diálogo me encuentro con frecuencia con queridos amigos. Esto ha sido La Mosca para mí, así que celebro con gusto sus diez primeros años, confiando en que todos resistamos muchas décadas más.

Adriana Díaz Enciso

*Publicado originalmente en La Mosca No. 82, febrero de 2004, número del décimo aniversario moscoso.

sábado, 10 de diciembre de 2011

Peña Nieto y el recuento de los años

No hay error en el título del artículo, estimado lector. No es que haya querido escribir “daños” y me comiera la d inicial. Es que, la verdad, dudo mucho que a pesar de todo el escándalo que se armó en los medios y en las redes sociales por el osazo de Enrique Peña Nieto en la FIL de Guadalajara, éste se encuentre haciendo un recuento de los daños y sí, en cambio, debe seguir muy campante con el recuento de los años que, según él, sus simpatizantes y las encuestas, le aguardarían en la residencia oficial de los Pinos.
  “¡Peñanietista, priista, vendido, chayotero!”, me estarán diciendo en estos momentos mis amorosos trolls. Pero ni modo: yo no veo tan grave el affaire de los tres libros que nunca marcaron la vida del precandidato del PRI, como tampoco veo tan grave que Ernesto Cordero no haya sabido aprovechar la oportunidad de darle un rasguñito a su alejado rival o que AMLO haya salido con que su libro junto al buró de la cama es la Constitución mexicana (aunque horas después haya querido enmendar la plana, ya bien asesoradito).
  El dramón que han hecho muchos me parece de una ridiculez supina, sobre todo porque estoy seguro de que mínimo el noventa por ciento de quienes se escandalizan por la falta de cultura libresca de los políticos, tampoco son asiduos lectores y difícilmente habrían podido responder de golpe la famosa pregunta del corresponsal español de El Mundo. México es un país que no lee y que en cambio ve mucha tele. Asumámoslo: las grandes mayorías están más pendientes del Canal de las estrellas que de las novedades en la Gandhi o El Parnaso. Eso es triste, tristísimo, pero pregunte al azar, en la calle, quién es el Chavo del Ocho y quién es Pedro Páramo y verá lo que le responden en la gran mayoría de los casos.
  No nos desgarremos las vestiduras. Nuestra clase política es inculta porque el país es inculto… y a la visconversa. Es un círculo vicioso que no se va a romper a corto o mediano plazos y tal vez tampoco en el largo. Mejor cada uno leamos dos, tres…, muchos libros y a lo que sigue.

viernes, 9 de diciembre de 2011

¿Un blog moscoso?

Hace ya casi cuatro años que la revista La Mosca en la Pared entró en un segundo periodo de hibernación (mucho más largo que el primero que fue de año y medio, allá por 1996) y hace poco más de dos que tratamos de mantener vivo el proyecto como La Mosca en la Red.
  Han sido largos meses de trabajo que cada vez se ha ido haciendo más y más individual. Sin un centavo para mantener al sitio, al principio éramos un grupo de entusiastas con mil proyectos para hacerlo crecer y ofrecer una alternativa a los fieles y entrañables lectores de la revista de papel. Muchos de estos no aceptaron el nuevo formato y pedían el regreso de la vieja Madre Mosca, pero la falta de dinero lo hacía imposible y la única alternativa fue la de la red.
  Al principio, mucha gente empezó a colaborar y yo adopté el múltiple papel de director, coordinador, redactor, corrector de estilo y hasta webmaster. Me ponía en contacto con los colaboradores, recibía sus textos, los revisaba, los corregía, buscaba imágenes y videos, los subía, etcétera. Una labor titánica que debía hacer por amor al arte, pero que realizaba con gusto con tal de mantener con vida a la Mosquita.
  La respuesta, sin embargo, no ha sido la esperada. Del equipo inicial de entusiastas, prácticamente sólo quedo yo. De los muchos colaboradores que se apuntaron en un principio, la mitad al menos se ha desvanecido. Pero el trabajo sigue siendo el mismo y a veces, por atender a las labores que me ayudan a sobrevivir económicamente, no puedo darle todo el tiempo necesario a la página.
  Para colmo, el sitio de pronto se cae inexplicablemente y en su lugar aparece (como en estos momentos) un horrendo letrero que avisa “This Account Has Been Suspended”. No sé cuánto tiempo vaya a durar esta vez así (ya llevamos una semana “desmoscados”) y no se trata de hacer un catálogo de quejas, sino de buscar alternativas.
  Cuando veo el tráfico que visita a mis blogs (sobre todo El rojo y el negro) y la respuesta inmediata que existe en mi página personal de facebook y comparo con lo que sucede en La Mosca en la Red, descubro que tanto trabajo en esta última no reditúa en la cantidad de gente que la lee, en comparación con mis redes sociales. Por esto y por la mala imagen que da que el sitio quede suspendido de pronto sin que yo pueda hacer algo para resolverlo, más allá de avisar que estamos fuera del aire “por cuestiones técnicas”, he pensado en abrir un blog de La Mosca en la Red. No para sustituir a la página, pero sí para ir subiendo ahí distintas colaboraciones de los amigos que tan generosamente me las envían y luego tienen que esperar a que la página esté disponible para subirlas.
  Después de todo, hay quienes dicen que el sitio parece un blog y he visto páginas muy exitosas que no tienen un diseño apantallante pero sí muchas visitas. Voy a probar a ver qué pasa. Cuando menos tengo la garantía de que no estaré en la incertidumbre de si se ve o no se. Sus opiniones al respecto serán muy bien recibidas.

