sábado, 14 de marzo de 2009

Mark Twain y las avispas*


Dice Mark Twain, en una parte de su divertida novela Wilson, el chiflado: “Adán era solamente humano; eso lo explica todo. No deseó a la manzana por la manzana misma, la deseó porque estaba prohibida. El error fue no prohibir a la serpiente, porque entonces él se la hubiera comido”.
Hace cerca de dos años, en mayo de 2007, escribí en esta misma columna: “¿Ha golpeado usted a un avispero? ¿Sabe a lo que se expone al hacerlo? Por supuesto: a que cientos de avispas embravecidas y delirantes se lancen contra su persona para aguijonearla, hasta dejarla en calidad de masa informe. Para meterse con esos agresivos himenópteros, hay que pensarlo dos veces y estar lo suficientemente preparado, a fin de resistir su ciego ataque”.
Estamos en marzo de 2009 y las avispas se encuentran cada vez más enfurecidas e incontrolables. Por más recursos insecticidas que se han usado en su contra, su poder de respuesta parece que no disminuye sino que se incrementa. La espiral de violencia que hace veintidós meses ya era terrible, hoy ha visto multiplicados en forma exponencial sus devastadores efectos y no hay visos de que vaya a disminuir incluso en el largo plazo.
¿Ha valido la pena la guerra desatada contra las avispas? Para volver a las palabras de Mark Twain: si Adán se comió la manzana, fue porque estaba prohibida. Lo mismo sucede con las drogas. Son un gran negocio porque están prohibidas. ¿Cuánta sangre, cuántas muertes se podrían evitar si el tema se tratara sin prejuicios y se viera la conveniencia de regular la producción, la venta y el consumo de estupefacientes –y no sólo de la marihuana-, en lugar de seguir embarcados en una guerra que no tiene fin? ¿Cuántos recursos podrían mejor emplearse en cuestiones como la salud y la educación, en vez de quemarlos con el fuego de las balaceras?
Para decirlo con el propio Twain: “La instrucción lo es todo. El durazno fue una vez una almendra amarga; la coliflor no es más que una col con educación universitaria”. Sembremos coles y duraznos en lugar de metralla.

*Publicado hoy en mi columna "Cámara húngara" de Milenio Diario.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Mmm Sr Michel:
Soy asidua lectora de su sagrado blog asi como lo era de la sagrada Mosca en la Pared y concuerdo en la mayoria de sus opiniones y puntos de vista..mi atrevimiento al firmarle es hacer de su conocimiento mi humilde admiracion hacia su persona sin ninguna osadia pretenciosa...

Anónimo dijo...

De la condición humana parece que no hay mucho que decir el instinto por la autodestrucción que ha venido desarrollando ha sido increiblemente sorprendente, que como planteas al contrario del hombre las especies de insectos se hacen mas fuertes ya sea dentro de su ecosistema como fuera de el invadiendo a veces hogares que sin mas temor pueden escoger un lugar para reproducción y como planteas ni los insecticidas pueden alejarlos, tenemos mucho que aprender y sí la instrucción lo es todo, "Intruirnos para destruirnos o instruirnos para sobrevivirnos."

Unknown dijo...

Hace dos años yo leí esa entrada, ya ha pasado tanto tiempo, no lo puedo creer. Recuerdo que escribio "Hubiera sido mejor una cruzada por la educación nacional", en esa misma entrada.

Saludos

Anónimo dijo...

Me llama mucho la atencion el comentario de José Manuel, pero creo que se le olvida un punto, aparte de la verdadera sentencia en cuanto a lo de la instrucción, pero si bien es cierto lo que dijo creo que omite una parte muy importante y es la de la evolución de la humanidad, estamos siendo partícipes de la evolución misma a cada instante y si hay mucha violencia es por que estamos cada vez más cerca de una tregua, y como dijo el mismísimo Twain el problema descansa en la prohibición del asunto. Concuerdo con José M. en cuanto al instinto ya que es algo de lo que no podemos despegarnos, pero sí podemos estar conscientes de ello ahí la diferencia, pero ¿como hacer consciencia si las cosas cada día son más dificiles o en su defecto más fáciles?. Saludos.

Anónimo dijo...

Esa cosa de la mosca está bien pinche fea. ¿Por qué lo subiste? ¿Por qué el tormento? Chales, no saber reconcer el nivel de tus propios textos, tú que por lo que se ve lees mucho... Nooo, mide más la calidad de lo que publicas sobre todo si te das el lujito de escribir: Poema. Ja

Anónimo dijo...

quiero mas mosca para cuandoooooo quechingones son los chilangos jijij xD sAlu2