martes, 10 de julio de 2007

De las ventajas de ser amante

“You can't call it cheatin'/ 'cause she reminds me of you”.

Gin Blossoms.

A fuerza de recibir guantazos de las personas a quienes se ama, uno termina por cansarse de ser siempre el damnificado, el inmolado, la víctima propiciatoria de la película. Agota, agobia, harta jugar el papelito (el papelazo) del engañado, del burlado, del pisoteado. La autoestima se va por los suelos, el amor propio desaparece cada vez que uno permite que la otra persona lo humille mediante el expediente de la infidelidad.
  Experto como he sido a lo largo de mi vida en el fino arte de servir de punching bag para la diversión de más de dos mujeres con vocación de rudas, he decidido romper con el enfermizo círculo vicioso en el cual he vivido durante muchos años, para abandonar el rol pasivo de quien ve con angustia cómo el ser amado le embarra en la cara a sus amasios. La fórmula es tan simple y tan sencilla, tan obvia que me avergüenza no haberla descubierto antes.
  En una relación, esencialmente no hay más que dos sopas: ser el esposo, el novio, el “compañero”, la pareja oficial… o ser el amante. Si se elige el primer aspecto, lo más probable es que con el tiempo se termine por padecer las infidelidades y deslealtades de su media naranja. Será uno el clásico cornudo y la verdad, lo digo por experiencia, resulta muy doloroso.
  En cambio, si se opta por la segunda alternativa, la de ser el o la amante, las cosas cambian sobremanera. Por principio de cuentas, uno llega a una relación ya establecida y sabe a qué le tira. Se acepta que la persona a amar ya tiene a alguien a su lado y al aceptarlo, se dejan de sentir cosas tan horrendas y desgastantes como los celos, la desconfianza, la incertidumbre, la zozobra, sentimientos y sensaciones que desembocan en amarguras, tristezas, angustias mil. La situación resulta por tanto mucho más saludable. Cínica, sí, pero saludable.
  Lo importante es, sin embargo, no llevar el enamoramiento al otro lado. Un amante no sólo puede amar: debe amar a su pareja clandestina. Lo que no debe permitir es convertirse en un nuevo novio, en un segundo esposo. Eso tiraría todo por la borda, ya que acabaría por tener celos del compañero legítimo de su amada (o amado, según sea el caso) y todo se derrumbaría con estrépito. De ahí la importancia que reviste el tener plena conciencia de que se es amante y que de ahí no se debe mover. ¿Para qué moverse, si como amante uno puede desbordarse, regodearse, apasionarse, combinar con sabiduría el amor con el sexo, sin limitaciones y sin pudor alguno?
  Si el peor enemigo en una relación de pareja es la rutina, el amante tiene la ventaja de no convivir a diario con la persona amada. Nada de que si dejó abierta la puerta del baño, nada de que si no le jaló al excusado o mojó la tapa del mismo, nada de que si deja regados los calcetines en el suelo o que si no aprieta bien el tubo de la pasta de dientes o que si permite que los platos y vasos sucios se acumulen en el fregadero de la cocina. El amante puede evadir todo eso y dedicarse con los cinco sentidos al arte exquisito de la seducción, de la persuasión, de los juegos eróticos, de la más deliciosa promiscuidad sin culpas.
  El secreto es no exigir compromisos. El único lazo que debe unir a los amantes es el del presente, el del momento que se vive, el de los instantes –breves o prolongados- que se pasan juntos, deleitablemente juntos, sin pensar en el futuro, sin tratar de atar al otro, sin intentar capturarlo. Dos amantes deben ser dos individualidades que se funden sola y únicamente en forma efímera, así esa calidad efímera dure semanas, meses o años.
  Ser amante de una, de dos, de cinco o de diez parejas (depende de la capacidad amatoria y del tiempo disponible de cada quien) no es cuestión de moralidad sino, simplemente, de pasarse al lado de quienes deciden dejar de ser mártires de las relaciones sentimentales. Incluso, ser un buen amador y hacer que las amantes se sientan satisfechas, complacidas, gozosas, puede hacer que éstas lleven una mejor relación con sus parejas oficiales. Es una labor de buenos samaritanos que hasta debería ser agradecida. Pero lo más importante es que se trata de quererse a uno mismo y a partir de ahí proporcionar, repartir con generoso afán ese amor entre otras personas que lo necesitan y que desean alejarse de sus grises y rutinarias vidas maritales.
  Ser o no ser cornudo. Ser o no ser cornador. He ahí los dos dilemas.

15 comentarios:

aeromusa dijo...

Mi profe de filosofía solia decir: que el problema del amor no radicaba darlo sino en saberlo recibir. De ahi el drama amatorio.

Lo que me hizo pensar que la cuestión seria ir por la vida dando amor... de amante, de amigo, de pareja, de complice... y no esperar futuro... total el presente aqui está.
Beso
Joven de bella sonrisa
Beatrix

Miriam Canales dijo...

Lo del tener amantes tiene sus pro's y sus contras, al menos para la mujer. A veces ciertos hombres no comprenden lo que es ese arte (o será que los mío han sido muy pendejos como para hacerlo). Me gustaría pensar en ello como Nagiko, el personaje de "El libro de cabecera" de la forma más poetica y apasionada.

Atte.
La sirena que navega en turbias aguas capitalinas

Anónimo dijo...

Una vez más me has regocijado con tus textos, por parecerse tanto a mis pensamientos...

nuevamente, tendré que escribirte acerca de esto, sin tocar para nada la promesa de platicarlo a fondo en persona...

somos un par de locos, tu y yo.