jueves, 8 de diciembre de 2011

De profecías mayas y otras jaladas*

Al menos de dos o tres años para acá, muchos locos nos han venido fastidiando con el sonsonete oligofrénico de que en diciembre del año próximo se va a acabar el mundo, “porque así lo dicen las profecías mayas”. Lo aseveran con una seguridad pasmosa, digna de mejores causas. La mayoría jamás ha visto las dichosas profecías, pero ahí están, como murga, dale y dale con lo del próximo fin de la humanidad y pecados que la acompañan.
  El delirio de estos “enterados” se ha extendido de tal manera que mucha gente se ha dejado influenciar por el anuncio de que a partir del veintitantos de diciembre de 2012, nos vamos a tener que ir de aquí todos en bola. Claro, muchos le buscan el lado positivo al asunto y sonríen satisfechos al pensar que dado que nos queda más o menos un año de estancia en la Tierra, no tendrán que pagar sus deudas (“¿te imaginas la cara de los cobradores de las tarjetas de crédito?”, comentan divertidos) y podrán darle duro a la hilacha de aquí a doce meses (sin intereses).
  No hace mucho, un viejillo gringo, de esos a los que les da por inventar religiones, nos avisó amablemente que en marzo o en mayo (no me acuerdo bien) de este año se iba a acabar el mundo. Como llegó la fatídica fecha y todos seguimos tan campantes, en lugar de aceptar que aquello había sido una mamadencia de su parte, dijo que se había equivocado en sus cálculos y que en realidad el Apocalipsis sería en octubre. Pues resulta que ya pasó octubre y nanay.
  El otro día vi en Discovery (juro que no soy de esos snobsposers se les llama ahora– que dicen odiar a la televisión y dizque sólo ven Once TV, el Canal 22 y Discovery Channel) un documental sobre esto del fin del mundo y las profecías mayas. Muy bien producido y lo que ustedes manden, pero jamás mostraron un dato convincente acerca de todo ese rollo. Porque en realidad no lo hay y todo se basa (es un decir) en suposiciones, inventos, interpretaciones chafas y ganas de perder el tiempo. Pero ahí están los profetas caguengues, duro y dale con su cantaleta: el mundo se va a acabar en 2012. Ajá.
  Ahora, tampoco se trata de negar que las cosas en el planeta están del cocol y que además de las guerras, la violencia, el hambre y la crisis económica, el problema ambiental se nos muestra cada vez más grave, con el radical cambio climático que estamos padeciendo y que hace que los fenómenos de la naturaleza (huracanes, tormentas, sismos, sequías, etcétera) sean más extremos e implacables conforme pasan los años. Eso con profecías mayas, incas, babilónicas o tepiteñas… o sin ellas.
  En la música en general y el rock en particular, han sido varias las canciones que nos hablan de una u otra manera acerca del fin del mundo. La más conocida tal vez sea “It’s the End of the World as We Know It (And I Feel Fine)” de R.E.M., pero hay otras curiosidades al respecto. Ya en los años treinta, el mítico bluesero Robert Johnson nos hablaba del tema en “If I Had Possession over Judgement Day”, mientras que en los sesenta los Carpenters nos deleitaban con “The End of the World” y diez años después, Elvis Costello hacía lo propio con “Waiting the End of the World”.
  Ahora que si de lo que se trata es de buscar señales del Apocalipsis, yo di con una hace pocos meses. Me encontraba en una tienda de discos, cuando de pronto empezó a sonar una música en verdad horrenda, irritante, escalofriante. De las bocinas surgía, a todo volumen, una voz increíblemente desafinada y estridente que gritaba (porque no cantaba) algo así como “¡quiero que te vengas a vivir todos los días conmigoooooo…!”. Alarmado, me acerqué a uno de los empleados del lugar para preguntarle qué demonios era aquello. “Es el disco de Enjambre”, me respondió. “Se está vendiendo muy bien”.
  Si la gente es capaz de consumir tamaña inmundicia musical es porque quizá nos merecemos que las profecías mayas se cumplan implacables y a la brevedad posible. ¿Para que esperar hasta dentro de un año?

*Publicado en mi columna "Bajo presupuesto" de la revista Marvin de este mes.

miércoles, 7 de diciembre de 2011

Mis doce discos del año

Este es el video que me hicieron en la revista Nexos y que aparece en su sitio en internet, acerca de mos doce discos favoritos del año. Obviamente, aparte de estos hay cuando menos otra docena que me gustó mucho. Pero he aquí lo que dije (no aparezco en imagen, los editores tomaron algunos de mis dichos e hicieron una propuesta interesante).

martes, 6 de diciembre de 2011

La Mosca y yo: Jairo Calixto Albarrán

La Mosca sí tiene quién le escriba. Al igual que el maestro Renato Leduc, admiro la porfía de la mosca que puede estrellarse una y otra vez contra los vidrios de las ventanas hasta que por una razón metafísica, casuística o ceñida a las leyes de la causalidad, consigue pasar y continuar con sus vuelos del otro lado. El autor de “Prometeo sifilítico” decía que si las personas tuvieran el mismo empeño del insecto al buscar el cumplimiento de sus aspiraciones y objetivos, sin duda el índice de frustraciones bajaría dramáticamente. Pero La Mosca tiene otras ventajas: posee una herramienta poderosísima: un detector de mierda que la lleva a cruzar el pantano y dejarlo peor, porque su plumaje es de esos...

Jairo Calixto Albarrán

*Publicado originalmente en La Mosca No. 82, febrero de 2004, número del décimo aniversario moscoso.

lunes, 5 de diciembre de 2011

Quinta sesión del curso

Hoy fue la quinta y penúltima sesión del curso Historia crítica del rock que se hace en México, en el Centro Cultural Woody Allen. El tema que abordamos fue el del rock que se hizo en nuestro país a lo largo de los años noventa del siglo pasado y resulto muy interesante y participativa. En la parte musical estuvimos escuchando canciones de Santa Sabina, La Lupita, Kerigma, El Juguete Rabioso, Jaime López y José Manuel Aguilera (de su álbum Odio Fonqui), La Castañeda, Café Tacuba, La Barranca, Los Humanos, La Dosis, Guillotina, Molotov, Resorte, Julieta Venegas, Ely Guerra, Jumbo y Zurdok. Al final hubo una especie de sobremesa muy interesante con los alumnos.

