sábado, 3 de abril de 2010

Vacaciones para los sicarios*


Escribir una columna periodística en estos días de supuesto recogimiento espiritual (ajá) es como ser músico y tocar ante uno o dos espectadores. Como soy músico y he sabido varias veces, en carne propia, lo que se siente pararse a cantar en un lugar repleto de mesas vacías y aún así tener que hacerlo como si hubiese un lleno total, emprendo la redacción de mi columna de hoy con los mismos sentimientos encontrados y con la idea de que hay alguien por ahí.
En la situación en que se encuentra hoy el país, creo que no debería haber vacaciones, a menos que dichas vacaciones incluyeran a quienes participan en la actual guerra entre el gobierno mexicano y el crimen organizado. Si también en las matazones hubiese un asueto y al menos durante cuatro, siete o nueve días se detuvieran los enfrentamientos y balaceras, entonces sí que valdría la pena celebrar la Semana Santa y tomar un respiro aunque fuera así de breve.
No estaría mal que algún senador o diputado, de esos que con tanto esmero se sacrifican por el bien de la Patria, mandara a las cámaras legislativas una iniciativa de ley al respecto, a fin de que en cada periodo vacacional los contendientes en esta guerra casi civil (al menos así se ve desde los medios de comunicación) se tomaran unos días para reposar y poder lanzarse tranquilamente con sus familias a Cancún, Acapulquito, Oaxtepec o, ya de perdis, a las alberquitas del buen Marcelo.
¿No sería tierno y hasta saludable un convivio –en Caleta y Caletilla, en un balneario del IMSS o en las piscinas artificiales pero chidas del gobierno del DF– entre gatilleros y polis o incluso entre miembros de cárteles rivales? ¡Cuántas diferencias podrían arreglarse y encausarse al calor de unas ricas carnes asadas con tortillas, salsita y sus respectivas chelas! A final de cuentas, ese debe ser el espíritu cristiano de la también llamada Semana Mayor: o sea, “amaos los unos a los otros” o, mejor aún, “dejad que los narcos se acerquen a mí que de ellos es el reino (del Señor) de los cielos”.
Amén.

*Publicado hoy en mi columna "Cámara húngara" de Milenio Diario.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Don H, permítame decirle que como decimos aca en el norte "usté si me salió más cabrón que bonito", permítame ser el primero en sugerirle que lleve esta propuesta al parlamento, quién sabe, podría haber resultados sorprendentes. Saludos.