domingo, 9 de mayo de 2010

Patzcuarina


Anoche llegué a Pátzcuaro para visitar a Denisse, justo al cumplirse un mes de que mi niña viajó hacia allá, para seguir con el curso propedéutico de La Casa del Teatro. Salí de la terminal de autobuses de Observatorio a las tres y media de la tarde y cinco horas después ya estaba en ese mágico poblado del estado de Michoacán. Dení fue a recogerme a la estación, acompañada por dos condiscípulos suyos, en la camioneta de uno de ellos, y el reencuentro fue muy emotivo y cariñoso. Nos dimos un largo y apretado abrazo con muchos besos. Nos llevaron al centro de la ciudad, en donde yo había estado por única vez en 1982, en compañía de Rosa, mi ex mujer, quien se encontraba embarazada de Alain, y del fotógrafo Jorge Pablo de Aguinaco. Aquella vez fui por razones de trabajo, con el fin de realizar un reportaje sobre la pesca en el lago para la revista Técnica Pesquera. En ese entonces, Pátzcuaro era diminuto. Hoy, me di cuenta de inmediato, ha crecido enormidades.
Los compañeros de Denisse nos dejaron en el parque Vasco de Quiroga y de inmediato nos registramos en un bonito hotel de tipo colonial. Salimos a cenar a los portales y luego de platicar largamente, nos recluimos en nuestro cuarto para ponernos al día.
Hoy domingo, nos levantamos más o menos temprano, para ir a desayunar y a comprar algunas artesanías (hay verdaderas maravillas). Despúes abordamos una combi que nos dejó en el precioso Cedram (ver foto), el centro escolar donde está viviendo ella, en medio de una zona semi boscosa cercana al lago. Denisse me mostró las instalaciones y saludé a otros de sus compañeros y compañeras. Como a las cuatro fuimos a pasear al lago y resultó muy decepcionante ver lo feo y contaminado que está. Sólo estuvimos en el embarcadero, lleno de puestos de comida y chácharas. Pocos visitantes. El sol pegaba a plomo y nos regresamos a pie. Cerca del Cedram nos tocó ver a un tren carguero infinito y nos sentamos en una banca para contemplar su largo paso. Fue bonito. Nos fuimos a descansar al cuarto de la Denissia para hacer tiempo y a las siete entramos al teatrito que tienen en las instalaciones para ver la puesta en escena de Bodas de sangre de Federico García Lorca, montada por El Rocinante, un grupo teatral conformado por ex alumnos de La Casa del Teatro que se dedica a recorrer Michoacán para dar funciones en las diversas comunidades. Tienen un tráiler impresionante con el que viajan. La obra me gustó mucho, sobre todo la actuación de una de las actrices principales (muy guapa además, je). Salimos a las nueve y tuve tiempo de irme con Denisse y buena parte de sus amigos y amigas al centro para cenar. Fue muy divertido, como divertida resultó mi breve estancia en Pátzcuaro. Me fueron a dejar a la estación de autobuses a las once y la despedida fue muy emotiva. Volveré a ver a Denisse en poco menos de un mes, cuando ella haga una visita relámpago al DF, y mientras -como hasta ahora- nos mantendremos en contacto diario por teléfono, Skype y Messenger.
Un lindo viaje de poco más de un día y una preciosa emoción volver a ver a la churri.

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