domingo, 4 de diciembre de 2011

Cuando yo era bolchevique

A últimas fechas, mis columnas sabatinas en Milenio Diario, en especial las dos más recientes, han causado irritación, enojo y reacciones insultantes y descalificadoras en varios lectores. Algunos me han mandado incluso mensajes intimidatorios y llenos de infundios. Se trata en su mayoría de simpatizantes lopezobradoristas que muestran un talante rabioso ante todo aquel que ose tocar con el pétalo de una crítica a su amoroso líder. Ese tipo de reacciones, sin embargo, no me son ajenas, porque en alguna época de mi vida yo era muy parecido a esa clase de personas.
  Ahora que he seguido releyendo mis diarios de principios de los años setenta, continúo encontrándome con un Hugo marxistoide, comunista, bolchevique y antiimperialista hasta la náusea. Me sorprende leer el rencor con el cual escribía a mis diecinueve años acerca de “los burgueses y los capitalistas”. Era yo un cerrado admirador de la revolución cubana y de todo lo que estaba dentro de la órbita soviética, al tiempo que aborrecía (con odio revolucionario, habría dicho el Che Guevara) todo aquello que tuviera el más ligero tufo a imperialismo yanqui. Criticaba a medio mundo, incluso a mis amigos y parientes más cercanos, por su “ignorancia” acerca de la lucha de clases. Era en ese aspecto un cuadrado de lo peor que seguía a la doctrina de Marx, Engels, Lenin y hasta Stalin con fe religiosa. Creía firmemente en la inevitable llegada del socialismo al mundo y, por supuesto, a México. Sobra decir que era un acérrimo opositor a los gobiernos priistas y a sus “cómplices” de otros partidos. Mi izquierdismo, pues, era maniqueo, inflexible, furibundo.
  Trataba de ver todas las películas cubanas, rusas, checas, húngaras que pasaban en los ciclos de la naciente Cineteca Nacional o en el Auditorio Che Guevara (en esa época era un pecado llamarlo Justo Sierra) de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Varias de las canciones que escribí en esos años tenían letras militantes y mis ídolos eran Fidel Castro, Mao Tse Tung, Ho Chi Minh, el Che Guevara… y Rius.
  He aquí una muestra de algunos de los libros que leí, con fervor revolucionario, tan sólo en enero y febrero de 1974: La educación como práctica de la libertad y Pedagogía del oprimido de Paulo Freyre, A un joven socialista mexicano de Vicente Lombardo Toledano, Marx para principiantes y ¿Qué tal la URSS? de Rius, ¿Qué hizo el Che en México? de José Natividad Rosales, Ñacahuasú, la guerrilla del Che en Bolivia de José Luis Alcázar, El diario del Che en Bolivia y Guerra de guerrillas del Che Guevara,  Materialismo y método dialéctico de Maurice Cornforth.
  En fin, casi pura literatura de izquierda, mucha de ella panfletaria, y así fue prácticamente desde 1968 hasta mediados de los años ochenta, en que empezó mi desencanto respecto al llamado socialismo real y sus regímenes híper represores. Sin embargo, jamás he dejado de ser un hombre de izquierda, aunque algunos fanáticos ahora traten de descalificarme por cuestionar a alguien que para mí no es en absoluto de esa tendencia política e ideológica, sino un profeta del nacionalismo revolucionario más trasnochado, hoy recubierto con delirantes tintes de amor y paz.
  Pero esa es mi opinión, subjetiva y personal, mía y de nadie más, una opinión que a nadie trato de imponer y que me limito a expresar, algo que no entienden algunos, quienes por un lado me desprecian por “reaccionario y derechista” y por el otro no dejan de leerme con fruición. Sigo sin comprender por qué, si mi manera de pensar les resulta tan insignificante e infecta, le dan tanta importancia y hacen semejantes corajes al leerla. ¿Será una más de las contradicciones del materialismo histórico?

sábado, 3 de diciembre de 2011

Saúl Hernández y López Obrador*

Para mis compañeros columnistas de Milenio Diario.

Disculpará el lector que hable de una situación personal, pero resulta sintomática y la padecemos muchos de los que colaboramos en los medios de comunicación.
  Cuando en los años noventa del siglo pasado empecé a escribir sobre rock, en la sección cultural del diario El Financiero (que dirigía y aún dirige Víctor Roura) y en la revista La Mosca en la Pared (que dirigía este escribidor), mis críticas al rockcito que se hacía en México y muy específicamente a la música de Caifanes hicieron que se me empezara a considerar como un enemigo de los grupos en general y de Saúl Hernández, actual vocalista de Jaguares, en particular. Hoy día, en mucha gente prevalece la idea de que siento odio contra Hernández. Nada que ver. Las tres veces que tuve contacto con él, se portó más que amable conmigo y nada personal puedo sentir contra su persona. Es sólo su obra lo que no me agrada del todo. Pero existe un consenso que afirma, tajantemente, que odio a Saúl.
  Algo similar acaba de generar mi columna del sábado pasado (“¿Un Peje con piel de oveja?”). Además de los insultos e improperios de costumbre y del surgimiento de un par de trolls francamente desquiciados, varios lectores me preguntaron en Twitter, facebook y uno de mis blogs por qué odio a Andrés Manuel López Obrador, en una especie de déjà vu de lo que viví en el caso de Saúl Hernández y que me sigue dejando perplejo.
  ¿Por qué a una simple crítica, que no es sino una mera opinión subjetiva, algunos la ven como una manifestación de rencor, de odio, de rabia? ¿Por qué, además, le dan una importancia astronómica y en automático la descalifican y ponen en su negra lista de enemigos a quien no comparte sus ideas y puntos de vista?
  Así pues, que quede claro: no odio a Andrés Manuel López Obrador, como tampoco odio a Saúl Hernández. Seguiré ejerciendo la crítica acerca de ellos y acerca de quienes considere criticables en cualquier ámbito... , aunque con eso me gane el odio temible de sus seguidores.

