sábado, 5 de julio de 2008

Pobres de las niñas*


Uno quisiera hablar de otras cosas, de temas alternos y menos duros (como, por ejemplo, el descubrimiento de que la sandía posee los mismos poderes levantadores del Viagra -habrá que ver si de ahí se le ocurrió a Cri-Cri su canción “Negrito Sandía”), escribir con el tono dudosamente humorístico que se supone debe tener esta columna, pero resulta muy difícil sustraerse al tema dominante y sobre el cual es casi imposible ironizar (ni modo que diga que los apretujones en el New’s Divine me recuerdan a la famosa escena del camarote de la película Una noche en la ópera de los Hermanos Marx; sería, cuando menos, poco delicado).
Cómo referirse entonces, sin sentir indignación y vergüenza ajena, al caso de las niñas detenidas ilegalmente en el mencionado antro de la colonia Nueva Atzacoalco, para ser paseadas durante horas y llevadas a un lugar hasta ahora desconocido, donde se les vejó, se les insultó, se les desnudó, se les fichó y hasta se les marcó con tinta indeleble, al más puro estilo Dachau o Auschwitz? ¿Qué sintieron esas adolescentes al ser maltratadas de tal forma por una horda de policías primitivos y oligofrénicos? ¿Cuáles serán las consecuencias psicológicas de tan terrible experiencia? ¿Quién está viendo por ellas si las autoridades y los partidos políticos fingen demencia y se lanzan la papa caliente los unos a los otros? ¿Dónde están las dichosas oenegés que protestaron rabiosamente ante las presuntas vejaciones policiacas a otras mujeres en Atenco y que hoy se hacen las occisas para alzar la voz en defensa de las chavitas lastimadas en la delegación Gustavo A. Madero?
Qué terrible es la doble moral, qué penosa la hipócrita corrección política de los que se dicen progresistas y de sus medios de comunicación, tan prestos a defender solamente las causas que les convienen (como la protección cuasi mafiosa de Marcelo Ebrard y Joel Ortega).
Pobres de esas niñas por quienes nadie se preocupa, más allá de sus familares y amigos. Son las víctimas anónimas de la ciudad de la esperanza.

*Publicado hoy en mi columna "Cámara Húngara" de Milenio Diario.

5 comentarios:

LA Matrsuhka dijo...

muchos de ellos estan leyendo este blog, diciendo 2bien señor hugo" mientras otros nos seguimos "partiendo la madre" en pos de la mitica y utopica libertad de expresion. www.latachatehuacan.blogspot.com

.ana.violeNta. dijo...

"Dios" es una palabra que inventamos y nos ponemos en la boca, cuando decidimos ignorar a la gente que a nuestro alrededor padece...
Me da asco, también, esa maldita mediocridad de quienes tienen la "autoridad".

Daniel Franco dijo...

Yo me sentí mal porque cuando pasó todo eso lo tomé a la ligera y hasta lo comparé con una tira cómica de Trino, pero con el paso de los días, se volvió más y más tétrico.

Anónimo dijo...

Creo que el Peje está detrás de todo esto.

Anónimo dijo...

Digo, o sea... llegué a la conclusión de que el peje está detrás de todo esto después de leer su blog que ya mero y la comunidad "blogera" lo cataloga como antipeje (unos cuantos posts más y verá usted, tipo "pejeverdadero" y "senderodelmesias"). El título del post si está muy chafa, me imagino a usted en pleno conflicto para decidir entre Lora y los de Maná, o de plano Molotov con eso de "Dónde jugarán las niñas" (se hubiera usted adornado poniéndole mejor "Las chicas solo quieren divertirse") pero ganó su lado rocanrolero supongo. Por cierto, ¿cómo está eso de cuasi-mafia?. O se es mafioso o no. ¿O no?