sábado, 4 de agosto de 2007

La mejor pareja del mundo


Por muy pocas razones soy capaz de levantarme a las ocho de la mañana de cualquier día, peor aún si es sábado. Una de esas razones son ellos. Sólo por ellos soy capaz de hacer muchas cosas. Porque son dos de las personas a quienes más amo en esta vida (junto con mis hijos, mis padres, mis hermanos, dos carnalitas del alma, algunos pocos parientes, algunos pocos amigos, varias amigas y, por supuesto, mis adoradas M, P y L). Los conozco hace ya muchos años y sé que siempre estaremos cerca y que nos unen un amor y una amistad a toda prueba. Conforman una pareja maravillosa. Sé que tienen problemas como cualquier dupla, pero sé que su enamoramiento y su amor han logrado conjuntarse de tal modo que no los puedo concebir separados. Tienen dos pequeños –dos chamaquis- y hoy sábado llevaron a bautizar al más chiquitín, Mateo. Mateo Rivera Sánchez, hijo de mis amados Claudia Sánchez y Fernando Rivera Calderón. Confieso que no fui a la misa y sí al desayuno (pero Claudia me había autorizado, que conste). Conmigo fue mi queridísima L. Llegamos al restaurante La Mansión, en Polanco, pasaditas las diez, y ya casi todas las meses estaban ocupadas. Nos sentamos en una junto con Toño Ledezma (“Nostragamus”) y su Lupita, Rafael González (“El Sr. Idem”) y su Moni y las dos hijas de cada uno de ellos dos (o sea, las dos hijas de Moni y las dos hijas de Rafa). Luego se integraron Vero Maza y su Jachen. El desayuno estuvo delicioso (jugo de naranja, ensalada de papaya roja, arrachera con chilaquiles, café, pan dulce) y en la charla nos divertimos mucho. Había un grupo “en vivo” que tocaba un jazz finísimo. Por ahí anduvieron también (y va mi crónica de sociales), aparte de Fer y Claudia y sus respectivas familias, amigos entrañables como Martín Durán y Brenda, Armando Vega-Gil y Susana San José, Alejandro Otaola y Anís Rangel, Tatiana Maillard, Eduardo Limón y Marisol Gasé. Salimos de ahí cerca de las dos de la tarde. En el metro, L tomo dirección al norte y yo al sur. Nos despedimos con mucho cariño y con la promesa de vernos la semana próxima. Es un amor de niña. De regreso, pasé a recoger las fotos del jueves pasado en el Ruta 61 (el rollo incluía además cuatro fotografías preciosas y muy divertidas de P). Subí casi todas al MySpace. Pero para volver al tema inicial: hace algún tiempo, mi amadísima M me dijo que si algún día Fernando y Claudia se separaran, dejaría de creer en el amor. Yo creo que eso nunca sucederá y que el amor seguirá existiendo, porque la de ellos es la mejor pareja del mundo.

3 comentarios:

Perrito dijo...

hola hola Hugo, què bonito hablas de esa pareja..

saludos!

Paul Medrano dijo...

Un abrazote para el buen Fer Rivera

Anónimo dijo...

Hugo!!!, me encantó!!!! es lo mas bonito que alguien haya escrito sobre nosotros, yo tambien tengo la ilusión de que el amor nos duré para un buen rato. te quiero mucho y gracias!!! :-)