*Publicado el día de hoy en mi columna "Cámara húngara" de Milenio Diario.

viernes, 2 de diciembre de 2011

La Mosca y yo: Capitán Pijama

De niño odiaba ir a cumpleaños porque casi siempre servían ensalada de papa o coditos, frías y con una crema aguada vomitiva. De viejo ya ni pienso en los cumpleaños. Pero La Mosca es insecto aparte. La amo con zumbona pasión, como lector y ocasional escribidor. La Mosca me dio a la más deliciosa grupi que se me ha arrimado, mi chica ye-ye de provincianas tierras. La Mosca me reinicia como alucinado fan de sus mujeres escribidoras, de las que me enamoro, todavía, sin entender por qué. La Mosca me da amigos. La Mosca es zona de sueños.
  Mosca, me pasmas con tu congruencia y honestidad, celebro que en el áspero y plagado de trampas mundo revistero mexicano sigas adelante. Eres el sueño de todo editor, vives porque tienes lectores. Mosca querida, sigo contigo aunque por ahora no estoy en ti. Mosca zumbona, sigue haciendo ruido, sigue dando lata, aunque debajo del pavimento no esté la playa. 

Capitán Pijama

*Publicado originalmente en La Mosca No. 82, febrero de 2004, número del décimo aniversario moscoso.

jueves, 1 de diciembre de 2011

Desayuno retro

A petición de Irma Larios y por intermedio de su hermano Germán, esta mañana nos reunimos Adolfo Cantú y yo con ellos, para desayunar en un Vips. Fue un reencuentro de los cuatro. A principios de los años setenta del siglo pasado, Irma, Adolfo y yo éramos adolescentes y Germán un chavito y todos nos conocimos en el parque de la colonia Toriello, en Tlalpan, que estaba justo enfrente de la casa de los Larios. Mil historias hay entretejidas entre los cuatro y estuvimos haciendo remembranzas de tanta gente que se cruzó en las vidas de los hoy reunidos junto al café, la fruta, el jugo, los huevos y los chilaquiles. Fue una larga charla y una todavía más larga sobremesa, todo dentro de la gran cordialidad y cariño que nos une. A Adolfo lo veo más o menos seguido, pero a Irma -quien vive en Nueva York- no la veía desde hacía seis años (antes aún, en 2004, la había reencontrado en la ciudad de París, después de más de tres décadas de no vernos y no saber de nosotros). Realmente resultó una reunión feliz y divertida. La foto nos la tomó el buen Germán, a quien mínimo tenía diez años de no ver.

miércoles, 30 de noviembre de 2011

Mis razones sobre López Obrador

A raíz de mi columna del sábado pasado, me ha llovido cualquier cantidad de mensajes y comentarios, ya sea en las redes sociales o al pie de la página misma de Milenio Diario donde apareció el texto. Hay quienes están de acuerdo con mis dichos, pero hay también una buena cantidad de gente (anónima o que da su nombre) que ha respondido con denuestos, insultos, desprecios, menosprecios y hasta algunos razonamientos respetables.
  Al parecer, muchos no soportan una simple opinión contraria a López Obrador y aparte de lanzarme improperios (“Tu panismo raya en lo cínico”, “Periodista de quinta”, “Tipo senil”, “Hijo de Peña Nieto”, "¿Cuánto te pagan los panistas (o los priistas o los chuchos, o Televisa...", etcétera), algunos tratan de descalificarme porque no soy analista o politólogo sino un mero “opinador” o me retan a contestarles como si yo tuviera la obligación de discutir con cada uno de ellos. El colmo fue alguien que se convirtió en un verdadero acosador, con farragosos párrafos que me exigían le respondiera y le aclarara, a él en particular, mi “odio” contra AMLO. Otros me dicen que lo que digo es indefendible y que por eso no contesto en mi facebook o en mi Twitter. La verdad es que no tengo tiempo y tampoco interés como para meterme en una polémica que sería un diálogo de sordos y que conduciría a donde conducen las discusiones con quienes ya tienen su dogma bien determinado, establecido y cuadriculado: a la nada.
  Pero como veo que algunos insisten y persisten y me dicen que hablo sobre Andrés Manuel desde el prejuicio y la ignorancia, he aquí algunas de las razones por las cuales no quisiera verlo en la presidencia de esta pobre y vapuleada república y que nada tienen que ver con algún odio personal contra su persona.

  1. Porque no es un demócrata. Aunque ahora quiera cambiar de ropaje y venderse como un político pacífico, amoroso y hasta respetuoso del establishment, no se puede olvidar su rabiosa reacción contra lo que en 2006 él y los suyos consideraron un fraude, sus frases histéricas como “¡Cállate chachalaca!” o “¡Al diablo con los instituciones!”, la toma de la avenida Reforma, la descalificación a su propia gente que estuvo en las casillas vigilando los votos, la farsa teatral en la que se ungió como “presidente legítimo”, etcétera.
  2. Por su marcado pasado priista. En sus tiempos como miembro del Partido Revolucionario Institucional (y para decirlo en palabras de Luis González de Alba), López Obrador “se crió en el PRI, mamó del PRI, compuso el himno del PRI, dirigió al PRI-Tabasco, es del peor y más viejo PRI”. Además, posee todas las mañas y artimañas de los viejos priistas, como el hecho de no haber licitado las multimillonarias obras que realizó cuando fue Jefe de gobierno del DF, obras que nunca estuvieron contempladas en el presupuesto, así como no haber informado de sus costos y lograr (con manipulaciones de René Bejarano dentro de la Asamblea de Representantes) que éstos fueran un secreto que sólo podría ser conocido doce años después (doce años cuyo término pronto se cumplirá, por cierto).
  3. Por la gente que lo rodea. ¿Cómo se puede anhelar a un gobierno federal no sólo en manos del tabasqueño sino de sus más allegados? ¿Cómo imaginar -sin sentir escalofríos- el tener como altos funcionarios a personajes como Martí Batres, Dolores Padierna, Ricardo Monreal, Gerardo Fernández Noroña o los dirigentes de un partido como el PT (fundado por los hermanos Salinas de Gortari como un contrapeso para el PRD) o de esa cosa llamada Convergencia? Gente de tal calaña, adueñada del Estado, francamente me horroriza.
  4. Porque no creo en el gatopardismo. Los cambios de imagen que trata de mostrar López Obrador no me los trago. Perdón, pero no son prejuicios sino el hecho de conocer su pasado (el antiguo y el reciente). No hay algo que me diga que está siendo sincero y que no miente. Tengo la suficiente edad como para no chuparme el dedo y para no ser políticamente ingenuo.

