sábado, 11 de octubre de 2008

Me siento devaluado*


Más depreciado que un dólar en Wall Street. Así me siento, después del súbito descenso que tuve en el Dow Jones de tu corazón. Los mercados cambiarios de mi enamoramiento han sufrido un súbito desequilibrio y la caída del valor de mis acciones amorosas, en la casa de bolsa de tu alma desalmada, me ha hecho sufrir las consecuencias de tu maldad especulativa.
Necesito un subsidio que convierta a mi pulmonía en catarro. No puedo creer aún que la estabilidad monetaria en la cual se sustentaba nuestra relación haya sufrido tan inesperado crack. ¿Cuál fue el factor decisivo para que todo cambiara y las cotizaciones de lo nuestro padecieran una devaluación tan pronunciada? No lo entiendo. A pesar de las advertencias de varios observadores y algunos especialista en finanzas emocionales, yo creí en la firmeza de nuestra divisa, pensé que estábamos blindados contra los altibajos y vaivenes de los índices bursátiles y hasta confié en las promesas optimistas de nuestro personal gabinete económico.
Sin embargo, todo se fue a la ruina. Diste un golpe de timón tan radical que cuanto invertí en ti se derrumbó como un castillo de naipes, como el dólar en ventanillas, como todas las monedas en el planeta. A fin de cuentas, te mostraste como lo que eres: una fría especuladora. Por eso llegó la crisis y fue necesario que tomáramos medidas de emergencia para tratar de salvarnos. Resultó inútil. No hubo forma de rescatar al peso que entre los dos habíamos querido consolidar (pero hay que aceptarlo: esa consolidación era falsa, estaba sustentada en factores de sobrevaluación y en una brutal escasez de reservas amatorias en tu caja de ahorros).
Me siento devaluado. No supiste aquilatar el valor de mis acciones y todo el amor que invertí en ti hoy vale tanto como un billete de dos pesos. Dicen que de las crisis uno sale fortalecido. Puede ser. Por ello, seguiré las tesis del Presidente y en lugar de retraerme y abatir costos, me arriesgaré a invertir de nuevo. Aunque ya no en ti, sino en otra mejor divisa.

*Publicado hoy en mi columna "Cámara húngara" de Milenio Diario (Pag. 3)

11 comentarios:

Unknown dijo...

El amor no se invierte, es DONACION, es gratuito y generoso, si así fué el tuyo no hay porque sentirse devaluado.
Saludos.

El cantor. dijo...

Es curioso...me encuentro en una situación bastante similar a la tuya en, no soy muy bueno para eso del amor. Entré a tu blog porque soy un fiel lector de la mítica "La mosca en la pared", cuando todo terminó con cierto amor encontraba refugio en las páginas de tu revista...al final me quedé sin mi novia y sin más números de La mosca.

Walrus dijo...

Oralee, nombre ahora si que se aventó, es la mejor letra para un blusesito, ya ve es necesario sentir la devaluación emocional para entenderlo.

El blues del corazòn devaluado

chido : )

Decireves dijo...

sigo diciendo que fueron euros gastados para nada...
minimo un besito...
buuuu!
saludos!!

Anónimo dijo...

ok ok ok sr hugo,pero porke no mejor revivimos la mosca para no sentirnos tan devaluados todos????? seria un buen ejecicio terapeutico no lo crees asi??????????


saludos y trankilo nada mejor ke el amor en pekeñas dosis my dear friend.

César Ruiz Gonzalez dijo...

Puf, que buena letra Sr. Hugo, es de esos textos que se acuñan en la memoria.

SalU2.

Anónimo dijo...

Entiendo como se siente sr. Garcia Michel, pues en estos momentos una mujer me ha partido el corazón. el cruel dolor del desengaño...

Daniel Franco dijo...

Jaja, excelentes "analogías", y hasta el periódico fue a dar todo esto.

Yoshiro Luna dijo...

Escribir es la mejor manera de exorcizar los demonios... y debo decir que tú calmarías hasta al mismo Astaroth. Un saludo.

MoLaRoCk dijo...

Sin lugar a Dudas, de las mejores entradas que has hecho a este Blog, sobre todo para los que hemos leido todos los capítulos y entendemos a la perfección el por qué de cada palabra de "Me siento Devaluado",
Saludos

Anónimo dijo...

que forma de quemarse a nivel nacional... pero yo no soy fan moscoso y no me interesa su vida personal. a mi lo que me salta es el chantaje al que incurre cuando escribe. es acaso usted el mismo escritor que alguna vez publico en diversos medios un texto titulada (si mal no recuerdo) 'las bondades de ser amante'?

que paso con esa especie de manifesto donde no solo se enorgullecia de esa posicion social sino juraba (e incitaba a) practicarla por nota? que acaso ahora va a escribir 'las desventajas de ser amante' o va a seguir practicando el chantaje sentimental cada vez que escribe?

saludos.