sábado, 17 de julio de 2010

Gómez Mont a la selección*


No es un higadazo como Ricardo Antonio La Volpe. No sé siente divino como Hugo Sánchez. No está loco como el Capello Carrillo. No es gris como Chucho Ramírez. No es un mercenario como Sven Goran Eriksson. No reniega del espectáculo como Manolo Lapuente. Su prestigio quedó golpeado, pero no tanto como el de Javier Aguirre. Tiene una personalidad bonachona, como la del Ojitos Meza o, mejor aún, la de Vicente del Bosque. Aparte, se quedó sin chamba y está más que disponible.
A lo mejor Fernando Gómez Mont no sabe mucho de futbol, mas para lo que demostró la dirección técnica de la selección mexicana durante el pasado mundial de Sudáfrica, al parecer no se necesita conocer mucho del tema para hacerse cargo del Tri (¿o quién en su sano juicio convocaría al Bofo Bautista, Cuauhtémoc Blanco, el Conejo Pérez y el Guille Franco y dejaría sentados a Andrés Guardado y Paco Memo Ochoa?). Digo, si ya le tocó lidiar con divas como los funcionarios que rodean al presidente Calderón o como los dirigentes del PAN, no le costará poner en su lugar a uno que otro jugador con ínfulas de vedette argentina.
Con Gómez Mont al frente del seleccionado mexicano, no habría experimentos raros o jugadores que jugaran en posiciones que no les corresponden. Ya vimos de qué manera, aún como secretario de Gobernación, se opuso a las famosas alianzas electorales entre el PAN y el PRD que si bien en algunos casos funcionaron, a la larga no parecen ser la mejor fórmula para llegar al poder (¿o alguien se imagina seriamente a un candidato de unidad panista-perredista en los comicios presidenciales de 2012?).
El gran pero que se le podría poner a don Fernando es el de tener a un hermano incómodo. Cierto, después del osazo de Miguel Gómez Mont en un estadio sudafricano, donde hasta le jaló los cabellos a la mamá del Cuauh, no parecería ser una buena influencia. Pero veámoslo desde el lado positivo: el tipo es pambolero y en una de esas hasta buen auxiliar resulta.
Fernando Gómez Mont a la selección. A menos que el Chepo De la Torre diga otra cosa.

*Publicado en mi columna "Cámara húngara" de Milenio Diario.

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