  No hablo pues desde el prejuicio. Esas son mis muy personales razones para descreer de AMLO y estar seguro de que no votaré por él en 2012. No creo que sea la opción después de este par de sexenios tan desastrosos. Mi razón y mi conocimiento de la historia de México (y mi muy subjetivo instinto político también) me indican que el país caería aún más abajo de donde lo están dejando los gobiernos panistas (a los que hay que reconocerles, sin embargo, que han mantenido una estabilidad económica que no se vio entre 1970 y 1997). Eso es lo que yo pienso, simplemente, sin la menor intención de pontificar o de creer que poseo la verdad absoluta. No soy tan soberbio. Sólo estoy preocupado por el destino de mi país.

martes, 29 de noviembre de 2011

Fotos en Milenio

A partir del 1 de enero de 2012, Milenio Diario ofrecerá algunas novedades en su diseño gráfico y por ello, quienes ahí colaboramos como columnistas fuimos convocados para una sesión fotográfica individual. La idea es renovar las fotos que aparecen a un lado de nuestros respectivos artículos y que nos tomaron en 2006 (algo habremos cambiado algunos en estos cinco años). Me tocó ir hoy a la una de la tarde y una muy amable fotógrafa (Sara Cruz) me hizo posar para ella. Resultó bastante divertido. Ya veremos los resultados muy pronto.
  En la redacción saludé a José Luis Martínez, Alicia Quiñones, Tacho, Óscar y Jairo Calixto Albarrán, con el que estuve platicando y bromeando un buen rato. También pasé con Claudia Amador y el buen Guillermo. Me gusta ir a Milenio, siempre salgo de buen humor.

lunes, 28 de noviembre de 2011

Cuarta sesión del curso

Cuarta sesión de mi curso sobre la historia crítica del rock que se hace en México. Esta vez el tema fue el rock nacional durante los años ochenta y pudimos ver cómo en el periodo que va de 1981 a 1990 hubo diversas tendencias en el género, desde el rock rupestre hasta el metalero, sin dejar de pasar por los últimos estertores de los hoyos fonquis, los primeros esbozos electrónicos, el efímero surgimiento del subsello Comrock y la llegada de la ola popera española-argentina que lo cambió todo y creo la percepción (sobre todo en la siguiente década) de que el rock había nacido no en el delta del río Mississippi, sino en la desembocadura del río de La Plata. Con ello (incluidos los aportes de Timbiriche y Flans) nació el rockcito mexicano.
  Escuchamos música de Down Fillet, Rockdrigo, el grupo No, Luzbel, Size, Chac Mool, Casino Shangai, Ritmo Peligroso, Kenny y los Eléctricos, Jaime López, Cecilia Toussaint, Botellita de Jerez, El Personal, Caifanes, Maldita Vecindad, Real de Catorce, Gerardo Enciso y Ninot. Una sesión reveladora.

domingo, 27 de noviembre de 2011

Con Dixo

Carlos Andrade, de Dixo, me invitó a participar en una mesa redonda sobre medios impresos, dentro de las actividades por el sexto aniversario de esa conocida productora de podcasts. La mesa tuvo lugar en el Telmex Hub, en Isabel la Católica, en pleno centro histórico. Participamos Máfer Olvera (Sonidos Urbanos, Frente), Francisco Zamudio (Kuadro), Mauricio Hammer (Círculo Mix Up) y yo, con un moderador (Héctor Padilla). Resultó muy interesante y se grabó para ser subida posteriormente al sitio de Dixo. Eso fue ayer sábado. Hoy domingo, fui a Tlalpan a ver a mi mamá y también pasé, como siempre, a casa de Rosa, donde vi a ésta, a mis hijos, a Dereck, a Rosita y a Hallet. Fue un buen fin de semana,

sábado, 26 de noviembre de 2011

¿Un Peje con piel de oveja?*

A pesar de que hay quienes dicen que debemos otorgarle el beneficio de la duda y creer (la palabra creer, en este contexto, resulta clave) en la posibilidad de que el hombre haya cambiado y en verdad sus palabras sean auténticas y sinceras, como simple ciudadano y observador de la realidad política mexicana, yo no puedo hacerlo. ¿Cómo creer en la cuasi religiosa prédica de una república del amor, si lo que veo en él y en muchísimos de sus seguidores es un lenguaje (verbal y corporal) y unas actitudes que contradicen a cualquier discurso amoroso y me topo, por el contrario, con un rencor que raya en el odio contra todo aquel que ose criticar la palabra divina del Mesías y oponerse a sus designios?
  Andrés Manuel López Obrador se presenta ahora como una especie de sacerdote hippie, con túnica psicodélica, aroma a pachuli y el cabello lleno de flores; un neo franciscano, pero no en el sentido de San Francisco de Asís, sino del San Francisco sesentero de Scott McKenzie. Que me disculpe su intolerante feligresía (que de seguro me lapidará amorosamente, apenas lea esta columna), pero yo no le creo, no me trago su nuevo discurso y me niego a cerrar los ojos para aceptar que con su flamante disfraz de oveja moderada y conciliadora deje de ser lo que en esencia es: el mismo Peje de siempre, con todo lo que ello significa para bien y sobre todo para mal (y si no, al tiempo).
  En ese sentido, lo que más le convino a Marcelo Ebrard fue no haber quedado como candidato para el 2012 de esa entelequia que son “las izquierdas”. Estoy seguro que él lo sabe. No hubiera podido vencer al actual candidato del PRI. Mejor dejarle a Andrés Manuel el tigre de la rifa y esperar con paciencia los seis años que faltan para la siguiente contienda electoral. No es que dé yo como un hecho que Enrique Peña Nieto será el próximo presidente de la república, pero sus posibilidades son más altas que las de ningún otro candidato, incluido López Obrador. ¿Es esto bueno o malo para el país? No lo sé. Sin embargo, ¿qué sería peor: un México priista o un México chavista?
  Ahí les dejo la pregunta, yo me voy a escuchar un disco de Donovan.