Anónimo dijo...

hola, por primera vez estoy haciendo el rol de amante de alguien y tengo mucho miedo ya que aunque soy de mente abierta y estas cosas para nada me asustan, pues la realidad es que antes de caer en este relacion que escasamente llevo un mes pues estaba en la busqueda de esa persona especial e igual de loka que yo con quien compartir estas cosas que ahora hago con esta persona pero sin esconderme de nadie, esta es la parte que me duele de ser amante, el que yo ande tan feliz y radiante y que a nadie se lo pueda contar. por otro lado en este relacion si compartimos muchas cosas juntos y pareciera que sentimos algo mas alla que lo que ustedes describen como "Amantes" y estoy muy confundida porque a diferencia de el yo soy soltera y no tengo idea de lo que es el agovio de estar casados y esas cosas que al parecer son de hueva..
estoy muy confundida, ojala alguien pudiera darme algun consejo o solo compartir algun pensamiento conmigo.
saludos.

Unknown dijo...

Hola, acabo de pasar por la ruptura de un noviazgo, el hombre del cual estoy enamorada regreso con su ex pareja, para una segunda nueva etapa, lo unico que me atormenta es que él me dice que nos ama a las dos, y me quiere para que sea su amante porque no me quiere perder, lamentablemente soy muy conservadora para aceptar ese papel. No solo eso, cuando me lo propuso, me alego que el ser la amante tenia sus ventajas..... A lo que lei este texto, me doy cuenta que es cierto, pero tambien me doy cuenta que hay algo mas que pasion con él, y el hecho de pensar que despues de que este conmigo va a volver con su pareja, me vuelve loca y no lo soportaria, los celos me carcomen, y que al final de todo voy a terminar sufriendo y ellos muy felices...
Asi que decidi alejarlo completamente de mi vida...
Gracias......

Víctor Santana dijo...

Excelente y muy realista...!!!

Unknown dijo...

Cuandop era soltera conoci dos personas diferentes pero ambos con su atractivo y sus virtudes y elegi casarme con la persona que mas me convenía por su forma de ser.
Mas con el tiempo la otra persona me siguó buscando, depués el se caso y nos seguimos viendo hasta el momento llevamos 11 años de ser amantes y es totalmente delicioso haberme quedado solo con todo lo bueno de el y cada día que nos vemos intenta enamorarme, conquistarme lo peor del caso es que a estas alturas el quiere ser el único y el esposo y aun que lo amo no podemos por el bien de la familia que ambos tenemos.

Pero es super padre tener a uh amante te llena la vida de ilusiones alegrias que con el matrimonio se pierden.

kdl dijo...

me facino el articulo pero ojala todo fuera tan sencillo, mi marido me abandono y eso me bajo el autoestima de tal manera q acepte andar con un hombre casado por no estar sola y sentirme deseada, pero para serte sincera a pesar de los beneficios tanto emocionales como economicos (porq estas personas para no sentirse culpables de no darte el tiempo suficiente lo compensa con dinero) uno siente la mayor parte del tiempo SOLEDAD y peor aun porq nunca le vez los defectos asi que es casi inevitable enamorarte y al final terminas sufriendo es por eso que si uno llega a tener una relacion asi casi siempre uno tiene la de perder y termina sufriendo......

Unknown dijo...

uhgg!!! Maldita seaaa!!!! kiero y no puedo, lo conoci hace 6 meses desde un inicio sabia k habia una atracciòn entre el y yo, lamentablemente es casado con 3 niños y una esposa k lo espera todas las noches -.- pfff me rehuso a ser la "otra" pero quiero salir de la rutina y lo k la sociedad marka que es correcto pero tengo miedo.... k para el solo sea como un caprichito k kiere cumplirr!!!! k hago!!!!!!????

JMO dijo...

Me gusto tu escrito. Lo más interesante de este tipo de relación, es la euforia, el secreto y hasta el miedo que se vive ya que de alguna manera se juega al "nadie debe saber que". No hay compromiso, ni responsabilidad.

Unknown dijo...

Es un 30% de locura y sentimientos y un 70 % de soledad y dolor, distraccion donde habeses no se puede salir.
Eso es lo que te animes todo el tiempo de que pases de tener o ser amante, que no se prolongue toda tu vida en conclusion.

Aura Sabina dijo...

Coincido contigo. Ser amante es mejor. Y también depende de la capacidad amatoria para determinar a cuántas personas podemos amar. Creo que sí es una especie de "samaritanismo". Me gusta saber que he venido al mundo a ser buena con los demás.

Anónimo dijo...

A mi igual me pasa lo mismo y muchas veces tengo aparentar k no me lastima en ocasiones k el está con su esposa. ,como duele amar i tener k compartirlo. Lo amo ...!

Anónimo dijo...

Conocí a un hombre encantador por casualidad hace 5 años, cuando yo apenas entré a la facultad, me parecía la persona más interesante del mundo y seguimos en contacto por algún tiempo, después noté que para ser una amistad estábamos teniendo una relación muy profunda y me alejé por miedo, él era mayor que yo.
Nos volvimos a encontrar y sinceramente hablamos sobre que nos gustamos, no pensaba llegar más allá pero pasó.
No estoy segura de cómo llegué aquí y qué hacer o cómo manejar la situación. En fin me han hecho la noche con darme nuevas perspectivas

Anónimo dijo...

Hace una año y medio soy la amante, el no tiene hijos, cuando nos vemos somos felices, liberamos todos nuestros deseos y mezclamos romance con placer y sensualidad, es lo máximo. El problema de todo esto, es que me enamore, no siento celos de el y ella, pero se sufre en algunas fechas y momentos y no sé cómo controlar esa pena o como manejarala. No quiero dejarlo