domingo, 15 de marzo de 2009

Cinco meses, cinco*


Despertar y verlo así, perfecto-imperfecto, despeinado y tan bello, sumido en un sueño profundo, sereno, protegido por mí, por su niña que a la vez es protegida por él, con mis brazos rodeando su cuerpo y mi cabeza sobre su pecho, ese sitio tan grácil y cómodo que es su pecho, con su brazo rodeando mi cabeza, vueltos uno, enamorados, juntos, muy juntos, pero no revueltos. Impregnar mí día con su cálido aroma cuando despierta, quererme robar en un larguísimo y delicioso abrazo un cachito de él cuando nos tenemos que separar; llegar a la monotonía del trabajo con esa extraña pero intensamente gratificante sensación en la panza, cuando sientes que mil mariposas se escaparon del campo y se posaron en tu interior, cuando caminas en una nube que lleva su nombre y una descarada sonrisa que le grita al mundo: “Sí, es mi novio ¿y qué?”. Los mirones son de palo.
Sentir la seguridad de que hay un sólido apoyo debajo cuando me estoy desmoronando, cuando no sé a dónde ir porque camino sin un rumbo fijo, camino y camino hacia ninguna parte, como una estatua de sal que con cada paso se va quedando a cachitos en el sendero y él, con esas caricias que me estremecen y me ponen la piel chinita, que tanto me gustan, va recogiendo los granitos de sal y me lleva arriba. Hoy, estoy aquí por él, aunque suene tonto, aunque suene cursi, esa es la verdad y no hay por qué esconderla.
Sentirme en una emocionante montaña rusa, tan niña y tan mujer como quiera, eso que a él tanto le gusta. Su ser tan impredecible que me encanta, las carcajadas que me arranca en cada locura que hace por verme sonreír, por verme feliz. Más feliz no podría ser, con él lo tengo todo y no necesito nada más, el tiempo se detiene cuando estamos juntos, no existen horarios ni cambios climáticos, sólo los internos. Su intelecto que me seduce sobremanera, que me atrajo desde el primer momento a través de esa mirada enigmática y hermosa, de esos ojos que me vuelven loca.
Haber reconstruido mi corazón después de un fallido intento amoroso, humillante y doloroso y el ir aprendiendo cosas de él; todos los días aprendo algo nuevo, todos los días me siento un poco más viva, con más ganas y una rara luz interna que me impulsa: su amor.
Hacerlo sentir como un niño de mi edad, hacer bobadas y reírnos hasta que nos duela la barriga, comer chatarra como dos escuincles y ver películas sin cansancio, así como aprender de los ritmos de cada quien, de cada edad, de cada persona, ser pacientes y tolerantes.
La seducción que existe entre los dos con una mirada o un apretoncito de manos cuando nos tenemos que portar como gente decente y guardar las formas, como la que existe cuando estamos solos y abandonamos al mundo. Todo eso es estar con él, presumirlo porque tengo por qué, sentirme la mujer más feliz y afortunada del mundo, todo eso ha sido conocerlo y amarlo, todo eso ha pasado en cinco meses y con seguridad puedo decir que es apenas el principio.

*Texto escrito por Denisse, mi niña, el 28 de febrero pasado, en su blog La puerta abierta (http://www.denisseberman.blogspot.com/). Lo reproduzco hoy (porque me gustó mucho), justo cuando cumplimos cinco meses de estar juntos y felices.

9 comentarios:

Kafei dijo...

Por Denisse?......

No Hugo, nada que ver, yo entro a tu blog para leer lo que tu escribes, en fin.....

Quiero todas esas revistas de la mosca para completar mi coleccion!!!!

:(

Anónimo dijo...

Mientras unos entran para saborear su talentosa forma de escrbir, otros entran para ver qué pasa con su vida, como si se tratáse de una telenovela de esas de las que pasan por televisión abierta, graciad Don Hugo por compartir sus buenas y sus malas con los que lo leemos, hay envidia sana digo ¿quien no envidia a alguien que le escribe algo así? yo sé que yo sí, pero es envidia chida, envidia rosita, de esa que sonroja. Chido por ti Don Hugo. Saludos y espero sigan así las cosas.

Anónimo dijo...

Amor pendenciero,
amor de suaves inicios
y dulces despertares,
amor divinizado que viene
amor divinizado que se queda.

Cuántas de cuántas veces
emerges de la hoguera definitiva
resucitando, volviendo a nacer, reencarnando,
y cuántas de cuántas veces te has de consumir
al extingurse el combustible
de tu potente hoguera.

Ay, amor, te conozco,
he sido una de tus victimas
es tan breve tu vida
e imposible de quitar tu estigma,
de suerte que el recodo del corazón
parece un bosque arrasado
cuando te retiras.

Vida que nace y se va...y vuela
en círculos, asciende y desciende
en tempestades violentas
y mares agitados,
vida que muere con el amor
y en el se redime
y con el se dispara
y con el se disuelve
hasta un nuevo amanecer.

Sombras y nubes,
en los caminos nuevos
en bosques ígnotos
de primaveras perfumadas e inextingibles
como Denisse,
cuya sonrisa se desgrana
en madreperlas blancas
y oro y escarcha.

Anónimo dijo...

que hueva me das!

Anónimo dijo...

Empecé a leerlo pero sí... que hueva... no lo terminé.

Isa.

ALBERTO VILLACORRAL dijo...

FELICIDADES...

Y QUE LA GENTE SIGA HABLANDO

TOTAL LA GENTE SIEMPRE HABLA.

QUE ESTO SEA EL INICO DE ALGO MAS QUE UNA RELACION, QUE SEA ETERNO HASTA EL FINAL DE LOS DIAS DE LA TIERRA, NUNCA SE DEJAN, SEAN FELICES Y SEAN SOLO UNO EN CUERPO Y ALMA.

MUCHOS ABRAZOS HUGO Y DENISSE

Anónimo dijo...

en lugar de una revista que nada aportaría, hagan juntos una fotonovela con la historia de su romance y añadan los e-mails y mensajes por celular que seguro se mandan... qué hueva me dan.

Hugo García Michel dijo...

Una fotonovela... Hombre, qué buena idea. Gracias y un abrazo. Ciao!

Diario de un Imbécil dijo...

Eso es amor y no chingaderas.

Me cae que si se antoja tener una novia asi... ¿dónde se consiguen?

Suerte don Hugo aunque creo que no la necesita.