*Publicado hoy en mi columna "Cámara húngara" de Milenio Diario.

viernes, 25 de noviembre de 2011

25 de noviembre

El 25 de noviembre fue durante casi dos décadas una de las fechas más importantes de mi vida. Hablo de entre 1974 y 1991, ya que un día como ese, en el año 74 del siglo pasado, empecé a andar con Rosa, la madre de mis hijos, y a partir de entonces se constituyó en la fecha de nuestro aniversario. Si no nos hubiéramos divorciado en septiembre de 1992, hoy mismo estaríamos cumpliendo nada menos que treinta y siete años juntos. Paradójicamente, hoy día nos llevamos mucho mejor que cuando estuvimos casados y eso me parece muy sano. Los dos hijos que tuvimos fueron lo mejor de nuestra relación, aparte de muchos momentos buenos. Por ello, el 25 de noviembre sigue siendo para mí (y creo que para ella también) una fecha significativa y entrañable.

jueves, 24 de noviembre de 2011

Al final del día

Hay expresiones que de pronto se ponen de moda y todo mundo empieza a usarlas y a repetirlas, sin reparar en su corrección o su incorrección gramatical. Es el caso de ese horror tan empleado en los medios de comunicación electrónicos que es la frase (casi muletilla) “al final de cuentas”, con la contracción “al” como si se tratara de “a el final de cuentas”… y no, el artículo “el” sale sobrando porque se habla no de algo que termina (que en este caso sería “al final”) sino de un enunciado sinónimo de “por lo tanto” o de “en consecuencia”. La expresión correcta es “a final de cuentas” o “a fin de cuentas”, con la preposición "a" sola, sin el posterior artículo determinado en contracción.
  Pero por si lo de “al final de cuentas” no fuera suficiente, ahora escucho y leo a muchos “comunicadores” que dicen y/o escriben una variante igualmente espantosa y tomada de la expresión inglesa “at the end of the day”, es decir, “al final del día”, frasecita que se está extendiendo como plaga en radio, televisión y medios impresos con cosas como "Al final del día, yo pienso que el mejor concierto del año fue el de..." o "Al final del día, lo mejor es que con estos fríos nos abriguemos bien", etcétera.
  A final de cuentas, por eso estamos como estamos.

miércoles, 23 de noviembre de 2011

Denisse, mes y medio después

Fue algo extraño. Lo fue para los dos. Denisse vino por otra parte de su ropa y fue raro volver a verla después de algo así como cuarenta y seis días. Ambos estábamos un poco nerviosos. Todo estuvo muy tranquilo. No hay rencores de mi parte. Platicamos bien, nos tomamos un café y permaneció aquí tres o cuatro horas. Hubo algo de irreal en su presencia, como lo hay por su ausencia. ¿Nos amamos aún? Sí, sin duda. Pero las circunstancias impiden que estemos juntos. Lo acontecido en octubre fue demasiado fuerte. En fin, no abundaré al respecto. Puedo decir que fue grato verla, aunque resultó difícil también. Fui a dejarla al metrobús como a las seis de la tarde, para ayudarla con su mochila. Tal vez en diciembre la vuelva a ver. Seguramente así será.

martes, 22 de noviembre de 2011

Radio en suspense

Hubo algunos problemas en el seno de Tu Radio on Line. En lo que se resuelven, el programa de La Mosca en la Radio tendrá que esperar. Yo creo que reanudamos el primer martes de diciembre. Así las cosas. Ni hablar.

lunes, 21 de noviembre de 2011

Tercera sesión del curso

Llegamos a la mitad del curso "Historia crítica del rock hecho en México" que estoy dando en el Centro Cultural Woody Allen de la colonia Roma. La sesión de hoy, la número tres, estuvo muy divertida a mi entender. Hablamos de los siniestros años setenta, década en la cual el rock nacional fue condenado al ostracismo y sumido en el infierno de los hoyos fonquis, época de malas grabaciones, regular música y gente de la dudosa calaña de Paco Gruexxo y otros siniestros "gerentes". Para ilustrar musicalmente tan negra etapa puse música de Toncho Pilatos, La Fachada de Piedra, El Tarro de Mostaza, Nuevo México, Nahuatl, los Dug Dug's, Cosa Nostra, Mr. Loco, Three Souls in My Mind, Paco Gruexxo y la Tlatelolco Rock Simphony, La Cruz, Al Universo, Mara, Dangerous Rhythm, Sombrero Verde, Un Viejo Amor y Ernesto de León (este último con un blues en homenaje a Sergio Villalobos, líder del Hangar Ambulante, fallecido en 1971, cuando creyó que podía volar y se lanzó al vacío desde la azotea de su casa).
  Al salir de ahí pasé a casa de Majo, quien me invitó a cenar. Muy agradable charla con mi entrañable amiga (y compañera de aventuras editoriales) ya de tantos años (doce, para ser exactos).

sábado, 19 de noviembre de 2011

¡Muera la mafia en el poder!*

Aunque ya pasó una semana desde que se dio el atraco, la indignación persiste a nivel nacional y la sangre de todos los mexicanos bien nacidos hierve tan sólo al recordar la manera como se consumó tan cínico y desvergonzado robo en despoblado.
  Muchos no han podido dormir bien desde entonces. Otros han llorado de rabia, de impotencia, al saber que un pequeño aunque poderoso grupo de mafiosos fue capaz de burlarse de las preferencias populares y consumar un fraude escandaloso, como si no supiéramos que los votos fueron manipulados con la eficacia de aquellos antiguos mapaches priistas del pasado, ese pasado que está regresando con la fuerza de un tsunami.
  Cuanta razón tienen los que hoy toman la definición de López Obrador para nombrar a ese grupito de delincuentes de cuello blanco que hace y deshace a su antojo. Sí, se trata de una mafia. Es la mafia en el poder, esa misma que ajena a los sentimientos del pueblo, no repara en mientes para llevar a cabo sus transas y trastupijes. Todo con tal de salvaguardar los oscuros e inconfesables intereses de unos cuantos poderosos, quienes saben amafiarse cada vez que ven en riesgo sus posiciones.
  Así se llevó a cabo el atraco del fin de semana pasado, una de las fechorías más ruines y descaradas de que se tenga memoria y que hará  que ya nadie vuelva a confiar en los que tienen en sus manos las votaciones y sus conteos. Poco les importó a esos canallas que tantos medios de comunicación estuvieran al pendiente de la cerrada contienda. Han alcanzado tales niveles de desvergüenza que ni siquiera les sonrojan sus trampas.
  ¿Cómo no entender las quejas, las acusaciones, los lamentos de la parte afectada, cuya victoria fue negada para levantarle la mano a quien no lo merecía? Tengo los nombres de quienes urdieron este virtual michoacanazo y los voy a revelar desde mi indignación ciudadana: Glen Trowbridge, Dave Moretti y Robert Hoyle. Fueron esos jueces, al servicio de la Organización Mundial de Boxeo, los que le birlaron el campeonato a Juan Manuel Márquez para darle el triunfo a Manny Pacquiao.
  La historia los juzgará.

*Publicado hoy en mi columna "Cámara húngara" de Milenio Diario.

viernes, 18 de noviembre de 2011

Bicarbonato

Recuerdo que una vez mi mamá me comentó: “El Cuate Serrano dice que su secreto para conservar la salud es tomar cada noche una cucharadita de bicarbonato de sodio”. El Cuate Serrano era un amigo de mis papás, un señor muy simpático y afable, compañero de copas de mi padre, de quien ya escribiré en mi blog Pretérito imperfecto. La cosa es que aquel consejo se me quedó grabado en el inconsciente durante décadas, sin que yo lo pusiera en práctica. Hasta que hace algunos años empecé a sufrir agruras, sobre todo en las noches, con ese horrendo reflujo que en ocasiones llega a quemar la garganta. Entonces recordé las palabras del Cuate Serrano y empecé a tomar una cucharadita de bicarbonato antes de acostarme. Santo remedio. Desde entonces, jamás he vuelto a padecer agruras o reflujo. Yo les paso al costo este remedio que a mí me ha resultado excelente durante largo tiempo (recuerden que uno de los medicamentos clásicos para el malestar estomacal, el Alka Seltzer, está hecho a base de bicarbonato de sodio) y les paso también al costo que según algunos estudios médicos, este polvito puede matar algunas células malignas, por lo cual podría constituir un excelente medio para prevenir el cáncer. No lo sé, sólo lo leí, pero no lo dudaría.
  … y ya que mencionaba el apellido Serrano, en la divertidísima serie española de televisión Los Serrano que hasta hace un par de años pasaba por Cadena 3, hubo un capítulo en el cual dos de los personajes viajaban a los Estados Unidos y al llegar al aeropuerto de Nueva York y serles revisado su equipaje, les encontraban una bolsita con un polvo blanco que hacía que los detuvieran, al pensar los guardias que se trataba de cocaína. Los muy ingenuos baturros se habían llevado una dosis de bicarbonato para curarse el estómago.
  Así, pues, dos consejos: 1. No cenen mucho y tomen una cucharadita de bicarbonato de sodio antes de irse a la cama. 2. Cuando viajen al extranjero, mejor lleven Alka Seltzer… o cómprenlo allá.

jueves, 17 de noviembre de 2011

Cerveceando artesanalmente

En la noche me fui con mi gran amiga Letto de tour chelero. Nos vimos en el metrobús "Sonora" y de ahí nos adentramos en la colonia Roma, por todo San Luis Potosí, hasta llegar a la calle de Jalapa, donde entramos a un lugar en el que venden lo que llaman cervezas artesanales. No me gustó del todo el sabor de la que me tomé (me recordó a una horrible cerveza belga que bebí en París con mi cuate Andrés Soto, en 2004, aunque ésta estaba menos peorcita) y había demasiado ruido en las bocinas (supuestamente era música electrónica, pero muy gacha). Como no se podía casi ni platicar, decidimos mudarnos de antro y pasamos a una cantina mucho mejor, La Nacional, en Jalapa y Querétaro. Ya no me arriesgué y me tomé un par de Montejos. La música más variada, a menor volumen y bastante divertida (desde Los Locos del Ritmo hasta Mike Laure, pasando por Pedro Infante, Tin Tan y Pérez Prado). Charlamos mucho, nos pusimos al día en mil cosas y compartimos una ensalada de nopalitos con tortillas que nos cayó de maravilla. Como a las once nos fuimos al metrobús de nuevo, donde cada uno tomó en dirección distinta. Letto hacia el norte y yo hacia el sur. Bueno, es un decir, porque no pude subirme al convoy que arribó largo rato después, atascadísimo de pasajeros, y como el siguiente iba a tardar no sé cuanto debido a la hora que era, me salí y regresé en un taxi a la casa. La pasé muy bien. Letto es de esas amigas que adoro y que perdurarán toda la vida.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Mi sobrina la irreverente

Leyla, mi queridísima sobrina, sigue pasándola de maravilla en Inglaterra y como prueba están las siguientes fotos que se tomó en el museo de cera de Madame Tussauds, en Londres, y en las cuales demuestra su falta total de respeto hacia algunas personalidades históricas. Qué barbaridad.



martes, 15 de noviembre de 2011

Los veintinueve de Alain...

... y los cuarenta y dos míos. Sí, hoy mi hijo mayor, Mario Alain, cumplió veintinueve noviembres, mientras que yo llegué a cuatro décadas y dos años de haber compuesto mi primera canción -"Please Be True", misma que puede ser escuchada en mi blog Canciones de amor y desamor (y otras tonterías)-, tema que escribí en 1969. Alain festejará su cumpleaños en forma este sábado, con gran reven electrónico al lado de sus cuates; hoy lo hizo a nivel familiar, en casa de su mamá. Día feliz de doble aniversario.

lunes, 14 de noviembre de 2011

Segunda sesión del curso

Del curso sobre historia crítica del rock que se hace en México, quiero decir. Estuvo muy bien, bastante divertida, esta vez en el salón principal. Vimos desde la época del a go-go, con música de los Belmonts, los Rockin' Devils y los Hooligans, hasta el festival de Avándaro (con música entre otros de El Ritual, Peace and Love, El Pájaro Alberto, Love Army, La Revolución de Emiliano Zapata, los Dug Dug's, El Amor, Tequila y Bandido), no sin antes pasar por grupos más oscuros y "existencialistas" como Los Monjes o los Ovnis. Creo que fue bastante ilustrativo.
  Como se me hizo temprano antes de la clase, pasé a una farmacia frente al metrobús "Chilpancingo" y por ahí adquirí en DVD tres películas magníficas: Amarcord de Fellini, La danza de los vampiros de Polanski y Whatever Works de Woody Allen. Ya en el propio centro cultural idem (es decir, Woody Allen), me hice de una copia original de Miller's Crossing de los hermanos Coen.

domingo, 13 de noviembre de 2011

Roqueritos sangrones*

Uno de los síntomas más evidentes del infantilismo que durante años ha padecido el rock que se hace y se deshace en México es su sempiterna sangronería. Muchos (¿demasiados?) de los roqueros, cumbiancheros, poperos, baladeros, gruperos, skaseros y demás especímenes que pueblan el curioso mundillo del rockcito nacional se especializan en ser eminentemente sangrones, tanto que en ese sentido podríamos considerarlos gores… y no por sangrientos, sino por su espesa y pesadísima hemoglobina. Tres casos en especial ejemplifican lo que planteo.

1. El caso de los apelativos. Por alguna extraña razón, una buena parte de las bandas mexicanas, al presentar a sus integrantes, se limita a mencionar sus nombres de pila, así, sin apellidos, como se estila entre los grupos más plastificados del pop. Así, cuando los entrevistan o deben identificarse, lo hacen como Aldo, Pipo, Waldo, Arsenio, Cristóbal, Pompilio, Pedrito o cualquier nombre sin apellido. ¿Es una manera de aceptar su anonimato o de decir que forman parte de un grupo y que por ello las individualidades poco importan? No, nada que ver. Su egocentrismo y su altanería (palabra que rima con patanería) jamás les permitiría semejante actitud. Es, tan sencillo como eso, una mera sangronería. Porque creen que su solo apelativo basta para ser conocidos y reconocidos. Si al escuchar los nombres de John, Paul, George y Ringo los asociamos de inmediato con los Beatles, ¿por qué no podemos relacionar a Billy, Rodrigo, Rubén y José con, digamos, Motel? Pues porque para ser reconocidos por el simple nombre de pila hay que haber logrado una real trascendencia. En el rock que se hace en México, decir Saúl nos remite de inmediato al caifanesco y jaguaresco chamán Hernández y decir Rita nos hace remontarnos a la imagen de la recién desaparecida cantante de Santa Sabina. Pero son muy escasos los que pueden destacar con nada más que su simple nombre, despojado de patronímico. Quienes lo pretenden desde la medianía de su escaso o nulo talento no son más que unos… sangrones.

2. El caso de los gestos. Pídanle a un roquerito mexicano que pose para una foto y de inmediato pondrá en funcionamiento todo un arsenal de caras y gestos que en otro contexto nos haría pensar en una persona oligofrénica y seriamente dañada de sus facultades mentales. Quién sabe por qué extraña razón o por cuál retorcido mecanismo que se dispara en el interior de sus cerebritos, los músicos de rock nacionales (y de otras nacionalidades, hay que decirlo), en cuanto se enfrentan a la lente de una cámara fotográfica, gustan de adoptar posiciones corporales retorcidas, acompañadas de señas con los dedos y gestos faciales que van desde el arqueamiento de las cejas hasta el fruncimiento de la nariz y la apertura máxima de la boca para dejar salir la lengua. Esto es “muy roquero”, piensan (es un decir), y de ese modo se muestran de las más ridículas y grotescas maneras. Se trata, sin dudarlo, de otra manifestación de irremediable sangronería y una muestra de infantilismo que raya, como mencioné líneas atrás, con la oligofrenia.

3. El caso del divismo. Graba un disco, aparece en un videoclip, sé entrevistado en Telehit, forma parte del elenco del Vive Latino o simplemente súbete a un escenario y con ello bastará para sentirte toda una diva. Ese es al menos el razonamiento que se hacen muchísimos roqueritos mexicanos y que los hace cambiar su comportamiento de la noche a la mañana, para transformarse en sangrones por antonomasia que miran de arriba a abajo al resto de los mortales, desprecian con arrogancia a los periodistas y creen que la humanidad entera debe rendirse ante ellos. Sujetos como estos sobran en la escena del rockcito nacional. Divismo, ¡cuántas sangronadas se cometen en tu nombre!
  En fin. La enorme sangronería de los roquerines mexicanos produce tal cantidad de hemoglobina que la hace digna de un filme de Darío Argento. Se trata, no cabe duda, de un fenómeno plenamente gore.

*Publicado este mes en mi columna "Bajo presupuesto" de la revista Marvin.